17: Bolivia

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17:Bolivia

Pov's richard:

El estadio estaba a reventar. Apenas salimos al campo, pude sentir la energía de la multitud. Parecía que estuviéramos en Colombia, no en Connecticut. Los gritos, los tambores, las banderas... Todo me hacía sentir en casa. La semana pasada habíamos destrozado a Estados Unidos, pero sabíamos que cada partido es una historia nueva, y contra Bolivia no podíamos relajarnos.

Desde el minuto uno, sentí la presión en el pecho, pero también el impulso de querer demostrar que estábamos listos para la Copa América. Veía a Luis Díaz con esa chispa en los ojos, y supe que algo grande iba a pasar. Y no me equivoqué. Apenas a los cinco minutos, Luis se mandó una de esas jugadas suyas, casi lo grito antes de que el balón tocara la red, pero el rebote cayó justo en los pies de Jhon Arias, que no perdonó. ¡Gol! Las tribunas explotaron y yo, en medio del campo, sentí la adrenalina correr por mis venas.

Mientras el juego seguía, no podía evitar pensar en Fernanda. Sabía que estaba allí, en las gradas, observándome, animándome. Cada vez que tenía el balón, quería hacer algo especial, algo que pudiera contarle después. Pero también sabía que tenía que mantener la cabeza fría, concentrarme en el partido.

Bolivia no nos lo puso fácil. Se cerraron atrás, esperando algún error nuestro, pero no les dimos ni una oportunidad. A los 25 minutos, 'Lucho' volvió a aparecer. La manera en que se llevó a los defensores fue impresionante, y cuando Jhon Córdoba anotó el 2-0, supe que este partido era nuestro. Seguimos atacando, dominando, y aunque Luis estuvo a punto de marcar otro golazo, el balón se fue por encima del travesaño. Aún así, no dejábamos de intentarlo.

Cerca del final del primer tiempo, cuando Luis finalmente metió su gol, sentí una mezcla de alivio y orgullo. No sólo porque estábamos ganando, sino porque sabía que esto nos daba confianza para lo que se venía. Cuando el árbitro pitó el final de la primera mitad, me dirigí hacia los vestuarios con la cabeza en alto. Todo estaba saliendo según lo planeado.

 Todo estaba saliendo según lo planeado

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Pov's Fernanda:

Desde las gradas, el ambiente era una locura. Parecía que todo Colombia se había trasladado a Connecticut para apoyar a 'la Tricolor'. Tenía el corazón en la mano, latiendo tan fuerte que podía sentirlo en los oídos. Mis manos temblaban un poco mientras sostenía el celular, intentando capturar cada momento para mis seguidores. Pero la verdad era que todo lo que quería era ver a Richard brillar en el campo.

Cuando Jhon Arias metió ese primer gol, no pude evitarlo, grité como nunca. "¡Vamos, Colombia!" Publiqué una historia en Instagram, con la tribuna de fondo, y no pude evitar sonreír al ver la cantidad de mensajes que empezaron a llegar. Todos estaban tan emocionados como yo.

Richard estaba jugando increíble. Lo veía moverse por el campo, siempre en el lugar justo, haciendo lo que tenía que hacer. Sabía que cada vez que tocaba el balón, lo hacía con el peso de una nación sobre sus hombros, pero también con mi apoyo, aunque fuera desde las gradas.

El segundo gol llegó y otra vez, 'Lucho' fue el que empezó la jugada. Ese chico tiene una magia en los pies. Cuando vi que Córdoba la mandó al fondo, me volví loca. "¡Esto es Colombia, carajo!" Pensé en la fiesta que estarían armando en Medellín, en Barranquilla, en cada rincón del país. Y en ese momento, deseé con todas mis fuerzas estar de vuelta en Colombia, celebrando con los míos.

Pero estaba aquí, y eso era lo que importaba. Estaba aquí para apoyar a Richard, para que él supiera que no estaba solo en esta lucha. Y cuando Luis Díaz metió el tercero, justo antes del descanso, supe que nada podía salir mal. El partido estaba bajo control y los muchachos estaban inspirados.

Al inicio del segundo tiempo, el partido cambió. Hubo muchos cambios y el ritmo bajó, pero no me importaba. Lo único que quería era que Richard estuviera bien, que terminara el partido sin lesiones. Bolivia empezó a presionar más, y aunque tuvieron algunas oportunidades, nuestra defensa se mantuvo firme.

Pero cuando vi que un boliviano le entró fuerte a Luis Díaz, casi salto al campo. Mi corazón dio un vuelco y me quedé helada por un segundo. Lo vi levantarse y seguir, pero no pude evitar preocuparme. Estos partidos amistosos siempre son un riesgo, pero son necesarios.

El partido terminó 3-0, y aunque los últimos minutos fueron algo caóticos, no importaba. Habíamos ganado, y eso era lo que contaba. Bajé rápidamente a la zona mixta para encontrarme con Richard. Cuando lo vi salir del vestuario, cansado pero con una sonrisa en el rostro, no pude evitar abrazarlo.

Estuviste increíble— le dije al oído, sintiendo el orgullo llenar mi pecho. Él me miró, y en esos ojos vi todo lo que necesitaba saber. Esto era solo el comienzo, y estaba lista para seguirlo a donde fuera necesario.

Sabía que la Copa América iba a ser una montaña rusa de emociones, pero mientras estuviera a su lado, todo valdría la pena.

Sabía que la Copa América iba a ser una montaña rusa de emociones, pero mientras estuviera a su lado, todo valdría la pena

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Un contrato - Richard Rios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora