Capítulo 22.

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· Becky ·

—Está todo bien? ―Freen empujó el pollo tailandés picante y fettuccini alrededor del plato con su tenedor. El martes por la noche dijo que no se sentía bien y canceló nuestra cita. Y estos últimos días ha estado callada. Esta noche su estado de humor parecía malo―. ¿No te gusta la pasta?

―Sí. Estoy bien. Lo siento, bebé. La pasta está deliciosa. Solo estoy cansada.

El resto de la noche fue más o menos lo mismo. Me sentí como si estuviera sacándole las palabras. Normalmente era buena con el silencio. Nunca había sido una persona que sintiera la necesidad de hablar para estar cómoda.

La cosa era, que el silencio no era cómodo esta noche.

Más tarde, intente diferentes temas. Pero nada pareció interesarle lo suficiente para hablar. Freen tomó una copa después de cenar, algo que era inusual en ella. Se sirvió un ron fuerte con Coca-Cola y se sentó en el sofá, mirando fijamente su vaso mientras movía el líquido.

―¿Al final, qué compraste el otro día cuando saliste?

Tomó un sorbo de su bebida y me miró con el ceño fruncido.

―¿Hmm?

―El amigo de la familia al que le estabas comprando algo el fin de semana pasado. Estabas en una tienda cuando te llamé, y dijiste que estabas comprando para el cumpleaños de un amigo. ¿Recuerdas?

Freen miró alrededor de la habitación antes de tomar un gran trago. Colocando su bebida sobre la mesa, levantó una rodilla y se giró para enfrentarme.

―La conseguí un tablero de damas. Vive en un hogar de ancianos y tiene una cosa por los concursos. Los mira en la televisión todo el día y le gustan los juegos de mesa.

―Oh. Eso es amable de tu parte. ¿Es amiga de tu papá?

Me miró directamente a los ojos esta vez.

―Es la abuela de Rosé, Marlene.

Había algo más en esta historia. Y no estaba segura de si quería saber el resto.

―Después de que Rosé desapareciera. Marlene empezó a confundirse mucho. No tenía a nadie excepto una drogadicta como hija y una drogadicta como nieta. La mujer paso toda su vida viendo lo bueno en las personas, y cuando llegó su tiempo, cuando necesito que lo bueno se mostrara para ella, ninguno apareció. ―Freen tenía un brazo colgado en el respaldo del sofá, me estiré y tomé su mano apretándola―. Mi papá y yo tomamos turnos visitándola por un tiempo después de regresar de la universidad. Pero eventualmente mi padre se retiró a Arizona, y yo algunas semanas viajaba cuatro días con el equipo. Simplemente no era seguro para Marlene estar sola. Así que la mudé a un hogar de ancianos privado hace unos tres años.

―Guau. ¿Y todavía te mantienes en contacto con ella?

―No me he perdido ningún martes desde que la mudé allí. Le prometí que vería mi rostro sonriente todas las semanas. ―Freen soltó una carcajada―. Hubo algunas jodidas derrotas el lunes que no tenían mi rostro sonriendo el martes, pero no he perdido una visita de todos modos.

―Eso es increíble, Freen. No muchas personas harían eso por alguien más. Especialmente si ni siquiera es de la familia.

―Siempre ha sido de la familia para mí. Era joven cuando mi mamá murió. Marlene trató de ayudarnos a papá y a mí cada vez que podía. Además, alguien tenía que estar allí para ella. Seguro como la mierda que no iba a ser Rosé.

He tenido curiosidad sobre ella desde la noche en la que me contó lo que pasó en la universidad, pero la oportunidad nunca se había presentado. Hasta ahora.

𝐋𝐄 𝐁𝐀𝐋𝐋𝐄𝐔𝐑 || 𝐅𝐑𝐄𝐄𝐍𝐁𝐄𝐂𝐊𝐘 (𝐆!𝐏)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora