°34°

169 12 2
                                    

Una de las dos podía morir y yo necesitaba hacer algo.

Traté de buscar una llave, en caso de que Verónica la hubiera dejado en el auto, pero por supuesto ella era inteligente, no cometería un error tan juvenil.

Me incliné hacia la puerta del auto y llevé mis manos restringidas a la cerradura del auto. Le di la vuelta a la cerradura y funcionó fácilmente.

Las nubes comenzaron a esconderse detrás de las montañas.

Caminé lentamente hacia el establo y abrí la puerta.

Entré en el granero y cerré la puerta detrás de mí.

Me quedé escondida detrás de una pila de heno. El lugar era espeluznante y olía a ganado.

De píe allí, en medio de la basura vieja y polvorienta, estaban las gemelas.

Verónica estaba frente a Samantha - Pareces un zombie -

- Vaya Vero, gracias por el cumplido. Tú tampoco te ves mal - dijo en una voz que era casi de buen humor.

La voz de Samantha, su presencia hizo que mi corazón latiera más rápido - ¿Dónde está Abril? -

- ¿Por qué hay sangre en tu camisa? - Verónica le preguntó, su voz era inquietamente tranquila.

Sus voces eran muy similares entre sí; se estaba volviendo difícil entender quién estaba hablando a menos que siguiera mirando.

- Me prometiste que si aparecía, dejaría ir a Abril. Aquí estoy donde querías, Abril no tiene nada que ver en esto. Déjala ir - Samantha dijo - Hice lo que me dijiste y dejé mi arma en el auto -

- Nunca prometí nada. Te dije que teníamos que hablar primero -

Samantha se frotó los sienes; me di cuenta de que estaba perdiendo su paciencia - ¿De qué quieres hablar? Espera, ¿Eres real, o quizás eres producto de mi imaginación? Tal vez finalmente perdí todas mis canicas y te veo resucitada - Samantha se río.

- Puedo escuchar el sarcasmo - dijo Verónica - Tienes que entender. Tenía que fingir estar muerta. No había otra manera. Ya ves, yo... -

- Eres agente del FBI - Samantha terminó por ella.

Los ojos de Verónica se ensancharon.

Samantha sabía de su verdadera identidad.

- Lo que no entiendo es por qué te esforzarías tanto para fingir ser yo. A menos que tengas un propósito oculto. ¿Por qué, Vero? ¿Qué quieres? -

- Quiero la verdad. Eso es todo lo que necesito - dijo Verónica.

- Tu dime. Eres la agente del FBI, yo soy la criminal, ¿Recueras? - Samantha se burló de ella.

Las expresiones de Verónica se volvieron duras - Sé que mataste a tres personas, pero no pregunté por eso. Quiero saber si mataste a los demás - Entonces sus ojos se enfocaron en otra cosa. - La sangre en tu camisa, ¿Qué hiciste? -

Una larga pausa.

- Fui a la mansión -

- ¿Qué? -

- Me escuchaste la primera vez. Fui a la mansión... -

- ¿Y? -

Un teléfono comenzó a sonar.

Verónica metió la mano en su bolsillo sacó su teléfono. - Agente Rivera -

Una larga pausa.

El silencio me estaba asfixiando.

°Asilo Mental° || Adaptación Rivari ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora