~ Hombre sin rostro ~
En el momento en que la puerta se abrió, todo sucedió muy rápido. Un sonido gutural y espeluznante resonó por el pasillo, seguido de un movimiento borroso que se abalanzó sobre Sarah. Antes de que pudiéramos reaccionar, el hombre sin rostro la agarró y la arrastró violentamente hacia el oscuro pasillo.Un grito desgarrador escapó de los labios de Sarah, erizándonos la piel a todos. Observamos horrorizados cómo desaparecía en la penumbra, dejándonos paralizados por el miedo.
Un silencio sepulcral inundó la habitación, roto solo por los sollozos de la chica de cabello oscuro. Nos miramos los unos a los otros, conmocionados por la escena que acabábamos de presenciar.
-¿Qué demonios ha pasado? ¿Qué era esa cosa?-exclamó Lincon, dando un paso atrás con el rostro pálido.
La expresión de Sebastián refleja el mismo horror que sentíamos.
-No lo sé, pero debemos salir de aquí cuanto antes. Esa cosa... puede volver por nosotros.
La chica de cabello oscuro y ojos tristes rompió en llanto, Nicole, se abrazá a sí misma como si buscara protección.
-Tenemos que encontrar a Sarah-dijo entre sollozos-No podemos dejarla con esa... esa cosa.
Asentí con la cabeza, el miedo y la incertidumbre consumiéndome.
-Sí, tienes razón. Pero primero debemos asegurarnos de poder escapar de este lugar. Luego... -miré hacia el pasillo oscuro, sintiendo un nudo en la garganta- buscaremos a Sarah.
Nos miramos los unos a los otros, conscientes de que nos enfrentábamos a una situación aterradora y desconocida. El silencio era ensordecedor, roto solo por los sollozos de la chica. Todos teníamos la misma pregunta en mente: ¿Qué demonios era ese hombre sin rostro y por qué se había llevado a Sarah?
-Tenemos que salir de aquí -dijo Lincon con voz temblorosa-. Esa cosa puede volver por nosotros.
Asentimos en silencio, conscientes de que quedarnos sería una sentencia de muerte. Nos miramos los unos a los otros, buscando valor en nuestros compañeros. Nicole, se secó las lágrimas con la manga de su suéter
-Tienes razón, no podemos quedarnos aquí. Debemos encontrar a Sarah, pero primero tenemos que asegurarnos de poder escapar pero antes no me has dicho tu nombre aún.
Me observa con curiosidad - Mi nombre es Mika
~En total somos cinco, Lincon, Nicole, Sebastián, Sarah y yo~
Con pasos cautelosos, nos acercamos a la puerta, escuchando atentamente por si se escuchaban más ruidos en el pasillo. El silencio era aterrador, interrumpido ocasionalmente por gritos a lo lejos que nos erizaban la piel. Cuando llegamos a la puerta, Lincon la abrió lentamente, asomando la cabeza con precaución. Tras unos instantes, volvió a entrar, su rostro más pálido que nunca.
-El pasillo está oscuro, pero no veo a nadie. Tenemos que movernos con cuidado y en silencio.
Asentimos, preparándonos mentalmente para adentrarnos en la penumbra. Uno a uno, salimos de la habitación, cerrando la puerta detrás de nosotros. El sonido de nuestros pasos sobre el suelo de madera resonaba en el pasillo, haciéndonos encogernos de miedo.
A medida que avanzábamos, los gritos se hacían más intensos, erizándonos la piel. Mirábamos a nuestro alrededor, aterrados, pero sin ver nada más que la oscuridad que nos rodeaba.
De repente, una silueta apareció al final del pasillo, avanzando con pasos lentos y deliberados. Era un hombre vestido de blanco, pero sin rostro. Un escalofrío recorrió nuestros cuerpos al ver aquella visión. Nos quedamos paralizados, sin saber qué hacer. El hombre se acercaba inexorablemente, su presencia llenando el pasillo de una energía aterradora.
El hombre sin rostro se detuvo a unos metros de nosotros, si hubiera tenido ojos, me lo hubiera imaginado vacíos y que perforara nuestras almas. La sensación de terror era tan palpable que podía sentirla en el aire, como una niebla espesa que nos envolvía. Sin decir una palabra, el hombre levantó una mano, y en ese instante, todo se volvió borroso. Sentí un mareo intenso, como si el suelo se hubiera desmoronado bajo mis pies.Y entonces, desperté.
Me encontraba en mi habitación, la luz del sol de la mañana se colaba por la ventana, iluminando el polvo que danzaba en el aire. El aroma a café recién hecho llegaba desde la cocina. Por un momento, sentí una profunda sensación de alivio, creyendo que todo había sido un mal sueño. Me incorporé en la cama, con el corazón aún latiendo con fuerza. Pero algo no encajaba. La habitación se sentía diferente, como si algo hubiera cambiado. La sensación de inquietud se apoderó de mí, y un escalofrío recorrió mi espalda. Me levanté y caminé hacia la ventana, buscando algo que me diera seguridad, algo que me confirmara que todo había sido una pesadilla. Pero la vista desde mi ventana era la misma que siempre, el jardín de mi casa, el parque al otro lado de la calle, el cielo azul...
Sin embargo, la sensación de que algo estaba mal no desaparecía. Era como si una parte de mí supiera que aquello no había sido una pesadilla, que la realidad se había distorsionado, y que la amenaza que habíamos enfrentado seguía latente.
Me acerqué al espejo, buscando en mi reflejo alguna señal de lo que había pasado. Pero solo vi mi rostro, pálido y cansado, con los ojos ligeramente hinchados.
¿Había sido todo una pesadilla? ¿O era solo el comienzo de algo mucho más oscuro?
ESTÁS LEYENDO
¿Es una pesadilla o una realidad?
Horror¿Es una pesadilla o una realidad? De Cinco jóvenes, Mika, Sebastián, Lincon, Sarah y Nicole, se despiertan en un orfanato, un laberinto de pesadilla que se ha filtrado en su mundo. Rodeados de sombras inquietantes y criaturas que se alimentan de su...