𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟐.

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"Cumpleaños Celestial"


Era un nuevo día en el reino de Equestria, un día radiante y lleno de promesas, ya que la princesa Celestia celebraba su 18º cumpleaños.

La luz del sol danzaba sobre los jardines,reflejando la alegría que impregnaba el ambiente. Mientras los habitantes del reino se preparaban para la gran celebración, Adrián, el pequeño Zorua, caminaba por los pasillos del castillo, moviendo su cola de lado a lado, sumido en pensamientos.

Su mente no paraba de buscar el regalo perfecto para la princesa, hasta que recordó la existencia de una cueva profunda y misteriosa, ubicada cerca del reino.

Se decía que en su interior habitaba un hermoso cristal dorado, capaz de capturar la luz del sol y transformarla en destellos brillantes. La idea de ofrecérselo a Celestia lo llenó de emoción y determinación.

Adrián: Ese cristal será el regalo ideal.

Pensó, visualizando la sonrisa de la princesa. Sin más dilación, Adrián se concentró y, con un destello de energía, se teletransportó a la entrada de la cueva.

La oscuridad se cernía ante él, y aunque su magia era poderosa y poseía la habilidad de copiar cualquier hechizo, sabía que no podía permitirse subestimar el lugar.

Adrián: No sé qué sorpresas me deparará esta cueva.

Murmuró, sintiendo un ligero escalofrío recorrer su espalda. Mientras avanzaba cautelosamente, se dijo a sí mismo.

Adrián: Tal vez debería haber investigado más sobre este lugar. No conozco muy bien lo que hay dentro.

Mientras Adrián avanzaba por la cueva, seis llamas azules iluminaban su camino, danzando a su alrededor con una luz etérea.

El ambiente era silencioso, y para mantener a raya los nervios, el pequeño Zorua silbaba una melodía alegre, su corazón palpitando con la emoción de la aventura.

De repente, una gigantesca serpiente apareció de la nada, lista para atrapar a su presa y devorarla. Sin embargo, Adrián no se dejó intimidar.

Con un simple movimiento de su pata, una gran baba oscura emergió del suelo, capturando a la serpiente en un abrazo mortal y comenzando a devorarla lentamente.

Adrián observaba con una sonrisa, disfrutando del espectáculo de cómo su atacante se convertía en su propia presa.

Cuando la serpiente empezó a desvanecerse en la baba, el Zorua no pudo evitar soltarse con un comentario sarcástico.

Adrián: ¿Y pensabas que yo sería el almuerzo? Creo que subestimaste un poco tu menú.

Con esa observación punzante y una risa divertida, continuó su camino, sintiéndose más confiado y decidido que nunca. La cueva, aunque peligrosa, no podía detenerlo en su búsqueda del cristal dorado.

...

..

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En el castillo, el bullicio de la preparación para la gran celebración llenaba el aire. Los sirvientes reales adornaban el gran salón con cintas doradas y flores frescas, creando un ambiente festivo que reflejaba la alegría del cumpleaños de la princesa Celestia.

¡𝐋𝐀𝐙𝐎𝐒 𝐒𝐈𝐍𝐈𝐄𝐒𝐓𝐑𝐎𝐒! /// 𝐌𝐲 𝐋𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐏𝐨𝐧𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora