•Capítulo 8•

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Después de unos días de haberlo confrontado, él se volvió más distante y yo también me distancié. Me desanimé tanto que ya no esperaba un acto de afecto de su parte, ya que sabía que no me quería. Pero yo anhelaba que lo hiciera.

Un día, durante el almuerzo, me sentía incómoda por la situación de querer olvidarlo y tener que verlo todos los días. Ese día en particular, se sentó junto a mí, pero dijo algo que no pude soportar, así que me marché. Estaban todos los de su área, incluyendo a la chica con la cual me comparaba tanto, esa chica linda y de buen físico. Entre risas y bromas, él dijo:

_Cuando venga tu mamá le diré que te portas mal _dijo al mirarla_  Cuando venga mi suegra le diré _corrigió, y ambos rieron.

Me sentía muy incómoda, y al oírlo me sentí mal. Sabía que si me quedaba allí iba a llorar, así que me fui. Minutos después, me llegó un mensaje de él.

_¿Por qué te fuiste?

_¿Para cederle mi lugar a alguien más? _había personas que no estaban sentadas en la mesa, pero eso solo lo usé como excusa.

_Necesito hablar contigo.

_Ok _respondí de manera cortante, ya que así me respondía él cuando yo le escribía.

_Pero más tarde, ahora no.

_Está bien, cuando puedas. Chao.

Desde ese momento supe de qué se trataba. Mis ojos se llenaron de lágrimas y mi corazón se aceleró. Durante todo el día estuve así, con el corazón acelerado y las manos temblorosas, pero preparándome para recibir la noticia.

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Ese día me fui temprano a casa, ya que me empecé a sentir un poco mal. Unas horas después, llegó el momento, llegó su mensaje. Saludó y preguntó cómo estaba, y luego dijo:

_Necesitaba hablar contigo.

_Dime _respondí.

_Sabes que te dije que no quería enamorarme, pero conocí a alguien y me enamoré. Quería decirte la verdad. Discúlpame.

_Está bien, tranquilo. Ya lo sabía, solo estaba esperando que dijeras la verdad _respondí comprensivamente, pero con un nudo en la garganta, frenando mi llanto.

_¿Cómo así?

_Yo sabía que no sentías nada por mí, pero gracias por decirme la verdad. Cuídate y cuídala, pórtate muy bien con ella.

_Discúlpame.

_No te disculpes tanto, yo sabía que esto iba a pasar, tranquilo _no pude contener más mis lágrimas.

_Podemos seguir siendo muy buenos amigos.

_Siempre fuimos eso. Chao, descansa y cuídate mucho.

La conversación terminó, pero el dolor comenzó. Lloré, no podía dejar de pensar:

¿Acaso soy tan fea?
¿Soy tan difícil de querer?
¿Qué es lo que tengo de malo?
¿Es mi postura?
¿Es mi personalidad?
¿Es mi cuerpo?
¿O soy mala persona?

Todo eso martillaba mi cabeza y lloré tanto que no supe cuándo me dormí.

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Al despertar, tenía el rostro muy hinchado, pero tenía que trabajar, no podía faltar. Al recordar sus palabras y todo lo que sentía por él, mis lágrimas brotaban. Llegué a mi trabajo, mis compañeros me miraron y no dijeron nada. Yo trataba de que no me miraran, pero luego no me importó que me vieran así.

Ese día no colaboró con mi tristeza. Él llevaba mucho tiempo sin ir a mi área, pero ese día fue a entregarme algo del trabajo y me miró. Tuve que fingir una sonrisa y decirle gracias; cuando se fue, lloré nuevamente.

¿Por qué? No quería que me mirara así, no quería que viera que me afectó.

Desde ese día lo evité, no quería verlo. Cada vez que lo veía, lloraba, y por esa razón no quería mirarlo. Pasaba el tiempo, lo miraba con otras chicas y me sentía mal. Lo veía sonreír y mi corazón se arrugaba. Esa sonrisa que me alegraba el día, ahora me rompe el corazón.

Evitarlo y ser cortante con él me dolía. Aunque él no me quería, yo aún me preocupaba y me sentía mal al ser odiosa con él. En una ocasión, él estaba bajo el fuerte sol de la tarde haciendo unos trabajos de la empresa. Yo estaba llegando de su área a la mía y lo miré; al verlo, quise darle una gorra que yo llevaba, pero mi orgullo me decía que no. Dejé de mirarlo y me fui casi al borde de llorar. Momentos después, un compañero fue y me pidió la gorra. Yo no quería tenerla ya que no pude prestársela a él, solo quería despojarme de ella, así que se la di.

Relato de un amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora