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8 De Noviembre.
Mi cumpleaños comenzó siendo una total mierda, estuve toda la noche de ayer intentando solucionar las cosas con Estela, pero Juan no quiso darme su numero y no podía salir para buscarla en su casa.
—Mi niña...¿Ya vas a decirme porque estás tan triste?.–Siento su mano acariciar mi brazo intentando acercarse pero no digo nada y continúo cepillando mi cabello.— Es tu cumpleaños mami, ¿porque no bajas a desayunar? Haré tu favorito.
La miro a través del espejo y susurro un "Esta bien" casi inaudible. Ver sus ojos llenos de preocupación me rompe el corazón, pero no estoy lista para hablar con nadie.
—¿Te sientes bien, flaca?.—Pregunta mi papá cuando me ve entrando a la cocina.
Froto mis ojos con la manga de mi blusa y niego antes de sentarme en la mesa del comedor junto a Juan.
Mi papá me mira unos segundos entrecerrando los ojos pero decide no preguntar, lo cual agradezco internamente y vuelve a ver las noticias mientras come.
Suelto un largo suspiro y miro a mi hermano a mi lado, esta muy concentrado en su teléfono. Miro mi plato y le hablo entre susurros.
—¿Seguirás sin hablarme? Es mi...
—Llegaré tarde al colegio.—Se pone de pie sin mirarme y el nudo en mi garganta crece. Me lo merezco.— Hasta luego mai, hasta luego pai.—Se despide de ambos con un beso y sale de la casa haciendo como si yo no existiera.
—María, ¿Que está pasando? Tu hermano y tú andan muy raros, no me quería meter pero esto parece más grave de lo que pensé.—Habla mi papá cruzándose de brazos y mi mamá se une a él.
—Puedes contarnos lo que sea, Vicky, nada cambiará entre nosotros, somos tus padres, estamos aquí para corregirte y ayudarte si es necesario.
—Gracias, pero esto lo tengo que solucionar yo sola.—Me pongo de pie sin siquiera haber tocado mi desayuno y tomo mi mochila.— Los veo más tarde, los amos.
(...)
—¿Sigue sin hablarte?
—Sí, me trata como si le hubiera hecho algo a él.— Pongo los ojos en blanco al ver a mi hermano a lo lejos, hablando con sus amigos. Ni siquiera me ah felicitado.— Es el peor cumpleaños que eh tenido.
—Me imagino cómo te sientes, pero hey, no todo es taaaaan malo.—La morena da unas palmadas en mi hombro y la miró con una mueca, ¿en serio?.— Bien, tal vez si sea todo malo, pero aún tienes a tus amigos. Vamos, relájate un poco y trata de tener un día normal, ¿quieres? Te invitaré el almuerzo.
—No tengo hambre. ¿Crees que Estela haya venido?.—Cambio el tema mientras me acerco a mi looker.— Quiero aclararle todo, odio que este mal por mi culpa, más cuando no es cierto todo eso que dijeron. Yo nunca le haría daño por gusto, ¿Quien cree que soy?
