CAPITULO 6: LAS PESADILLAS CONTINUAN

34 10 18
                                    

Me veo en un búnker, privado de mi libertad, sin saber dónde estoy, sólo oigo voces, sólo oigo quejidos, más no se porque me han traído aquí, pero tengo la sospecha de saber el porqué, puedo percibir sus miedos, puedo oler sus pesadillas aún estando aquí, con mi cabeza tapada aun sin poder ver nada, sólo oigo voces, sólo oigo que no me harán daño, sólo oigo el sonido de los latidos de sus corazones, sencillamente es inútil no querer salir corriendo de aquí o peor, caer en el desespero de mi propia realidad, me secuestraron.

Oigo que alguien camina hacia dónde me encuentro, y me destapa, oigo que está detrás de mi, mientras mis ojos se acostumbra a la iluminación del lugar, sólo veo borroso, oigo que lentamente se agacha detrás de mí y con una voz muy suave pero con odio a la vez o ¿será miedo?, si es miedo de mí, me dijo : — Acostúmbrate a tu nueva realidad.... Porque de aquí no saldrás.

Me desperté sobresaltado,  ahogando un grito con la almohada, con el sudor empapando cada parte de mi cuerpo y con la garganta super seca, ¿Porqué seguía teniendo esas pesadillas?, ¿Hasta cuándo seguirían persiguiendome?, me dispuse a levantarme de la cama ir al baño a echarme agua en la cara y mirar mi cara de desespero en el espejo.

Por mucho que me habían preparado desde niño con cada cosa que hoy día he hecho,mi parte racional me decía que era normal tener miedo, que no me sintiera mal por eso, pero ya quería que pararan, en la soledad de mi habitación, me preguntaba que hubiese pasado si no le hubiese hecho caso a mis instinto de avanzar y darme rienda total a mis convicciones, realmente no me arrepiento haber dado ese paso que cambió por completo y de forma radical mi vida, pero si puedo entender que mis pesadillas son consecuencias de haberme apartado de mi familia, de mi mundo, de las traiciones de la gente que se suponía que eran mis aliados, pero a la vez le daba gracias a Dios que salí de ese lugar sin retorno, recuerdo ver a mi maestro y mentor, está vivo, lo creía muerto y estaba vivo, allí a mi lado, en una celda alado de la mía, que solo nos separaba una pared de concreto, al menos sabía que él vivía, al menos no me sentía solo en ese lugar.

Tenia a alguien a mi lado que había estado desde mi niñez y me conocía tanto como a mí mismo, era de cierta forma reconfortante saber que él estaba allí a mi lado, pero tenía muchísimas dudas de muchas cosas en esos momentos, que más iba a pasar, que nos iba a pasar a los dos, él solo me pedía que no dejara de contar la historia de todo esto, que la gente tenía que saber, la gente tenía que darse cuenta de la cárcel que se vivía y que ellos mismos tenían la llave en sus manos para salir de allí.

Regreso a mi cama y agarro el teléfono para revisar mis redes, y veo los comentarios de mis videos, gente tonta que no cree lo que les digo, gente que me pide ayuda, ¿Pero cómo hago para ayudarlos más allá de lo que ya les estoy ofreciendo si no quieren creer lo que les digo?

Sigo leyendo y veo los comentarios de una venezolana, me llaman la atención la forma tan particular que ella tiene de llamar mi atención, sí, hay tensión en cada frase, en cada forma de expresarse, pero es tan sutil que me intriga, y me gusta, me gusta porque tiene ese fuego que me gusta y quiero saber de ella, me meto en su perfil pero ¡¡¡Sorpresa!!!, lo tiene privado, y como él caballero que soy, no quiero utilizar mis dotes de millonario para meterme en su perfil sin su permiso.

Aunque... Mejor me salgo de aquí, no puedo hacer eso, si no fuera porque no puedo seguir a nadie la seguiría, me intriga tanto, me gusta esta tensión que hay, aunque no me conoce me gusta, es distinta a las demás, no muestra interés en mi como millonario, ni como un pedazo de carne para meterlo en la primera que se me atraviese, me gusta, si, quiere que la domine, pero es sutil al decirlo, toda una dama, me gusta.

Dejó el teléfono en la mesa que está alado de la cama y agarro el vaso de agua que tengo y me lo tomo, ¿Que estará haciendo ahora?, mejor me duermo, tengo demasiadas cosas que hacer mañana para andar trasnochandome hoy que necesito dormir.

Y con ese pensamiento caigo en un sueño muy profundo.

MIENTRAS TANTO EN VENEZUELA.....

Me veo en una calle sin luz alguna, sentía la presencia de alguien detrás de mí, volteaba detrás de mi hombro y no veía a nadie, pero sentía a alguien allí, sentía su presencia, me preguntaba que deseaba de mí, seguí caminando aún más rápido rogándole a Dios que no me alcanzará y si lo hacía que no me hiciera daño, pero mí temor era casa vez más y más fuerte, no había luz por donde viera, la calle estaba totalmente oscura parecía tan real, y lo que fuese que había detrás de mí seguía persiguiendome, disfrutando de mi temor, pero ¿Quién era?, a medida que avanzaba mi piel se erizaba y mi cuerpo reaccionaba a esa presencia misteriosa, mi cuerpo si lo reconocía, mi yo consciente no, ¿Que era esto que sentía?, un miedo pero a la vez una emoción extraña.

Me tomé la valentía de darme la vuelta y encarar a lo que fuese que me estuviera persiguiendo para que me diera la cara, pero solo veía oscuridad, no veía nada, sólo eso, que frustrante, aún temblando camine hacia lo que me perseguía y me detuve cuando escuché su respiración tan cerca de mí, que mí cuerpo reaccionaba aún más, era todas las sensaciones activadas al mil por ciento en ese instante, con voz firme o eso creía yo que me salía rompí el silencio.

— ¿Quien está allí, y porqué me persigues?

Solo sentía su presencia y no respondía a medida que pasaban los segundos, lo sentía aún más cerca de mí, y los miedos y todo era peor cada vez, y volví a preguntar casi a un susurro.

— ¿Que deseas de mí?, por favor no me hagas daño, Llévate todo si quieres pero no me hagas nada.

Y justo cuando su aliento a menta que me embriagó al instante los sentidos a mil y a buen licor, choco con mi cara y mis fosas nasales, me tomo fuerte pero sin hacerme daño por la cintura lo suficientemente autoritario para reclamarme como suya, me dijo: — ¿Daño?, no  chiquilla, daño no te podría hacer. ¿Que quiero?, a ti chiquilla solo a ti,  y no voy a descansar hasta que te tenga.

Y con eso beso la comisura de mi boca, sentía su dominio en mí, muchísimo más alto que yo físicamente, y mucho más fuerte, y su olor a hombre que ¡¡¡Diosss!!!, me llenaba cada milésima de mí cuerpo, cada partícula de mi ser, olía a perfume caro pero suti, pero a la vez de esos que por dónde él pasaba transmitía con su aroma su propia autoridad y misterio que tanto me cautivaba, sentía en ese solo rose cómo mi cuerpo entero temblaba, cómo reaccionaba a él a su propio favor, cómo si mi cuerpo y mi mente aún, mi propio corazón y sentidos supieran quien era él, cómo si lo hubiesen estado esperando toda la vida, temblaba de excitación, de expectación, de su dominio en mi, de saber que haría luego, todo, me atreví a alzar mi mirada pero solo me encontré con una máscara negra, lleve mis manos a su pecho lentamente para apartarlo de mi y reclamarle que se creía para hablarme así. Pero mi traicionero cuerpo, mente, sentidos y corazón no reaccionaron como deseaba, las palabras se me atoraron y yo solo me quede allí, el dio un beso muy sutil a través de la máscara en mis labios y se apartó y como cosa de magia la calle se iluminó de repente, pero él ya no se veía por ningún lado, no estaba.
Desperté sudando, temblando y preguntándome que significaba eso, era él, Alec, pero, ¿Porque soñaba con él así?, no entiendo.
Fui a la cocina a tomar un vaso de agua, ver la hora y

— ¡¡¡Ahhhhhhh, las dos y medía am y te estas metiendo en mi mente desde temprano haciendo despertarrrrr , Alec Storm te odiooooooooo, dejame dormir carajo, que seguro estas de lo más rico acostado durmiendo quien sabe con quien zorra a tu lado o haciendo cochinadas y yo aqui despierta por tu bendita culpa!!!.

Ahogaba el grito con el cojín en mi cara para no asustar a los vecinos, me quite el cojín y volví a decir.

— ¿Y qué culpa tiene él de que tú estuvieras soñando con el?, pareces loca guara, pareces loca, bien bueno, capaz el guaro este de lo más feliz, con alguna pana y tu aquí, matandote la cabeza por él. ¡¡¡Pendeja!!!, vete a dormir y ya de pensar en el.

Con ese regaño que yo misma me hice me fui a acostar y adivinen, Quién estaba en la mitad de la cama como que si fuera el amo, (que si lo es) de todo el espacio?.

Pues si, mi gato.

Tu... Mi Rame....Donde viven las historias. Descúbrelo ahora