CAPÍTULO X: MANIPULACIONES.

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Las primeras personas llegaron para ser atendidas, Kara visualizó como Lena le sonreía a cada uno, y los trataba con mucho cuidado a la hora de evaluarlos; sus hijas no se quedaban atrás, ahora siendo asistentes de Lena al parecer. Kara sospechaba que había sucedido algo entre ellas tres, porque hace unos minutos las vio conversar detenidamente, viendo como las tres hacían el mismo gesto de fruncir su entrecejo cuando negociaban por algo. No le sorprendería que las niñas hayan chantajeado a la pobre doctora, porque Kara apenas se había enterado de su profesión y notó que eran cosas del destino que se reencontraran.

—¿Por qué vigilas a Lena, Danvers? —exigió Sam a su lado.

Kara le sonrió de medio lado, entrecerrando sus ojos y encogiéndose de hombros, como si no le importaba que alguno de ellos se diera cuenta.

—Me parece sospechoso que las niñas la estén ayudando.

—¿Por qué? Parecen muy interesada en aprender, ¿quieren ser doctoras?

—Científica diría yo —expresó, volviendo a observar a sus hijas—, tienen una pequeña obsesión hacia la ciencia.

—Con Lena se obsesionará más —comentó Sam.

Kara quiso preguntarle el por qué, pero Sam se despidió para recibir a otras personas y dejándola seguir acomodando los pocos insumos que habían recolectado para este día.

***

—Recuerde en tomar los analgésicos que le receté y si siente mucho dolor, puede llamarme a cualquier hora —dijo Lena, extendiendo una tarjeta con solo su número de teléfono.

La señora mayor le sonrió en agradecimiento, así como palmearle la cabeza a cada niña con cariño antes de marcharse. Lena tiró sus guantes en la papelera cercana, inspeccionando a su alrededor y notando que casi todos estaban ocupados con pacientes, y que la sala poco a poco empezaba a vaciarse. Las niñas seguían a su lado, observándola con mucha perspicacia, por lo que Lena suspiró.

—No es difícil lo que vas a hacer, Lena —comunicó la más baja de las mellizas, Lori.

—Lori tiene razón, y piensa que con eso, compensarás la tristeza y el desaire que le hiciste pasar a nuestra madre —agregó Kieran.

—¿Cómo entraré al apartamento de sus tías?

—Si nos presta tu teléfono podemos decirle a nuestra tía que venga a ver a nuestra madre con cualquier excusa y traiga una copia de su llave —explicó Kieran, enarcando una ceja hacia ella.

Lena estaba atónita ante la mentalidad de esas dos niñas de 6 años, la astucia que tenían en negociar, en arma planes y la capacidad de absorber todo tipo de información que se les suministrara. Le recordó mucho a ella y a Lex, cuando se unían a inventar proyectos en ocasiones, antes que Lionel muriera y que su madre la enviara lejos de ellos. No podía creer que había aceptado negociar con unas niñas solo por el simple hecho de disculparse por el desaire que hizo al no ir a su no cita.

—¿Necesitan ayuda por aquí?

La voz de Kara las sorprendió a las tres, por lo que las niñas se giraron y se pusieron a la par de ella, dándole una mirada casi de advertencia para que no las delatara ante su madre. Lena fijó su vista en Kara, los ojos azules hermosos de ella la detallaban en busca de alguna respuesta, por lo que la avergonzó, no había tenido oportunidad de disculparse.

—No, estamos bien —soltó rápidamente, sintiéndose nerviosa. Un pequeño pisotón la hizo gruñir y desviar la vista hacia Lori, que estaba a su lado, dándole esa mirada casi Luthor—-. Quería pedirte disculpa, Kara. No pudo asistir...

—Lena, está bien...

—Nos invitó a cenar, mami —interrumpió Kieran, sonriéndole a su madre.

La expresión de Kara fue confusa, debatiéndose si creerle a su hija, así que Lena le tocó secundar esa afirmación.

—Sí, es mi manera de disculparme por no asistir ese día y espero que estés disponible.

—Sí, estamos disponible —confirmó Lori.

—Lorelai —regañó Kara, Lena oyó la queja de las niñas a su lado y eso no le dio buena señal—, Lena ha dicho que espera que yo esté disponible, no ustedes.

—¡No, ella nos invitó! —dijeron las mellizas al mismo tiempo.

—No escuché un «espero que estén disponibles».

—Fue un error gramatical, mami. Lena quiso decir que esperaba que estuviéramos disponible —argumentó Kieran malhumorada.

—¿Saben que es de mala educación poner palabras en la boca a las demás personas?

Las mejillas de las mellizas se enrojecieron, y sus ojos verdes azulados se cristalizaron. El corazón de Lena se oprimió, más cuando ellas la miraron con un pequeño puchero que no podía dejar de ver.

»—Dejen de manipular a las personas, Lorelai y Kieran —siseó Kara enojada.

—Espera, ellas tienen razón —habló, mirando a la rubia con una mirada suplicante cuando quería interrumpirla—. También las invité, porque las dejé plantada al igual que a ti.

—En primer lugar, ellas te hicieron comprarles merienda cuando habían merendado —puntualizó Kara, dándoles una rápida mirada a las mellizas para que se mantuvieran en silencio—. Por lo que, tú no le debes nada a ellas, soy yo la que te debo a ti.

—¡La esperamos casi dos horas, mami!

—Cierto, ella debe compensarlo.

Las protestas de las mellizas, hicieron que Lena quisiera salir corriendo, porque vio la sonrisa de medio lado de Kara, de que sabía que algo sucedía. Lena se mordió el labio inferior con nerviosismo, golpeando disimuladamente a Lori en el brazo para llamar su atención y que no siguieran quejándose o Kara se daría cuenta del complot.

—Necesito hablar con Lena a solas —ordenó Kara con seriedad.

La expresión angustiada de las mellizas, le informaron a Lena que estaban en problemas y que quizás, el acuerdo con ellas no sería nada provechoso ahora. Arrastrando sus pies, las niñas caminaron al otro lado de la habitación, sentándose en las sillas plásticas para los pacientes en espera. Kara le hizo un gesto de cabezas hacia la esquina, por lo que sin más, Lena la siguió con los hombros encorvados y mirando de reojo a las niñas, que no apartaban la vista de ellas. Respiró profundamente, jugando con sus manos con nerviosismo hasta que unas manos cálidas la contuvieron y alzó la vista para volver a perderse en esos ojos azules.

»—No deberías dejar que dos niñas de 6 años te manipulen —sermoneó la rubia, pero sonriéndole con diversión—. Sé que son muy astuta y un dolor de cabeza, que usan su rostro angelical para doblegar a las personas... pero no hay que dejar que se salgan con la suya.

—¿Cómo lo haces? —Quiso saber Lena, haciendo gesto con su mano hacia las mellizas—. ¿Cómo te mantienes firme ante ellas?

—Para serte sincera, ni yo misma lo sé.

Lena asintió en respuesta, mirando de nuevo a esas dos niñas que la miraban como si fuese su salvavidas para la misión que tenían por sus tías. La realidad de todo, fue que Lena era consciente que si Kara le decía que no ante su invitación, de igual manera ayudaría a esas niñas, porque había algo familiar en ellas y eso inquietaba, emocionaba y ponía nerviosa a Lena.

Secretos Oscuros Del Corazón (Supercorp) AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora