¡𝐋𝐀𝐙𝐎𝐒 𝐒𝐈𝐍𝐈𝐄𝐒𝐓𝐑𝐎𝐒! /// 𝐌𝐲 𝐋𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐏𝐨𝐧𝐲

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟐𝟎.

“La Guerra [ III ]”

En Canterlot, la barrera que protegía la ciudad continuaba siendo un obstáculo inquebrantable.

Las princesas, con el corazón pesado por la ausencia de su amigo Adrián, se encontraban en un estado de ansiedad constante, esforzándose por cumplir con su deber de destruir la barrera.

Sin embargo, cada intento parecía fútil, y la energía de la barrera se intensificaba, como si se alimentara de su desesperación.

Los Reyes Aqmar y Elaine, tras una larga y agotadora batalla, habían logrado vencer a los reyes cambiantes, el Rey Chry y la Reina Salis.

A pesar de su victoria, la preocupación por el paradero de Adrián persistía en sus mentes, un pensamiento inquietante que no podían ignorar.

Star Swirl apareció en el horizonte, su figura imponente y sabia. Anunció que había eliminado todos los monstruos y cambiantes de la zona, pero al preguntar por Adrián, los reyes compartieron su incertidumbre.

Rey Aqmar y reina Elaine: No sabemos nada de él.

Dijeron, la preocupación evidente en sus voces. Las princesas, descendiendo del cielo, informaron sobre su frustración: la barrera se hacía cada vez más poderosa, resistiendo todos sus esfuerzos.

Chrysalis: ¿Dónde podría estar Adrián?.

Murmuró Chrysalis, inquieta por la incertidumbre. En ese momento, una voz resonó, interrumpiendo el silencio tenso que había caído sobre ellos.

X: Bueno, digamos que ya no está, o mejor dicho, ya no existe. Jajaja.

Todos se volvieron hacia la fuente de la voz, y se encontraron con la figura del mismo ser que había llevado a Adrián a través del portal. Su presencia, cargada de una fría arrogancia, sembró la inquietud en el grupo.

El ambiente se tornó pesado, y las miradas de preocupación se transformaron en una mezcla de furia y desasosiego.

Celestia: ¿¡Qué quieres decir con que ya no existe!?.

Exclamó Celestia, su voz resonando con furia mientras su mirada se fijaba en el ser frente a ellos. Las princesas, igualmente indignadas, compartían la misma rabia, sus ojos ardiendo con determinación.

El Rey y la Reina, junto a Star Swirl, se mantuvieron alerta, preparados para cualquier movimiento del enemigo que pudiera representar una amenaza.

La tensión en el aire era palpable, un silencio incómodo que precedía a la tormenta.

X: Digamos que luchó valientemente, pero murió contra mí...

El ser pronunció sus palabras con una expresión cómica, una mueca que contrastaba grotescamente con la gravedad de su declaración. La sinceridad detrás de sus palabras golpeó a las princesas con la fuerza de una ola, y las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, llenas de una tristeza abrumadora.

Luna: ¡Mentira, mentira... ¡mentira!.

Gritó Luna, la frustración y el dolor transformándose en furia. En un impulso, lanzó un rayo lunar hacia el humano, quien, con un movimiento despreocupado, se echó a un lado, esquivando el ataque con facilidad.