Capítulo 5

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POV: Nicki Nicole

—Boludo, me asustaste —dije con el ánimo bajito y sin mirarlo.

—Lo siento, ¿estás bien? —preguntó, confundido. —Si es por lo del concierto, no tienes que ir si no quieres —intentó encontrar una razón.

—No es por el concierto, igual no iba a poder ir —dije sin mirarlo a los ojos, y él sabía que mentía—. Además, iba a ser incómodo para vos que estuvieras cantando canciones que me involucraban y que yo te estuviera mirando —frunció el ceño por lo que dije y porque seguía sin mirarme.

—Primero que nada —me tomó el rostro con las dos manos y lo levantó. Traté de evitar su mirada, pero él insistió— Mírame, Nicole —dijo muy cerca de mi rostro, y yo, al escuchar que me llamó por mi nombre de verdad, lo miré rápidamente—. Nunca me voy a incomodar porque me veas cantar alguna canción que te dediqué o de la cual formas parte, porque fue parte de mi vida en ese momento, y claro que me encantaría que fueras a mi concierto a parte de que es en la bombonera y sabes que ese siempre fue mi sueño —explicó, porque sabía que estaba así porque iba a tener que cantar algunas canciones que le dediqué en su momento—. Nicole, vos y yo tenemos muchas cosas de las que hablar, pero lo primero es que quiero que vayas al concierto.

Luego de eso, bajé al patio a respirar porque necesitaba aire después de ese momento tan tenso con Mateo.

Desde la escalera, vi a Mateo y Tiago sentados uno al lado del otro, con el cielo de fondo. Me acerqué en silencio para escuchar lo que decían. Sabía que no era lo más adecuado, pero algo en mí necesitaba entender mejor la situación.

—Amigo, estoy hecho mierda, de verdad. Creo que mientras más paso tiempo con Nicki, me pongo peor, y ya ella pasó la página, así que creo que voy a tener que acostumbrarme a tratarla como una amiga —dijo Mateo, mirando al cielo y suspirando, claramente cansado.

—Amigo, no pienses así. ¿Quién te dijo que ella no siente nada por vos? No seas pelotudo, si a kilómetros de distancia se ve que se quieren —respondió Tiago con un tono que trataba de ser alentador.

Mateo continuó, su voz cargada de frustración:

—Amigo, las cosas no son así. Si ella todavía sintiera algo por mí, no se hubiera metido con Peso Pluma a los pocos meses. Tal vez ella no sintió algo lo suficientemente fuerte por mí como para sufrir como yo, que ni siquiera podía hacer un concierto sin que estallara en llantos —dijo, y pude notar el dolor en su voz—. Me tuve que quitar la N y ponerme bien o mal porque solo veía esa N y sentía que me quemaba todo el brazo, y a pesar de que la tapé, la sigo sintiendo igual.

Cuando Mateo mencionó a Peso Pluma, sentí un nudo en el estómago. No por recordarlo a él, sino porque pensaba que yo sentí más cosas por Hassan que por él, cosa que era imposible. Me hizo sentir incómoda y herida. Me dolió escuchar que dudaba de mis sentimientos y de lo que había significado para él. ¿Acaso pensaba que no lo amé lo suficiente? No pude soportarlo más y decidí irme al salón con los chicos para tratar de distraerme.

Entré al salón, tratando de sonreír y aparentar que todo estaba bien. Pero por dentro, me sentía deshecha. No podía dejar de pensar en lo que había escuchado. ¿Cómo podía Mateo dudar de mis sentimientos? Todo lo que vivimos juntos, todas las canciones, las risas, los momentos... ¿Acaso no significaron nada para él?

Vi a Tiago y a Mateo cruzar la puerta, mientras hablaba con Emi. Lo miré y luego desvié la mirada. Él se acercó a los chicos y yo traté de relajarme, enfocándome en hablar con Emi.

—Che, ¿qué les parece si hacemos una lista de las canciones que no pueden faltar mañana? —propuso Lit.

—Sí, buena idea —dijo Duki—. Vamos a poner todas las que queremos escuchar.

Mamichula| Trueno | Nicki NicoleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora