De Vuelta a Clases

Situaciones Incómodas

Desco se puso en guardia ante la provocación, analizando con sumo detalle a su oponente. Nunca antes se había enfrentado a un dino, y se preguntaba que tipo de movimientos o técnicas sería capaz de ejecutar con mayor efectividad. Ella hacía lo mismo, como si su situación no fuera muy diferente. Sin enbargo, no dudó en laznar un directo a su rostro. 

Desco tuvo que retroceder para evitar ver el universe sobre su rostro, en un movimiento que fue más instinto que pensamiento. Sus ojos mostraron un asombro inmediato, pues fue un ataque mucho más rápido de lo que esperaba. Vanesa, en cambio... Parecía disfrutar la cara del humano. 

Vanesa: ¿Qué pasa? ¿No vas a ser muy rudo conmigo por ¨soy una chica¨? 

Un comentario extraño sin lugar a dudas, que hizo que la cabeza de Desco se inclinase ligeramente con una señal de duda. Pero antes las posibilidades, no dejó márgen de error. 

Desco: Ja... En tus sueños. 

Eso fue una clara provocación, pero por algún motivo tuvo el efecto contrario. Vasena solo dejó escapar un sonrisa satisfecha, milésima de segundos antes de lanzarse sobre él con una poderosa patada fronta. 

Desco se hizo a un lado, y sintió el viento sacudirse ante la fuerza de la dino. Sus palabras no fueron bromas, y no perdió la oportunidad para lanzarle un gancho directo al rostro. Uno que conectaría con los antebrazos de Vanesa, la cual pudo cubrirse justo a tiempo para evitarlo, para luego retroceder y tomar una distancia segura. 

La gargolesaurio tomó unos segundos, para analizar lo sucedido. Esa fue uan reacción bastante rápida de su parte, y la pose cerrada del humano daba a entender que era un peleador de contrataques. Por otro lado, el antebrazo donde recibió el golpe dolía un poco, dándole a entender que sus palabras no eran mera especulación. Él se lo estaba tomando en serio... Y la idea le fascinaba. 

Vanesa se lanzó una vez más, esta vez con ataques más calculados. Más técnica y menos fuerza. Desco demostraba su dominio de su defenza, y sus codos y rodillas eran un valurta muy difícil de penetrar. Sus ataques, aunque escasos, eran precisos, y bien calculados. Aunque la mayoría eran evadidos por la velocidad superior de la dino. Era como ver lucha a una tortuga contra una liebre. El único problema, era que eso ya había dejado de ser Karatex.

La repetición de golpes era constante, no la técnica de un solo golpe devastador que tanto caraterizaba este arte marcial. Era más como un Rexpo y Boxractor. Un estilo demasiado rápido, con varias secuencias de ataques consecuticas. Tal vez un arte mixta. 

En cualquier caso, el combate se tornó intenso y con pocos respiros. Desco parecía mostrarse pasivo, pero esa era una trampa que Vanesa había detectado desde su primer movimiento. Una trampa peligrosa que debía procurar no caer. Pues, al hacer creer a su oponente que estaba inactivo, seguro lo vería como un blanco fácil. Un error fatal. 

La dino se acercó de pronto, y su mano amenazaba con lanzarle un directo al estómago. El codo izquierdo de Desco rápidamente descendió como escudo, mientras su mano derecha se lanzó al frente para impactarle de lleno en el rostro. La oportinidad que ella buscaba. 

Vanesa bajó su portura, y el brazo estirado de Desco se conviertió en el agarre perfecto. Su mano izquierda agarrando su antebrazo, su brazo derecho calzando sobre su biscep, y su cadera pegada a la suya. La técnica estaba hecha. Desco no sería capaz de evitar el Ippon Seoi Nage en el que había caído. 

El humano sintió como sus piernas dejaron de hacer contacto con el suelo, y su centro de masa salió fuera de su apoyo. Su cuerpo giró 180 grados por encima de la espalda de Vanesa, y cayó con un sonido sordo sobre el suelo. Estaba hecho, y fue un movimiento hermoso. Pero la dino no debió acelantar su celebración de victoria.