En un mundo donde el amor ha sido siempre una fuente de inseguridades, una joven encuentra su vida transformada por la llegada de un hombre que, inicialmente, parecía ser solo otro rostro en la multitud. A medida que descubre su verdadera naturaleza...
Un día sentí el deseo de arreglarme el cabello; me sentía feliz y quería sentirme linda. Después de unas horitas de planchado, me tomé fotos y las subí a las redes. Me sentía bien, me sentía linda; mis complejos se estaban marchando otra vez.
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Momentos antes de dormirme, me llegó un mensaje. Era él,.
¿En serio? ¿Por qué es así? ¿No puedo sentirme bien?
Me invitó a comer helado.
_Gracias, pero eso lo esperaba antes _respondí_. Chao, cuídate mucho. Deja el alcoholismo, eso te hace mal _añadí.
_Tú no colaboras _respondió.
_¿Yo no colaboro con qué? _pregunté.
_No te dejas querer.
_¿Qué acabas de decir? ¿No me dejo querer? Tú nunca me quisiste. Yo no podía seguir aferrándome a algo que no existía _respondí.
_Sí, mi reina, pero ahora estoy seguro de todo; no estaba preparado.
_¿No estabas seguro? ¿Y qué te hace estar seguro ahora?
_Eres una buena mujer y me presumes más.
_Presumir no es demostrar amor, porque cualquiera puede presumirte y aún así fallarte _expresé_. El amor no es presumir; es cuidar y luchar por ambos.
_Dame una oportunidad. Antes no estaba seguro.
_¿Sabes lo mal que lo pasé tratando de olvidarte? Y ahora, volver a lo mismo _respondí.
_No quería hacerte daño. Dame una oportunidad y te darás cuenta _insistía.
_Demuestra que lo que dices es verdad; ya en palabras no creo _dije.
_¿No me crees?
_Te creí todo lo que me decías, y ve cómo terminé.
_Yo te quiero como mi novia.
_Demuestra que es verdad. Yo no voy a entrar a un lugar que no conozco.
Fui clara con él y le dije todo lo que conllevaba estar conmigo, y que no iba a ignorar todo lo triste que pasé olvidándolo para volver a la misma situación, pero que si en serio me quería, lo demostrara. Solo respondió con:
_Bueno, no insisto más _y la conversación terminó allí.
Después de eso, no vi que demostrara nada. Yo sabía que todo era otra mentira, ya que si en verdad me hubiese querido, fuese hecho el intento de demostrarlo. Yo tenía razones para rechazarlo; yo no fui ni soy mala persona para ser la segunda opción de alguien. Yo quiero con todo el corazón y no merezco menos.
Aún lo quiero, aún me gusta, pero prefiero querer en silencio que vivir de migajas de atención. Mi corazón es muy sensible, y sabía que al aceptar eso viviría en un estrés, pensando si me quería o no, si le importaba o no.
Me elegí a mí, aunque doliera por un tiempo; sabía que era la mejor decisión. Y sé, en este preciso momento, escribiendo estas palabras, llorando al recordar lo sucedido, que estaré bien y que seré feliz, sabiendo que merezco todo lo que soy capaz de dar y que, a pesar de esta desilusión, seguiré creyendo que el amor es real; pero que no se consigue en cualquier lugar.
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