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Hannibal lecter explicaba su clase, sobre las esculturas, apasionadamente a sus alumnos. Caminaba de un lado al otro, mostrando varias de sus obras, y escribiendo en su gran pizarra. Ojos recorrian la figura de lecter, sus pasos, sus manos, su expresion corporal, su cabello.
Todas sus alumnas, lo miraban, suspiraban, fantasiaban con él, y entre todas ellas se encontraba Graham, que desde ese sueño, no pudo evitar dejar de pensar en el, inconscientemente en su mente se ejecutaban cientos de imagenes de su profesor tratando con cariño, y en otras ocasiones.
Will, pudo divisar como Hannibal, se desprendia un boton de su camisa, haciendolo ver algo desaliñado, se debia al calor, pero Will nunca estuvo tan agradecido con el clima.
Ya hubo una ocasión en la que le parecia atractivo un profesor, desde ahi nació el apodo de Mason hacia su persona.
—Will, cierra tu boca, se te cae la baba— Verger rió, con sus otros amigos, llamando la atención de varios, incluyendo la de Hannibal. —¿Mi clase es aburrida para usted, para llegar al punto de molestar a su compañero, señor verger?
El silencia se hizo presente en el audiotorio, Will, solo atino a escribir cualquier cosa en su cuaderno para evotar lo que pasaba a su alrededor.
—..Y si tengo que decir la verdad, la verdad es que si. Mi padre simplemente podria pagarle a usted para aprobar esta materia.— varios soprendidos estaban atentos al siguiento movimiento del profesor.
—Señor Mason, lamento profundamente que no tenga suficiente confianza en sí mismo y recurra a ciertos métodos para aprobar. Si no le interesa la clase, puede retirarse; hay muchas personas que darían lo que fuera por estar en su lugar y solo desean aprender. —Mason quedó furioso por dentro, y sus amigos no dijeron nada. La clase continuó con una tensión que se podía cortar hasta con unas tijeras de niños.
Sin darse cuenta, se habia terminado la hora, y el auditorio comenzo a vaciarse, rapidamente guardo sus cosas nervioso. Estaba por salir de aquel lugar pero una voz lo detuvo
—Joven Graham, no espere escaparse de mi tan rápido— Hannibal habló tomando un par de apuntes en su libreta.
Graham giró sobre sus pies, mirando el suelo, algo sonrojado — ¿A-a que se refiere, profesor? —trago suave, esperando la respuesta del mayor.
Hannibal, puso sus brazos sobre el escritorio, entrelazado sus propias manos, y dandole una suave sonrisa —Tienes tutorias conmigo, despues de clases, probaremos con escultura, asi que consigue algo para no ensuciar tu ropa..—volviendo a sus notas y dandole permiso para retirarse.
Will, por poco, no sale corriendo del lugar, su corazón andaba a mil por hora, ¿será a causa del sueño? se preguntó por sus adentros, ¿que le sucede?, ¿Por qué tan de repente? Muchas preguntas que, por ahora, no podrán ser respondidas por si mismo.
Más tarde, despues de muchas clases, es hora de su tutoria con Hannibal, tuvo la suerte de tener un sueter de respaldo en su mochila. Se dirigió hacia el despacho del profesor, y tocó suavemente la puerta, en la que despues de dos segundos se escucha un "pase", Will entra mirando al suelo, y tomando fuertemente el dobladillo de su remera.
—Buenas noches, profesor—Will dijo suave, Hannibal indica que tome asiento en una silla, en medio de su despacho, en la cual toma lugar casi al instante. Hannibal dio comienzo a su clase personal, tomando un pedazo de arcilla entre sus manos y como la mojaba con las propias, Will en lo único que podía pensar era en como resaltaban sus venas, como le quedaba tan bien ese reloj, lo mas seguro que costoso.
— Will, toma un pedazo de arcilla e inténtalo — Despertó de su transe, viendo como Lecter habia transformado una bola en una cara, Graham nervioso intenta hacerlo pero falla — Dejame ayudarte, Will— dicho esto, Hannibal toma sus manos y la guian hacia la perfeccion, moldeando la arcilla, mientras sus cuerpos estaban cerca, Will sentia el aliento de su profesor en su cuello.
— Gracias, profesor— un sonrojado estudiante, agradece. Hannibal sonrie con sus atractivos colmillos resaltando —Cuando quieras. Tiene una mancha en el rostro, Graham— Will intents limpiarse pero no lo hace exitosamente, Lecter procede a limpiarla con su pulgar, acariciando suavemente su mejilla.
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