𝒕𝒆𝒏¡¡!! [𝟏𝟎]

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Sacar a Victoria de su casa fue, para su suerte, muy fácil. Sus padres dormían profundamente, y Dylan aún no llegaba a casa.

- Avísame cuando estés en tu casa, por favor.- Susurró preocupada la rubia. Y es que eran las dos de la madrugada y Victoria se iría andando en skate.

- No me pasará nada.- Rodó los ojos, enternecida por la preocupación de la contraria. - Tu descansa, mañana tendremos un largo día de tatuajes y manicura.- Bromeó, y dejó un beso en la frente de Fio.

- Avísame ¿si? - Victoria asintió a su pedido, para dejarla más tranquila, y se fue.

La rubia no volvió a dormir hasta que recibió el mensaje de la contraria, y ya tranquila de saber que la castaña llegó a salvo, pudo descansar en paz por unas cuantas horas más.

Para las nueve de la mañana ya estaba desayunando junto a sus padres, quiénes intentaban tener una conversación con ella, y Fio respondía con una sonrisa a cada pregunta, ya que tenía que pedirles permiso (y dinero) para salir por la tarde.

- Hoy quiero ir al salón de uñas con mis amigas, ¿me dejan ir? - Pidió con sus ojos de cachorro mojado, sabiendo que su padre le diría que si.

- Claro cielo.- El hombre de la familia le dió permiso. - ¿Necesitas dinero?

Fio festejó en su mente.

- Lo que tú quieras darme.- Sonrió, y su madre rodó los ojos al ver lo fácil que manipulaba a su esposo.

- No vuelvas tarde.- Advirtió la mujer, y la rubia asintió.

Terminó su desayuno y corrió a darse una ducha.

Aún hacia calor, así que decidió vestirse con un vestido corto y amarillo, y unos zapatos blancos. Peinó su húmedo cabello con el secador, rezando para que le quede bien, y se maquillo como todos los días, un poco de rimel y delineador, y su brillo labial.

Tomó su bolso con su celular y dinero, y ya lista, se despidió de su familia y se fue.

Iría hasta la casa de Victoria caminando, no era tan lejos pero se sentía nerviosa. ¿Acompañarla a hacerse un tatuaje cuenta como una cita? Ella creía que no, pero los nervios en su estómago seguían presentes.

Al llegar, tocó la puerta, y la recibió un hombre mayor que nunca había visto, muy alto y con unos lentes cuadrados. Era obvio que era el padre de Vicky, tenían la misma nariz y ojos claros.

- Hola, ¿se te ofrece algo? - El hombre le hablo serio, sin ninguna expresión en su rostro, lo cual la intimidó demasiado.

- Mmh, estoy buscando a Victoria...- Se rascó su brazo, intentando calmar sus nervios.

El hombre soltó una risa.

- ¡Claro! Eres su amiga, creo haberte visto en una foto.- El hombre parecía haber querido asustarla a propósito, y Fio recordó la primera vez que Victoria se quedó en su casa, y que le tuvo que enviar una foto de ambas al señor.

- Jaja, si, es posible.- Rió incómoda.

- Adelante, pasa. Vicky está en su habitación.- Al segundo en el que el hombre abrió la puerta, Victoria corrió hacia allí.

- ¡Ya estoy lista! ¡Ya nos vamos! - Le tomó del brazo a la rubia, evitando que de un paso más al interior de la casa.

Se despidió de su padre con su mano, y la arrastró a la rubia para irse.

- ¡Oye! Yo quería entrar.- Rodó los ojos bromeando.

- Creeme, te salve de los chistes malos de mi padre.- Se excusó la rubia.

SOMEBODY I MET ONCE ¡¡!! young mikoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora