Hannibal nunca había sentido lo que sentía con Will. No podía evitar sentir que lo necesitaba cerca suyo, que lo necesitaba a su lado. No podía evitar sentir la necesidad de ponerlo nervioso, de verlo temblar ante su mirada. No podía evitar la necesidad de tocarlo, de sentir su piel bajo sus dedos.
Cada clase, en la que Will estaba, Hannibal no podía evitar echarle un vistazo. Aunque Will se mantenía cabizbajo la mayoría del tiempo, a Hannibal le encantaba. Le encantaban sus rizos, sus ojos azules, la sonrisa que se le escapaba de vez en cuando. Estaba obsesionado.
La obsesión de Hannibal se intensificó con cada clase. La forma en que Will se mordía el labio cuando pensaba, la forma en que sus manos temblaban ligeramente cuando hablaba, la forma en que sus ojos se llenaban de una tristeza que Hannibal anhelaba comprender.
Hannibal comenzó a buscar oportunidades para interactuar con Will fuera de las clases. Le dejaba libros en su escritorio, con notas escritas a mano en las páginas, notas que no eran sobre el tema de la clase, sino sobre la literatura, la filosofía, la música, temas que sabía que a Will le interesaban.
Will, sin embargo despues del encuentro, se sentía incómodo con la atención de Hannibal. No entendía la intensidad de su mirada, la forma en que lo estudiaba con una intensidad que lo hacía sentir vulnerable. La tristeza que Hannibal veía en él no era más que una sombra de la verdadera oscuridad que lo atormentaba, una oscuridad que no quería compartir con nadie.
La clase termina, Will toma desesperado sus cosas, un tanto sonrojado. En su prisa, deja caer su lienzo, el cual se agacha rápidamente para tomar, pero una mano lo alcanza primero. El joven mira hacia arriba y ve a uno de sus compañeros, Matthew Brown, con su sonrisa fácil y desarmista.
—Ten, Will— Matt sonríe, vestido con una remera blanca con una camisa azul encima, unos jeans negros y en sus brazos, pulseras color negro
—Gr-gracias— Will murmura, un poco avergonzado por su torpeza. La amabilidad de Matt lo descoloca, no está acostumbrado a que alguien lo trate a él de esa manera.
Matt le entrega el lienzo, sus dedos rozan los de Will por un instante, un contacto fugaz que a Matt le gusta.
—No te preocupes, a todos nos pasa— dice Matt, con una sonrisa que parece iluminar la habitación.
Will asiente, sin saber qué decir. La presencia de Matt, su sonrisa, su amabilidad, lo desconcierta. Es como si una brisa fresca hubiera soplado a través de la habitación, alejando la opresión que lo había envuelto durante la clase.
—Te veo mañana— dice Matt, con un guiño.
Will se queda mirando a Matt. No sabe qué decir, pero una sonrisa tímida se extiende por su rostro.
—Sí, hasta mañana— responde, sintiendo un calor inexplicable en sus mejillas.
Matt se aleja, dejando a Will con una sensación de confusión. La clase, la mirada de Hannibal, la incomodidad que lo había envuelto durante toda la jornada, se desvanece en el instante en que charla con Matt se posan en él.
Will se queda mirando el lienzo en sus manos, sintiendo una nueva energía recorrer su cuerpo.
Will se gira y camina hacia la salida, con un paso más ligero, con una sonrisa algo visible. La clase de Hannibal, la mirada de Hannibal, ya no lo atormentan.
Justo cuando Will está a punto de salir del aula, se detiene en seco. Se gira y ve a Hannibal parado en la puerta, observándolo con una intensidad que le eriza la piel. La sonrisa de Hannibal es casi imperceptible, pero sus ojos brillan con una luz fría e inquietante.
Will siente un escalofrío recorrer su espina dorsal. La sensación de alivio que había experimentado se esfuma, reemplazada por una nueva ola de incomodidad. Sabe que Hannibal lo está observando, y no puede evitar preguntarse qué está pensando. Will no puede evitar sentirse avergonzado por esa noche en la que se abrio a hannibal.
—¿Acaso me está evitando, Graham?— Hannibal se acerca a Will cuando sus alumnos dejan el auditorio, sentándose en su escritorio con una expresión que no llega a ser una sonrisa, pero que sí transmite una leve ironía.
—N-no, profesor— Will titubea, girándose lentamente para encarar la mirada de Hannibal.
—Parece que sí, ha sido así desde la última clase privada que tuvimos, ¿no lo crees?— Hannibal se inclina hacia adelante, sus ojos oscuros brillando con una intensidad que hace que Will se sienta incómodo.
—No, profesor, no es eso— Will se esfuerza por encontrar las palabras adecuadas, pero su mente está en blanco.
—Entonces, ¿por qué no me ha buscado para una nueva sesión? —La voz de Hannibal es suave, pero sus palabras tienen un filo que corta como un cuchillo.
Will se queda en silencio, sin saber qué responder. La verdad es que sí ha estado evitando a Hannibal, pero no por la razón que él cree. No es miedo, sino una extraña mezcla de incomodidad y confusión.
Hannibal se levanta de su silla y se acerca a Will, su presencia imponente lo llena de un miedo que no puede negar.
—No me gusta que me ignoren, Graham— dice Hannibal, su voz baja y amenazante.—Es de mala educación.— Will se encoge ante sus palabras, sintiendo un escalofrío recorrer su espina dorsal.
—No lo hago por ignorarlo, profesor— dice Will, su voz apenas un susurro.
—Entonces, ¿por qué?— Hannibal se inclina hacia él, su aliento cálido en la oreja de Will.
Will se queda en silencio, sintiendo la mirada de Hannibal en su rostro. No sabe qué decir, no sabe cómo explicar la extraña atracción que siente hacia él, la mezcla de miedo y fascinación que lo envuelve.
—No lo sé, profesor— dice finalmente, su voz apenas un susurro.
Hannibal se echa hacia atrás, su sonrisa se ensancha. —No se preocupe, Graham,— dice, — Con el tiempo, lo entenderá todo.—
Will siente un escalofrío recorrer su espina dorsal. No sabe qué significan esas palabras.
Hannibal se levanta de su silla y se acerca a Will. —William..— dice, —me gustaría invitarlo a cenar. ¿Estaría usted interesado?—
Will se sorprende. —Yo... no sé— balbuceó, —no estoy seguro de..—
—No se preocupe,—dijo Hannibal, su sonrisa se ensanchó, —no hay nada que temer.—
Will sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal, pero algo en la mirada de Hannibal lo cautivó. —De acuerdo,—dijo, su voz apenas un susurro, —acepto.—
Hannibal sintió una oleada de satisfacción. Había dado el primer paso. Ahora, solo quedaba esperar.
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TEACHER'S PET - hannigram
FanfictionWill, un estudiante de universidad. Hannibal, su profesor ¿Que podria pasar? #21 en Hannigram