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Tan pronto como escuché el nombre de Ama, le envié un mensaje de texto a Aldo para hacerle saber lo que estaba pasando y corrí rápidamente al hospital.

Todo el camino comencé a pensar.

¿Y  si Ama estaba muerta de una manera espantosa?

¿Sería capaz de salir del trauma?

Cuando llegué al hospital, la recepcionista me dijo que había tenido lesiones.

Ama estaba apoyada contra la cama, conectada a la vía intravenosa, con una gran venda en el cuello.

Sus ojos estaban llenos de lágrimas y parecía agotada.

Me sentí tan aliviada de verla con vida que fui a sentarme en la silla junto a su cama.

- Ama, ¿Qué paso? - yo pregunté.

Ella parecía estar en una especie de shock. - Fui atacada - 

Ella ahogó una respuesta.

Ama miró la distancia como si viera algo que no existía.

- Sólo iba a traer un medicamento para un paciente. Estaba oscuro, así que encendí las luces y cuando fui al gabinete, alguien me golpeó por detrás. Cuando recuperé la conciencia, me estaban arrastrando de mi tobillo - ella dijo y luego sollozó histéricamente, apretando mi mano con fuerza. - Estaba tan asustada, Abril. ¡Pensé que iba a morir! -

Intenté consolarla pero sus sollozos eran incontrolables.

- Le di una patada fuerte, pero era más fuerte. Había sangre por todas partes. Era un cuarto oscuro y frío - ella chilló.

- ¿Quién fue, Ama? - yo pregunté. - ¿Quién te hizo esto? -

Ella estaba diciendo algo incoherente, no podía entender nada. - Me habría matado -

- ¡Ama, tienes que recordar quién lo hizo! - dije.

Ella me miró directamente a los ojos. - Fue Samantha -

No tenía ninguna duda en mi mente de que era Verónica, a quien Ama se refería cuando dijo el nombre de Samantha.

Ama definitivamente no era consciente de las gemelas.

Todos asumieron que Verónica estaba muerta, así que era obvio que Samantha era la culpable.

La rabia corría por mi cuerpo.

¿Cómo pudo Verónica hacerle esto a su propia hermana?

¿No había sufrido Samantha lo suficiente?

Si esto continua, Samantha sin duda podría ser ejecutada por delitos que no había cometido.

Verónica estaba muerta para el ojo público.

Me quedé con Ama hasta la noche, y cuando se quedo dormida, salí para tomar un café.

Vi a Juan regañando a un pobre asistente médico.

Cuando me vio, sus expresiones se volvieron relajadas.

- Abril - se me acercó.

- Doctor Guarnizo -

Nunca lo llamaba así a menos que estuviéramos en compañía de los superiores.

- Estoy tan contento de verte, Abril - dijo. - ¿La agente Palami te dijo todo? -

 Le di un asentimiento.

- Aunque me gustaría escucharlo de ti -

- Quiero que vuelvas aquí, a trabajar conmigo - Juan dijo con lo que asumí que era sinceridad.

°Asilo Mental° || Adaptación Rivari ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora