Consecuencias

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Cuando llegó al lugar, comenzó a moverse en el campo de entrenamiento dando golpes en el aire. Era una pequeña rutina que había adoptado para fortalecer el cuerpo, y había notado que realmente le ayudaba. Seguía pensando un poco en el sueño y también en todo lo que había sucedido desde que despertó.

Había aprendido varias cosas. Era el esposo de Lan Xichen, emperador de un Reino llamado Gusu. En el primer encuentro pensó que lo odiaba, pero... No era así.

Jiang Wanyin (el verdadero) al parecer no tenía una excelente reputación y era criticado por varios... Cosa de lo que se había aprovechado Jin Guangyao.

Aprovechó que había un muñeco de arena cerca y comenzó a golpearlo dándole patadas, golpes con el puño. Nada mejor que tener algo que golpear.

Seguía algo molesto con Lan Xichen por el asunto de Jin Guangyao pero... Al menos estaba seguro de que cumplía su promesa, en ese tiempo también había ganado acceso a su oficina así que podía verlo trabajar. Se detuvo para recuperar aliento, solo para sentir como un cosquilleo en el dedo... Zidhian. Lo miró. Desde aquel día no lo había vuelto a usar. Se preguntaba si...

Se concentró en hacer aparecer el látigo lográndolo sin problema alguno. Espero un poco, pero no pasó nada. ¿Sería que aquella vez el problema habría sido el veneno? Comenzó a moverse dando movimientos simples... Fue tomando confianza hasta golpear el muñeco de antes con el mismo látigo varias veces. Podía sentir la energía fluyendo... Por unos momentos pensó en que al parecer todo iba bien.

Otro golpe.

Uno más.

Golpeo una tercera vez...

Iba a ir por una cuarta cuando lo sintió... Apenas pudo contenerse que comenzó un ataque de tos bastante fuerte, casi tanto como las veces que había estado teniendo el efecto del veneno. El látigo desapareció en el momento que se llevó una mano a la boca mientras sentía el sabor metálico.

— ¡Alteza!

Los guardias lo habían visto, pero no pudo decir nada. El ataque era bastante fuerte, y comenzaba a sentir que se quedaba sin aire... Siguió tosiendo, derrumbándose de rodillas en el suelo. Trataba de calmarse. Necesitaba calmarse...

— ¡¡WANYIN!!

Lan Xichen llegó corriendo a su lado, y notó un hilo de sangre escurriéndose de la boca de su esposo además que también la mano tenía unas manchas de sangre. Ni bien estuvo a su lado, se arrodilló para tomarlo de la otra mano.

— E-Estoy bien...- intentó calmarlo, pero otro ataque de tos lo interrumpió al menos esta vez no escupió más sangre. Lo peor había pasado.

— No hables... - y le dio unas caricias en la espalda, no sabía que había provocado el ataque, pero... al verlo seguir tosiendo... Frunció el ceño, no dudo en posicionar un brazo cerca de la cintura y el otro por debajo de sus rodillas para levantarlo, provocando una queja en su pareja- Te llevaré con Wen Qing, trata de no forzarte.

Jiang Cheng intentó protestar. ¡¿Qué mierda creía que estaba haciendo?! Pero... al ver la expresión en Lan Xichen no pudo evitar mantenerse en silencio... De repente se habían superpuesto los rostros del emperador y el que fuera su prometido.

¿Por qué tenían que ser similares y distintos a la vez?

Cuando llegaron a un edificio pequeño, Wen Qing estaba realizando un control de las hierbas. Ni bien los vio, frunció el ceño.

— ¿Qué ha pasado?

— No lo sé- Lan Xichen se acercó, aún con Wanyin en brazos- Cuando lo encontré estaba tosiendo, y hasta escupió sangre. Asesinaré a quien sea que haya intentado atacarlo. Definitivamente lo haré trizas.

Seducirte para vivir - Vivir para seducirteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora