5. La boda.

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Era una nublada y gélida mañana en Kings Landing, mientras en un lado del castillo Alicent tomaba su baño despectivo antes de ser preparada por sus doncellas para la dichosa y famosa boda, al fin había llegado el día para consumar ese compromiso que mantenía a todo el pueblo expectante. Pero, mientras esto pasaba, en la sala del trono llegaba un borracho Daemon que era sujetado por guardias reales, aunque él y Rhaenyra se habían esforzado por pasar desapercibidos, la estrepitosa salida de la heredera del trono de la casa de placer había sido atestiguada por informantes de Otto, que sin dudar un momento rápidamente le avisó al rey que su hija había sido deshonrada por el príncipe y aunque no habían pruebas, le había bastado a la mano del rey esa información para asegurarlo, a pesar de que la realidad estaba muy lejos de lo que él creía.

— Mi hija — dijo serio el rey Viserys viendo a su hermano en el piso, adolorido y borracho, revolcándose como un animal por los previos golpes proporcionados por los guardias.

— Mmmh — murmuró con fingido desconcierto Daemon.

— ¿Ni siquiera vas a negarlo? — siguió el rey, dando vueltas de preocupación alrededor del cuerpo del más joven.

— Necesito entender el cargo antes de desacreditarlo — respondió el príncipe.

— Tú la deshonraste, y aun así no dices nada— soltó molesto Viserys antes de golpear con su pierna las costillas de su propio hermano.

— ¿Y eso qué importa, hermano? Cuando teníamos la edad de Rhaenyra fornicábamos todos los días en los burdeles de la calle de la seda — contestó con cierto tono burlón Daemon.

— Éramos hombres... ¡ella es solo una joven! — exclamó fúrico el rey.

— ¿Crees que no lo sé? ¿Crees que no sé qué la princesa tiene algo que le cuelga entre las piernas? — inquirió viendo a su hermano que estaba de pie, en ese momento la cara del rey se desfiguró en una de desconcierto y una pizca de temor se asomó por sus ojos — Dime hermano, si Rhaenyra tiene una verga al igual que nosotros ¿qué tiene de inapropiado que visite esos burdeles? De todos modos, ella ya es una mujer por así decirlo, es mejor que su primera vez sea conmigo en vez que con un prostituto — añadió el peli corto, aumentado en coraje del rey.

— ¡Carajos, eso no importa! ¡Tú la has arruinado! ¿Ahora que Lord se casará con ella? — preguntó exaltado Viserys, acercándose a su hermano para tomarlo del cuello de la camisa con fuerza.

— Que mierda importa lo que piensen los lords, tú eres el dragón, tú eres el rey, tu palabra es la verdad y la ley — habló como pudo Daemon, pues el agarre del rey era tan fuerte que le impedía respirar propiamente.

— Me he pasado toda la vida defendiéndote hermano, pero tu corazón es más oscuro de lo que había creído. Debería desheredarla como lo hice contigo y acabar con esto — dijo entre dientes el más grande, soltando el cuello de su hermano, azotándolo contra el frío piso.

— Que se case conmigo — propuso el príncipe — Cuando te entregué mi corona dijiste que tenías una deuda conmigo y que me darías lo que quisiera, quiero a Rhaenyra, la tomaré tal cual como es y me casaré con ella como es tradición en nuestra casa—siguió, sacando una risa de incredulidad en el rey.

— ¡Tú ya estás casado! — murmuró el rey.

— Eso no detuvo a Aegon el conquistador para tomar a una segunda esposa...

— ¡Tú no eres un conquistador! — dijo Viserys desenfundando su daga de acero Valirio que siempre portaba para ponerla en el cuello de su hermano, la osadía con la que él hablaba de su única hija lo tenía con tal furia que en ese momento no le importaba que estaba amenazando de muerte a su propia sangre — Tú eres una plaga, ¡enviada para destruirme!

My Grace (Rhaenicent g!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora