°Asilo Mental° || Adaptación Rivari ||

°42°

- Necesito tu ayuda - oí la voz de Aldo en el otro extremo de la línea.

Mis ojos se encontraron con los de Samantha, quien silenciosamente me dijo que sí a la petición de Aldo.

- ¿Con qué necesitas ayuda? ¿Y dónde estás ahora, Aldo? Cuéntame todo desde el principio -

Aldo no me dio una respuesta por el minuto más largo y comencé a preguntarme si había colgado la llamada como la última vez.

- ¿Aldo? -

- Mira, no sé dónde estoy y no puedo darte más detalles. Lo única que sé es que puedo o no tener mucho tiempo. Necesito que hagas algo por mí -

- ¿Qué? -

- Recibirá un mensaje de texto ahora mismo que tiene una dirección. Samantha debe estar allí, sin la policía ni el FBI -

- ¿Por qué Samantha? -

- Ese el trato del asesino. Un intercambio: Samantha por mí - Aldo dijo, y luego con voz suave, agregó. -  Sé lo que Samantha significa para ti, Abril. Si decides no dejarle saber a Samantha sobre la dirección, no te culparé. Mereces la felicidad, y si ella puede dártela, entonces valdría la pena... -

- ¿Qué valdría la pena? - le pregunté aunque sabía cuál iba a ser su respuesta -

- Mi muerte -

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Según lo informado por Aldo, recibí un mensaje de texto diez minutos más tarde con una dirección.

077 en Boulder Street al norte de Garden Avenue.

Samantha alcanzó su camiseta y se la colocó.

La observé mientras se abrochaba el pantalón y se pasaba una mano por el grueso cabello.

- ¿A dónde vas? - yo pregunté.

- A la ubicación de Aldo - Ella respondió.

La fatiga era tan clara en sus ojos.

Samantha parecía que necesitaba una manta, una taza de chocolate caliente y un buen descanso nocturno, ninguno de los cuales iba a conseguir pronto con la forma en que habían ocurrido las cosas.

- Voy contigo -

Ya me había puesto unos vaqueros y una camiseta.

- No, no irás - Samantha lo dijo en un tono tal que no había lugar para la discusión.

- Esto concierne a mi hermano. Él debe estar en peligro - razoné.

- Esto podría ser una trampa y no puedo tenerte caminando hacia esta, además Aldo dijo que debía ir sola -

Samantha sacó una pistola del cajón inferior de la cómoda.

No la había visto hasta este momento.

Rápidamente la escondió en su cintura.

- Verónica me dijo algo sobre tu hermano, pero me negué a creerlo -

- ¿Qué dijo Verónica? -

Me miró fijamente, probablemente pensando las consecuencias de decirme esto sobre mi hermano.

- Verónica tiene los documentos que tu abogado, Alexis, intentó buscar en este departamento el mismo día que casi fue asesinado -