Capítulo 18.

153 14 3
                                    


Después de la entrevista, regresé a la casa donde me estaba quedando y encontré a Mateo esperando, completamente vestido y muy guapo en un conjunto blanco. Me emocioné al verlo y corrí hacia él, besándolo con entusiasmo.

—Así que el mundo sabe que no estás soltera—dijo Mateo, con una sonrisa juguetona.

—No sé si estaba lista para salir de mi escondite—agregó riendo, con una mirada especial en sus ojos—

Mateo me tomó de la mano después de ese comentario, y pude sentir su pulso acelerado. Lo conocía bien, y sabía que detrás de su sonrisa juguetona había algo de nerviosismo.

—Dale, boludo, no saben que sos vos, solo que no estoy soltera—le dije, riendo mientras lo empujaba suavemente.

Mateo arqueó una ceja y me devolvió la sonrisa, claramente disfrutando de la situación.

—¿Ah, sí?—respondió con tono desafiante—. Bueno, pronto van a saberlo.

Me quedé mirándolo por un momento, sintiendo cómo la expectativa se instalaba entre los dos. Sabía que hablaba en serio, y eso me daba una mezcla de emoción y nervios.

Me quedé mirándolo, sabiendo que lo decía en broma, pero a la vez no del todo. Ese era Mateo: siempre tirando comentarios que sonaban relajados, pero con un trasfondo serio.

—¿En serio?—le pregunté, levantando una ceja, como para seguirle el juego.

—Obvio, amor—respondió, riéndose—. No quiero seguir ocultándome, quiero que todos sepan que estoy con vos.

Sabía que no estaba hablando completamente en serio, pero también podía notar que una parte de él lo pensaba de verdad. Me mordí el labio, dudando por un segundo, pero después solté una pequeña risa.

—Dale, si total... algún día van a enterarse, ¿no?—le dije, haciéndome la despreocupada, aunque mi corazón latía más fuerte.

Mateo me miró con esa sonrisa que decía más de lo que las palabras podían expresar —Además, después de lo que va a pasar, no sé si se va a poder ocultar más.

Mis ojos se abrieron un poco al escuchar eso. No sabía si estaba jugando o si realmente había algo que yo no sabía.

—¿Qué cosa va a pasar?—le pregunté, tratando de sonar casual, pero sin poder evitar que la curiosidad se me notara.

Mateo se quedó en silencio por un segundo, como si estuviera decidiendo si contarme o no. Luego, con una sonrisa cómplice, respondió:

—Ya lo verás, amor.

Me crucé de brazos, fingiendo molestia, pero en realidad estaba más intrigada que otra cosa.

—¡Dale, no me dejes así!—le dije, medio riendo.

Él simplemente se encogió de hombros y me dio un beso en la frente.

—Tranquila, no falta mucho. Solo te digo que, después de esto, esconderse va a ser imposible.

Mateo me miró con una sonrisa traviesa, como si estuviera planeando algo, y de repente cambió de tema.

—¿Cuánto falta para el concierto? —preguntó, con esa mirada que ya me hacía sospechar que tenía algo en mente.

—Unas cinco horas, más o menos—respondí, mirando el reloj sin mucha preocupación.

Él sonrió aún más y se acercó un poco más a mí.

—Entonces nos da tiempo a hacer lo que quiero—dijo, con tono juguetón.

Lo miré entrecerrando los ojos, tratando de adivinar lo que se traía entre manos, pero Mateo solo sonreía como si tuviera todo bajo control. Sabía que lo hacía a propósito, dejándome con la intriga, y eso me mataba.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 21 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mamichula| Trueno | Nicki NicoleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora