•Capítulo 5•

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No podía con la duda: ¿le gusto? ¿O le gusta ella? Estaba tan confundida. A veces él decía cosas que me hacían pensar que le gustaba; me miraba de una forma que me hacía sentir su afecto. Pero también lo veía muy cercano a ella, muy atento, y a veces con las demás chicas. Quizás estaba sobre pensando las cosas.

Decidí aclarar mis dudas. Le diría lo que sentía y sabría si él sentía lo mismo. No tenía nada que perder; si me quería, genial, y si no, seguiríamos siendo amigos. Aunque lo decía, los nervios me consumían.

Mientras reunía el valor para decirle que me gustaba, le escribía abreviaturas en inglés en su mano, insinuando mis sentimientos. Él insistía en saber qué significaban. Tomar su mano era algo especial para mí, y al escribir en ella, me sentía contenta.

Hubo un momento en una fiesta con todos nuestros compañeros en el que me sentí muy feliz con él. Bailó toda la noche, pero yo no podía bailar con él; no debía hacerlo. Sin embargo, cuando terminaba de bailar, se sentaba junto a mí. Cuando no había un asiento disponible, le indicaba que se sentara conmigo. Solo estaba pendiente de cuidarlo. Después de un rato, cansado de bailar, se sentó, y mi mente solo pensaba en recostar mi cabeza sobre su hombro. Tomé el valor y le pregunté si podía hacerlo, y aceptó. Mientras lo abanicaba por el calor, pensé en confesarle todo, pero no pude.

Intenté varias veces decirle lo que sentía, pero nunca tuve el valor suficiente, hasta que un día, estando solos, se lo dije:

_Quería decirte algo _comenté.

_¿Qué quieres decirme? _preguntó mientras bajábamos unas escaleras.

_Tú... ¿de verdad te irás del país? _pregunté, ya que él tenía planeado irse en pocos meses.

_No, ya no _respondió.

En ese momento, mis nervios estaban al máximo. Pensé que si me confesaba y me rechazaba, no sería tan impactante si él se iba, ya que al irse podría superarlo. Pero ahora, ¿cómo haría?

_¿Qué querías decirme? _volvió a preguntar.

Después de unos segundos, reuní un poco de valor y dije:

_Si en dos meses no te das cuenta, te lo diré _dije mientras bajábamos las escaleras, tratando de actuar natural.

_¿Por qué? Me vas a dejar con la duda.

Esquivé todos sus intentos de descubrir lo que era y, al terminar la jornada de trabajo, me fui a casa.

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Al llegar, recibí una notificación de Facebook; era un mensaje de él.

_Hola, dime lo que me querías decir.

Después de un momento, le confesé que me gustaba. Él, sorprendido, me dijo que no lo creía, pero luego admitió que lo sabía y que solo estaba esperando oírlo de mí. Dijo que también le gustaba, pero acordamos conocernos mejor como amigos y no apresurar las cosas, porque podría salir mal.

Relato de un amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora