𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏.

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“Reencarnacion”

Adrián se hallaba en un vasto espacio de un blanco inmaculado, donde la soledad lo envolvía como una niebla densa.

La ausencia de referencias lo sumía en una profunda confusión; cada pregunta que surgía en su mente resonaba en el vacío, sin respuesta.

¿Dónde estaba? ¿Qué había sucedido? La inquietud se apoderaba de él, mientras sus pensamientos danzaban entre recuerdos fragmentados de su vida anterior y la incertidumbre de su nueva realidad. 

???: ¡Hola!.

Exclamó un niño que parecía tener apenas diez años, con cabello blanco como la nieve y ojos rojos que brillaban con una intensidad inusual. Su mirada se posó en Adrián, quien, sorprendido, retrocedió un paso, sintiendo una mezcla de desconfianza y curiosidad.

La figura infantil, tan inesperada en aquel vasto vacío, parecía fuera de lugar, como un destello de color en un lienzo en blanco.

Adrián, aún tratando de asimilar su entorno surrealista, reunió el valor para preguntar:

Adrián: ¿Quién eres?.

La respuesta llegó con una calma desconcertante:

Dios: Soy Dios.

Las palabras resonaron en el aire etéreo, cargadas de significado y poder. En ese instante, la confusión de Adrián se transformó en asombro; la realidad de su situación comenzaba a tomar forma.

¿Cómo podía ser que se encontrara cara a cara con la divinidad en este limbo sin fin? La incredulidad se mezclaba con una creciente curiosidad sobre lo que significaría este encuentro para su destino.

Dios: Jajajaja, ustedes los humanos son demasiado divertidos.

Rió Dios, su voz resonando con una mezcla de alegría y asombro. Adrián, aún incrédulo ante la surrealista situación, sintió cómo la risa divina lo sacudía de su aturdimiento.

Sin embargo, la ligereza del momento pronto se desvaneció cuando Dios, con un gesto decidido, lo miró fijamente y continuó:

Dios: Tengo un trabajo para ti, y solo para ti.

Las palabras de Dios cargaban un peso inesperado. Adrián sintió que su corazón latía con fuerza mientras el ser divino compartía su historia.

Dios: Cuando era más joven..., creé un ser para no aburrirme, algo que pudiera experimentar el mundo como lo hacen los humanos. Pero este ser resultó ser mucho más peligroso y astuto de lo que había anticipado. Posee magia propia, una habilidad que podría desatar el caos si no se controla.

La gravedad de la misión se instaló en el aire entre ellos. Adrián comprendió que su vida había dado un giro radical; ya no era solo un joven perdido en un espacio infinito, sino el elegido para enfrentar una amenaza que podría alterar el equilibrio mismo del universo.

La mezcla de temor y determinación comenzó a brotar en su interior.

¿Sería capaz de asumir tal responsabilidad? La mirada de Dios le transmitía confianza, pero también la urgencia de actuar antes de que fuera demasiado tarde.

¡𝐋𝐀𝐙𝐎𝐒 𝐒𝐈𝐍𝐈𝐄𝐒𝐓𝐑𝐎𝐒! /// 𝐌𝐲 𝐋𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐏𝐨𝐧𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora