03: Bajo los reflectores

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03: Bajo los Reflectores

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03: Bajo los Reflectores


Narra Richard:

Mudarse a São Paulo debería haber sido un nuevo comienzo. Sin embargo, al bajar del avión y ver la multitud de periodistas y fotógrafos esperando, supe que esta experiencia sería cualquier cosa menos tranquila. La idea de compartir mi vida con Fernanda Osorio, una influencer famosa, bajo un contrato de matrimonio, me parecía surrealista. Pero aquí estábamos, listos para enfrentarnos a la prensa y empezar nuestra vida juntos en esta ciudad vibrante.

Nuestro apartamento estaba en una exclusiva zona de São Paulo. Era amplio y moderno, con una vista impresionante de la ciudad. Mientras descargábamos nuestras pertenencias, traté de mantener la calma. Sabía que esta transición sería difícil, especialmente porque Fernanda y yo éramos tan diferentes. Me concentré en instalar mi equipo de entrenamiento personal, un recordatorio constante de por qué estaba aquí y qué era lo más importante para mí: el fútbol.

Después de horas de desempacar en silencio, nos encontramos en la sala. Fernanda estaba organizando su espacio de trabajo, rodeada de cámaras y luces. Era evidente que su vida giraba en torno a su imagen pública. Nos miramos, sabiendo que teníamos que empezar a comunicarnos si queríamos que esto funcionara.

—¿Te ayudo con algo? —pregunté, rompiendo el silencio.

—No, gracias. Creo que puedo manejarlo —respondió, sin levantar la vista de su teléfono.

El primer día en nuestro nuevo hogar fue un caos. La presión de los medios era constante. Cada vez que salíamos, éramos recibidos por una avalancha de flashes y preguntas invasivas. Traté de mantener la calma, recordándome a mí mismo que esto era temporal y que tenía que enfocarme en mi carrera.

Una tarde, mientras me preparaba para un entrenamiento, Fernanda recibió una invitación para asistir a un evento de gala. Sería nuestra primera aparición pública como pareja, y aunque no estaba entusiasmado con la idea, sabía que era parte del contrato.

—Richard, tenemos que ir a esta gala. Es importante para nuestra imagen —dijo Fernanda, mostrándome la invitación.

Suspiré y asentí. —Está bien. Iré.

El evento de gala fue un escaparate de lujo y glamour. Al llegar, fuimos recibidos por una multitud de periodistas y fotógrafos. Fernanda lucía deslumbrante en su vestido de diseñador, y yo hice mi mejor esfuerzo por parecer cómodo en mi traje. Posamos para las cámaras, mostrando una sonrisa perfecta pero ensayada.

Durante la velada, interactuamos con diversas personalidades del mundo del entretenimiento y el deporte. Aunque la fachada pública seguía siendo una actuación, hubo momentos genuinos de conexión. Fernanda mostró su carisma y facilidad para socializar, y yo intenté relajarme y disfrutar del momento.

Un contrato - Richard Rios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora