Ambos se colocaron en posición, Jiang Cheng estaba sumamente nervioso. Podía sentir como sus manos estaban algo sudadas, ya que ese era el momento de la verdad. Aunque había repetido mil veces lo confiado que estaba la realidad era que no sabía realmente qué esperar. Solo... Se dejaría guiar por su cuerpo, por su instinto y rogaba que el cuerpo no le fallara. Que el cuerpo de Jiang Wanyin no le fallara cuando más lo necesitaba. Al sentir la voz del mayor darles la señal de iniciar, ninguno se movió durante los primeros instantes. Pero se notaba que estaban como analizándose y quien diera el primer movimiento y cómo lo hiciera podría definir la ventaja o bien... Arruinar su oportunidad.
Finalmente fue Lan Xichen el primero en atacar, blandió la espada para golpear pero fue bloqueada por la de Jiang Wanyin, quien lo empujó para intentar asestar él un golpe por un costado aunque fue interceptado por la espada del emperador siendo su turno de empujarlo para repetir lo primero que había hecho. Con cada golpe, la fuerza que usaban se volvía más intensa logrando con ello que al golpearse ambas espadas hicieran un estruendo mayor de lo acostumbrado. Lan Xichen volvió a cargar hacia su esposo, quien en vez de detener el golpe lo esquivó para contraatacar desde el costado siendo bloqueado. Jiang Wanyin apretó los dientes ante esto, pero insistió usando su fuerza hacia adelante para hacerlo retroceder, a lo cual fue respondido con una fuerza que también lo hizo retroceder un paso. Los ojos de su oponente estaban fijos en él, podía notar una pequeña sonrisa de desafío. Junto fuerzas, e hizo un movimiento para lograr bajar la espada y con otro liberarse de ese bloqueo, retirándose unos pasos... Solo para que Lan Xichen volviera a abalanzarse hacia él empezando de nuevo con los golpes. Uno atacaba, el otro bloqueaba, cuando retrocedían un paso invertían los roles. Como si fuera una pequeña danza de espadas basada en el control: ninguno cedía y cuando parecía que uno iba a vencer, retrocedían y volvían a iniciar.
Si Wei Ying tuviera que describirlos en una palabra diría que a la vista de otros ambos iban hacia el cuello del otro, pero que al final de la batalla terminarían en la cama.
Especialmente porque en algunos momentos ambas espadas quedaban bloqueadas y ambos se miraban directo a los ojos, con una expresión de diversión en los ojos. Todavía no entendía cómo es que terminarían porque en la tradición, ambos no se enfrentaban por lo que al final solo se detenían. Aquí... detenerse era peligroso. Aunque pronto tuvo su respuesta, tanto Lan Xichen como Jiang Cheng se quedaron quietos mientras sus espadas estaban cruzadas pero sus rostros estaban bastante cerca como si estuvieran por besarse. Debía admitirlo, demostraba realmente la relación que tenían en ese momento. Luego se apartaron e hicieron una reverencia mutua antes de guardar sus respectivas espadas.
— ¿Qué piensa tío? – preguntó finalmente Lan Xichen
— Me gustaría saber su opinión- Jiang Cheng también lo observó.
Lan Qiren había observado bastante sorprendido la demostración, se notaba que el joven Wanyin a pesar de haber estado en coma durante un tiempo y antes no haber tocado la espada, el entrenamiento intensivo realmente le había venido bien. Había confianza, seguridad en sus movimientos que llegaban a estar a la par de su sobrino. Y podía notar una sensación de desafío que antes no había visto pero que sacaba lo mejor de Lan Xichen.
— Lo han hecho bastante bien- dio el visto bueno finalmente- Solo mejoren un poco la presentación, aún no está pulido pero harán buen trabajo.
Tanto Lan Xichen como Jiang Cheng sonrieron contentos ante eso, quizás no era perfecto pero no importaba. El obtener la aprobación ya de por si era bueno.
— Vamos Lan Zhan, demostremos que podemos hacer- le comento tratando de sonar completamente confiado. Por más que deseara hablar con Jiang Cheng, no era el momento indicado. Ahora les tocaba a ellos.
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Seducirte para vivir - Vivir para seducirte
FanfictionDespués de una pelea con su prometido en la mañana previa a Navidad, Jiang Cheng sufre un accidente. En un momento estaba en el frío pavimento deseando no haber sido tan terco y obstinado, con el frío calando entre sus huesos, y en un parpadeo, desp...