National City.
El edificio se vislumbraba hasta más ostentoso que el de LuthorCorp, las paredes debían ser pintadas, pero la estructura estaba en perfectas condiciones. En unas dos semanas las modificaciones deberían estar más que listas, así como las herramientas para empezar su trabajo en los laboratorios, tenía mucho trabajo qué hacer, así como proyectos en ejecutar; Jack había llegado hace unos días atrás, sería su socio en este nuevo cambio en su vida y su compañero en la realización de sus grandes ideas.
No había sabido nada de Lillian desde su encuentro en Metrópolis y preferiría que siguiera así, desligarse del apellido Luthor iba a tener sus retos, pero tenía la esperanza que poco a poco y con ayuda de sus amigos, Sam y Jack, podría lograrlo. Y pensando en ella, Lena estaba un poco nerviosa en presentarse en la estación donde su amiga trabaja; hizo un trato con la misma Samantha en ser otra patrocinadora para su proyecto, pero a cambio, integrarse y hacer de voluntaria los días requeridos, siempre y cuando no tuviera pendientes en LCorp.
Salió del edificio despidiéndose de los guardias de seguridad, que contrató con diligencia y precisión para su cometido, lo que le recordaba en hojear los currículums de algunas personas. Sin duda alguna, el rumor de que un Luthor estuviera en National City se había corrido, y por ende, nadie quería trabajar ahora para ella.
La estación de bomberos quedaba a unos 30 minutos, y Lena iba retrasada, no había tenido oportunidad de conocer mucho la ciudad, pero sabía de un sitio donde podría conseguir dulces para compensar su impuntualidad ante Sam. Subiendo a su deportivo, ingresó la dirección en su GPS e inició su viaje.Noonan's era un lugar bonito según Kara, pero la realidad era que le encantaba el olor de todo lo que salía de la cocina y le hacía agua la boca. Las niñas estaban inquietas a su lado, Alex tenía más de una hora de retraso, le había pedido disculpas, diciendo que estaba en un caso y que ya casi terminaba; Kara lo comprendía, pero las niñas no, y aunque les había pedido malteadas y donas, eso solo las calmó 10 minutos. Podría jurar que su apetito era peor que el suyo, y si seguían esperando a Alex, sus ahorros se acabarían en media hora. Eliza le había enviado mensajes para saber de las niñas, Kara aprovechó en ir respondiendo mientras su hermana llegaba.
Lena empujó con cuidado la puerta del local, varios pares de ojos la observaron con curiosidad, pero se mantuvo con la cabeza en alto e ignoró su entorno, enfocándose en la caja para pedir y la pequeña cola de cinco personas. Se ubicó tranquilamente, Noonan's era pintoresco y tranquilo en su mayoría, se podía vislumbrar los fines de semana dándose pequeños antojos de dulces en vez en cuando. De reojo, vio dos cabelleras rubias a su lado, que se mantenían con las manos tomadas y caminaban hacia la caja a la par de ella; inspeccionó rápidamente el lugar, no creía que esas niñas estuvieran solas. Vio dos mujeres rubias sentadas, y casualmente las dos estaban solas con sus respectivos teléfonos, a parte de ellas, también habían otras solas, castañas o morenas. Al ser su turno, se sorprendió de lo audaz que eran las niñas.
-Buenos días, ¿qué desea pedir, señorita?
-Queremos dos malteadas y dos tartas de red velvet, por favor -dijo la niña más alta.
-Está bien, ¿pagarán en efectivo o tarjeta?
Lena quiso reírse al ver que la niña más baja, golpeaba en su costado a su hermana.
B-Quisiera una docena de donas con glaseado de fresa para llevar, por favor - dijo Lena, la cajera le sonrió y asintió.
Las niñas con todo su disimulo, se alejaron corriendo, Lena vio en su dirección, donde se detenían en la mesa donde estaba una rubia que levantó la vista cuando estás llegaron; la distancia entre ella y la rubia era grande, por lo que no podía visualizarla bien.
»-Y agrega el pedido de las niñas, yo lo cancelaré.
Eliza le decía que extrañaba a sus niñas -lo que la incluía-, Kara no había traído todas sus pertenencias, primero quería probar las aguas en la ciudad, para después concentrarse y decidir si era mejor quedarse. Estaban en verano, así que las clases aún no iniciaban y podía estudiar mejor la opción de dónde inscribir a sus niñas.
-No salió como queríamos -oyó a Kieran decirle a Lori.
Al alzar la vista, frunció el entrecejo al notar las mejillas sonrosadas de sus pequeñas, que significaban dos cosas: la primera que habían corrido y la segunda, que estaban avergonzada por algo que habían hecho. Dos pares de ojos verdes azulados la observaban, seguido de una sonrisa se hoyuelos.
-¿Dónde estaban y qué hicieron?
-Estábamos en el baño haciendo del uno, mami -dijeron al unísono.
Kara entrecerró sus ojos, señaló con un dedo los asientos, viendo cómo sus hijas se sentaban cabizbaja. Suspiró resignada, la desventajas de tener mellizas era que se tapaban en sus travesuras y eran duras en caer en los interrogatorios, ninguna se hacía responsable de lo que hicieran. Ser astuta, no era algo que ella le hubiera heredado.
-Sus pedidos, niñas.
La rubia frunció su entrecejo, cuando la mesera dejó dos malteadas y dos tartas al frente de sus hijas.
-Disculpa, hay un error. No pedí nada de esto -explicó Kara.
-Eso lo canceló la señorita de allá -contestó la mesera, señalando a una mujer de cabello negro a espalda a ella-, dijo que pagaría lo que las niñas ordenaron.
La mesera se fue, y Kara miró enojada a sus hijas.
-¿Por qué lo hicieron?
-Mami, tenemos hambre -susurró Lori, haciéndole un puchero como si con eso conseguiría que no se molestara más.
Por primera vez, Kara no se rió de las travesuras de sus hijas sino que respiró hondo y se puso de pie, caminó con pasos firmes y se apresuró al ver a la mujer encaminarse hacia la salida. Trotó un poco hasta alcanzarla e interponerse en su camino; fue irreal lo que sucedió después. Los ojos verdes esmeralda de la mujer la sorprendió, pero de buena manera, eran hermosos. Su piel pálida y sus rasgos afilados, la hacían verse muy atractiva, además de la vestimenta elegante.
Esos ojos verdes la evaluaron de la misma manera, haciéndola sonrojar.-Hola.
-¿Hola? -dijo Lena, arqueando una ceja hacia la rubia que la examinaba consternada.
-Lo siento -musitó, levantando una mano jugar con su cabello-, creo que mis hijas te hicieron comprar algunas cosas.
Lena sonrió de medio lado, para girar su cabeza y ver hacia donde estaban las dos niñas comiendo sus tartas, inspiradas en su labor. Sin querer, soltó una pequeña carcajada y por la vergüenza, se tapó la boca con su mano para mirar de nuevo a la mujer delante suyo; la sonrisa que le daba la mujer, le hicieron sentir muchas cosas. A parte de Sam y Jack, nadie le dedicaba sonrisas sinceras, tiernas y nada dulces.
B-Son niñas inteligentes, que saben lo que quieren -bromeó, para después querer golpearse mentalmente.
-Oh, sí. Te puedes imaginar, dos contra una -contestó la mujer rubia, rodando sus ojos azules-. Pero, quiero pagarte lo que gastaste, no debiste hacerlo...
-Oye, tranquila. No hay problema con ello, me gusta ver que están felices -señaló Lena a las niñas que esta vez, miraban en su dirección y la saludaban, haciéndola sonreír.
-Habían tomado ya una malteada con donas -explicó la rubia.
-¿Qué? ¿En serio? Oh, lo siento. No lo sabía, mierda, disculpa no debí...
-Tranquila -dijo la mujer, atreviéndose a tocar su antebrazo. Lena sintió como su piel se estremecía y su mirada se cruzó con la azul como el mar, que mantenía una expresión afectuosa-, tienen un gran apetito. Pero, en serio, déjame pagarte.
-¿Qué tal otro día? -propuso Lena, sin pensar en lo que radicaba esas palabras.
-¿Otro día? -repitió la mujer con una sonrisa-. Bien, ¿qué te parece mañana a esta misma hora?
El cerebro de Lena hizo corto circuito pero asintió con mucho entusiasmo.
-Perfecto -dijo-, por cierto, soy Lena.
-Y yo Kara -respondió con esa cálida sonrisa y achicando sus ojos azules.
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Secretos Oscuros Del Corazón (Supercorp) AU
FanfictionKara Zor-El sufrió por la pérdida de sus padres a una temprana edad, y deseó también morir con ellos, pero el destino la hizo conocer a la familia Danvers, quienes la acogieron y le dieron la oportunidad de tener de nuevo una familia. Sin embargo, a...