SOMEBODY I MET ONCE ¡¡!! young miko

𝒕𝒉𝒓𝒆𝒆 ¡¡!! [𝟑]

En la mañana siguiente, Fiorela creía que era más fácil cruzar el océano nadando que  despertar a la castaña.

Victoria dormía tan profundo que nada parecía inmutarla e interrumpir su sueño, así que la rubia decidió dejarla dormir e ir a hablar con su hermano, ya que debian idear un plan para sacar a la chica de su casa sin que sus padres lo noten. Al ser sábado, no debian ir a trabajar, así que estaban en la casa y eso complicaba todo.

Fiorela escribió una nota para la castaña, diciendo que al despertarse se quede dentro de la habitación y no haga ningún ruido.

Fue al comedor antes de que su madre tuviera la oportunidad de ir a su habitación para chequear su estado.

— ¿Qué haces aquí, linda? Deberías estar recostada.— Su mamá dejo su silla al verla de pie, colocando una mano en su frente para ver si aún tenía fiebre.

Y efectivamente aún la tenía, seguía sintiéndose mal.

— Ya estoy harta de estar todo el día en la cama.— Rodó los ojos. — Quiero desayunar aquí, como una persona normal.— Se encogió de hombros.

— Yo creía que todos los jóvenes prefieren estar encerrados en su habitación a pasar tiempo en familia.— Bromeó su padre, quien leía un libro sentado en uno de los extremos de la mesa.

Su madre no la dejó preparar su propio desayuno, estaba consintiendola demasiado por el simple hecho de estar enferma.

— Bien, ya que no me dejan hacer nada, iré a despertar a Dylan.— Dejó su silla para ir a la habitación de su hermano.

— Suerte con eso, ayer volvió demasiado tarde, estará castigado por eso.— Le dijo su mamá.

Subió casi corriendo las escaleras, y antes de ir a la habitación de su hermano, pasó por la suya para ver a Victoria, pero la castaña seguía tan dormida como antes.

Al llegar a la habitación del rubio, entró sin golpear, y tras muchos intentos fallidos de despertarlo, lo empujó fuera de la cama, provocando que se golpeará un poco.

— Oops.— Hizo una mueca de "fue un accidente" cuando claramente su intención era que cayera de la cama.

— ¡Estás loca! ¿qué diablos te pasa? — Habló furioso el rubio, sobándose su cabeza por el golpe.

— Shhh, te recuerdo que te hice un enooorme favor.— Hizo énfasis en el "enorme". — Y mamá y papá están en la casa así que debes ingeniartelas para sacarla de la casa.— Se cruzó de brazos.

— Lo había olvidado por un momento, coño. Ayúdame.— Le rogó el rubio al ponerse de pie.

— Se te van a acumular los favores, y a decir verdad estoy algo cansada por todo el escándalo de la madrugada.— Fingió un bostezo. — Tal vez debería de seguir durmiendo durante todo el día, descuida, estoy segura de que te arreglarás bien solo.— Le dió un golpecito en el hombro, lista para dejar la habitación.

— ¡Haré lo que quieras! — Volvió a rogarle.

— Bien, me llevarás al centro comercial cada vez que se me dé la gana.— Negoció triunfante, ya que el único al que le prestaban el auto era a él. — ¿Alguna idea de qué hacer? Victoria sigue durmiendo en mi habitación.

— Pues, podríamos distraer a mamá y papá en la piscina, y sacarla por la entrada principal.— Ideó un simple plan el mayor, y Fio asintió en aprobación.