- Capítulo XVIII -

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Tres semanas después.

Londres, Inglaterra.

Moorfields Eye Hospital.

"¿Y si no resulta, Yuri?" Me preguntó Valeria mientras yo sostenía su mano mientras esperábamos al doctor. Estaba sentada a su lado mientras ella permanecía recostada en la cama lista para que sus vendas fueran removidas después de casi un mes y medio para ver su progreso.

"Solo ha pasado un mes y medio desde que te hicieron la primera introducción de genes, mi amor" Le dije tiernamente "No vamos a desanimarnos por un primer intento cuando tenemos tanto camino que recorrer todavía".

"¿Cómo te has sentido hoy?" Preguntó Valeria y sonreí "Estuve muy preocupada por no despertar a tu lado esta mañana".

"Te extrañé mucho" Dije inclinándome hacia ella y dándole un dulce beso en los labios. La noche anterior, Valeria se había quedado ingresada en el hospital para algunos exámenes y para monitorear la reacción que había tenido a la prueba.

La terapia de genes aún no era un tratamiento para la enfermedad de Leber, era como un experimento, una prueba a la que mi esposa se había sometido para ver si podría funcionar en ella, como había funcionado en algunos pacientes. La única diferencia era que mi esposa era completamente ciega y las otras personas solo tenían problemas con la visión, pero sin ser completamente ciegos.

Estaba preocupada que al principio la prueba pudiera hacerle daño a Valeria, nos habíamos arriesgado mucho al hacerla, pero a medida que los días iban pasando mi esposa se encontraba bien, se encontraba sana y no había presentado ninguna complicación supimos que su cuerpo había aceptado los nuevos genes que iban a contrarrestar el virus que ella tenía que les impedía a sus ojos funcionar correctamente.

"¿Cómo está nuestra estrellita?" Dijo Valeria suavemente, me acerqué a ella mientras mi esposa con sus manos extendidas buscaba mi vientre.

"Extrañando que su mami le cante una canción" Dije descubriéndome el vientre que estaba levemente diferente, el embarazo aun no era notorio, pero había sentido un poco de nauseas matutinas. Valeria había estado muy preocupada al escucharme por las mañanas vomitar, y una compañera de la cafetería que había tenido un bebé unos meses atrás le dijo que las galletas saladas serían útiles o algunas semillas variadas, Valeria inmediatamente había comprado galletas y semillas para mí, hacía pequeñas bolsas con semillas y galletas que siempre veía por las mañanas al despertar sobre la mesa de noche a mi lado de la cama.

Intentaba prepararme un jugo de naranja en la exprimidora todas las mañanas porque lo deseaba mucho, y picaba alguna fruta para mí con sumo cuidado. Incluso había hecho etiquetas a braille que había colocado sobre mis vitaminas, con la hora y la dosis que tenía que tomar cada mañana o durante el día. Jamás me había sentido tan querida y tan protegida como estas últimas semanas, yo simplemente la dejaba porque era su forma de involucrarse en el proceso, nuestros padres viajarían para las fiestas, junto a nuestras amigas. Estábamos esperando que para ese tiempo el resultado fuera positivo y pudiéramos recibirlos con las buenas noticias.

Los labios de mi esposa me trajeron a la realidad cuando los sentí en contacto con mi vientre, las manos de Valeria eran tan suaves que simplemente cerré mis ojos sintiendo como se extendían por mi cuerpo.

"Que bien hueles" La escuché murmurar con voz ronca, mi mano temblorosa acarició su cabello mientras sentía sus besos húmedos justo debajo de mi ombligo y sobre la línea de mis jeans "Estrellita" Dijo hablando con nuestro bebé mientras yo sentía su aliento sobre mi piel "Tú mamá huele increíble".

"Pensé que ibas a cantarle al bebé" Dije mordiéndome mi labio inferior a sentir su lengua salir levemente para pasarla sobre mi vientre, tuve que contener un gemido y escuché una risita venir de Valeria al sentir que mi cuerpo se erizaba ante sus caricias.

Ojos Del Corazón | Adaptación YuleriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora