El collar era precioso, y se veía que era de oro. Realmente ella pensó en todo, aunque me hubiera dado algo artificial, yo lo habría aceptado.
Cuando terminaron las exposiciones, aun quedaban quince minutos de clase, así que, lamentablemente tuve que regresar a mi lugar, y dejar que la diosa de mi profesora diera clases
—¿qué traes ahí? — preguntó Alondra, se notaba en su rostro qué tenía mucha curiosidad
Chismosa
—nada, es un collar que olvidé dejar en casa, es nuevo
—ándale, si. Y yo soy rubia
—¿en serio? — me hice la interesada, haciéndola enojar.
Me daba igual, todos se enojaban conmigo
—¿te lo dio la profesora Umbrawood?
—no
—vi cuando acercó a caja hasta tu mano, no me mientas, aborrezco las mentiras
—bien, si, me lo dio ella
—¿por qué?
—hoy es mi cumpleaños
—¿en serio? — cuestionó asombrada —. ¿Por qué no me lo dijiste?
—no me gustan mis cumpleaños, desde que mi madre falleció no festejo ninguno. Tampoco me gusta que me hagan comidas o ese tipo de cosas — me encogí de hombros, después comencé a anotar cosas que decía Hazel.
Se veía muy bien en esa falda negra, y se le veía un trasero espectacular. Inconscientemente mordí mi labio, y Hazel me sonrió
—¿qué se traen ustedes dos? Con eso de que no me cuentas nada
—nada, somos profesora y alumna. No hay nada más ¿por qué lo preguntas?
—se estuvo riendo todo el tiempo que estuvieron allí atrás, no soy tonta, aunque lo parezca. Además, te acaba de sonreír, y parece que te la quieres comer
—no sé que te traes, Alondra, pero la profesora Hazel y yo no tenemos nada, estás proyectando tus deseos o alguna mierda así
—cálmate, no tienes que ponerte a la defensiva. Solo tenía curiosidad
Pues métete tu curiosidad en el...
—está bien, Alondra
—¿me dejarías regalarte algo? Aunque sea el día de mañana, solo que no cuenta porque ya no será tu cumpleaños
—está bien — sonreí —. Aunque no hace falta
—claro que si, puedo darte un regalo mucho más bonito que el de ella
—no es una competencia
Ambas quedamos en silencio, la clase por fin terminó. Alondra avisó que iría al sanitario, así que se adelantó y yo espere hasta que todos se fueron, para acercarme con Hazel
—hola — saludé —. ¿Sí me aceptará la invitación para comer?
—claro que si, Margot. Solo que, salgo hasta dentro de dos horas, tengo otra clase que dar
—no se preocupe, puedo esperarla
—pero si es tu cumpleaños, seguro tienes cosas que hacer
—de hecho no — sentí como el calor subía a mis mejillas —. Hace dos años me mudé aquí, así que — me encogí de hombros —. Alondra y Eilan son los primeros amigos que tengo en esta ciudad. A mis antiguas amigas solo las veo en fechas decembrinas
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PROHIBIDO
VampireLa vida de Margot cambió en el momento en el que su padre decidió meterla a una escuela pública, pero mejora notablemente cuando Hazel, su profesora de matemáticas financieras, hace su primer aparición, después de todo las cosas no podían ir tan mal...