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—Victoria está muy distraída, ¿se encuentra bien?.—Le pregunto a Juan mientras la mencionada se encuentra a unos metros de nosotros con sus amigos.
—Sofía sufrió un accidente la semana pasada, por eso no vino, y pues eso la tiene mal.—Dice y me sorprendo un poco, es entendible que Victroia esté así de desanimada.— Ni le pasó nada grave, pero la dramática no quiere levantarse de la cama y ahí tiene a su tonta que le hace todo.
—No digas eso, seguramente si esta grave.—Intento tener un poco de empatía por Sofía, aunque me den ganas de vomitar de solo pensarlo.—¿Crees que vaya a festejar su cumpleaños? Es la próxima semana.
—No lo sé, ya ni me cuenta nada.
Caminamos hacia el aula hablando de otros temas menos tristes y comenzamos el día con lo peor del mundo. Historia. Agh.
Pero no todo es malo, hay cosas más interesantes, primero que nada, seguí dejándole regalos a Victoria, ahora le dejaba flores color rosa, y ya hablábamos un poco más. Cuando me ve en los pasillos me saluda o me pregunta algo, se despide de mi cuando viene por Juan y hace contacto visual conmigo cada que puede.
Me siento como si estuviera en un fanfic, ¿que se siente ser la espectadora de mi increíble historia de amor?
Ojito con romper la cuarta pared.
Lo siento.
Ah, y otra cosa aún más increíble:
!Victoria ahora respondía a mis cartas¡ eso casi hace que me vuelva loca. Me las devuelve con algo escrito en la parte libre, es lo más lindo que eh vivido en la vida.
Ella es lo más lindo que tengo en la vida.
Incluso se podría decir que ya coquetea conmigo, pero aún no estoy muy segura. No quiero hacerme ilusiones.
¿Ah no? ¿y que hago con esta lista de invitados para su bod-
Como dije, no quiero hacerme ilusiones. Victoria es demasiado difícil de descifrar, parece como si tuviera un escudo para no mostrar quien es realmente. Hay veces en las que está relajada hablando conmigo y de la nada se pone seria y marca distancia entre nosotras.
Quisiera poder meterme en su cabeza y saber que piensa, eso me facilitaría la vida. Le gustan mis regalos pero me regaña por dejárselos, aunque no se quejó con la reproductora de música de la semana pasada, de hecho, casi siempre la veo con ella. Eso me pone de buen humor, como justo ahora.
Esta sentada en las gradas, con sus típicos shorts a la rodilla y sus blusas de tirantes. Lo único que cambia es su peinado, ahora tiene un medio moño que la hace ver muy tierna.
—Hey.–Saluda con la cabeza mientras se quita los cascos que estan conectados a la reproductora de música. Me siento junto a ella en las gradas viendo el entrenamiento de Básquet en el cual se encuentran sus amigos y Mari quien no es tan amiga mía pero la conozco, solemos hablar a veces.—Tienes buen gusto musical.
