The Black Prophecy

capitulo 5

Si Narcissa pensaba que el caminar de su hermana la noche anterior era preocupante, el estado en el que se encontraba Bellatrix la noche del análisis de sangre inicial era absolutamente frenético. Sabía que había más en juego para su hermana de lo que podía comprender. Narcissa había sido afortunada. La vida había sido bastante amable con ella. Se enamoró de su marido mientras todavía estaba en la escuela. Había sido (y todavía era) la pareja perfecta para ella. Era engreído, arrogante y sangre pura. Esos calificativos podrían haber alejado a otros, pero Lucius la entretenía sin fin. Le dio un hijo y tanta libertad como una mujer de su estatura podría tener. Nunca restringió sus actividades, ni siquiera quién frecuentaba su cama de vez en cuando. Su arreglo no era inusual entre sus pares, pero era el matrimonio más amistoso de todos los que conocía.

En todos los sentidos, Narcissa había tenido suerte, pero la vida de Bellatrix había sido en gran medida desastrosa. Como era la mayor, la presión del apellido familiar pesaba mucho sobre sus hombros a pesar de su género. Se vio obligada a casarse con Rudolphus, que era tan violento como poco inteligente. Él restringió su autonomía e incluso intentó inhibir el crecimiento de su considerable inteligencia. A medida que la vida diaria se volvía más frustrante, también lo hacía su propensión a la violencia. Su voluntad de luchar, al final, sería su gracia salvadora. Luchó ferozmente sin miedo a la muerte, porque la mayoría de los días la muerte habría sido un acto de bondad bajo el escudo de Lestrange. El encuentro con su Señor inició la segunda fase de su vida. Sus exigencias de su tiempo y fidelidad la pusieron fuera del alcance de su marido. Pocos conocían la verdadera historia, pero la lealtad completa de Bellatrix era hacia el hombre que la salvó del abuso y la tortura a los que sus padres la habían vendido.

La ansiedad que emanaba de Bellatrix en oleadas era la intersección de la ansiedad por tener algo preciado propio y el miedo a perder algo asombroso antes de que hubiera llegado a existir por completo. Toda su existencia dependía de si esta colegiala apenas legal era su sonuachar. Narcissa todavía tenía mucha investigación por hacer, pero en su primera lectura la profecía parecía hacer referencia al antiguo concepto druida de sonuachar o almas gemelas. Si bien las familias de sangre pura habían estado involucradas en muchas de las magias antiguas, los linajes druidas de la tribu Brigantes fluían en los Black. Esta poderosa tribu antigua era la fuente original del poder y la riqueza de los Black. Desde su juventud podía recordar un libro en la biblioteca de la familia Black que contenía los detalles y signos de los sonuachar de los Brigantes y rápidamente había enviado a un elfo a buscarlo. El libro le había sido entregado la misma tarde en que Draco iba a obtener sangre de su desprevenida compañera de clase. Todavía no le había mencionado nada a su hermana, en caso de que la niña fuera la simple sangre sucia que todos creían que era. No tenía sentido decepcionar más a Bellatrix. Es irónico, pensó, parece que nuestros papeles se han invertido y yo me he convertido en la guardiana y protectora de mi hermana.

Bellatrix se quedó congelada a medio paso, tocando con cuidado la Marca Tenebrosa en su brazo izquierdo. —Está invocando. Ven, Cissy —dijo, mientras alcanzaba el brazo de su hermana. Narcissa miró con cautela a su hermana, sintiendo que estaba a punto de ser arrastrada hacia una aparición lateral, independientemente de cualquier queja que pudiera lanzar. En cambio, decidió cerrar los ojos y confiar en el regreso de las habilidades mágicas completas de su hermana. Llegaron ilesas a la sala del trono que Bellatrix visitó el día anterior. Juntas se acercaron respetuosamente al Señor Oscuro y a Severus, que estaba a su lado.

Bellatrix preguntó en voz baja: —¿Novedades, mi señor? En tiempos pasados, nunca habría sido tan directa ni se habría rebajado a parecer ansiosa. Hoy, Voldemort no podía evitar ser indulgente con la bruja de una manera que no lo era con otros. Ella era invaluable para su causa en su momento más fuerte y este podría ser el camino para superar sus habilidades incluso en el apogeo de su poder. Sonrió lentamente antes de hablar: