A medida que mis sentimientos hacia él crecían, me encontraba deseando mirarlo todo el tiempo, pero me contenía. No debía hacerlo. Aunque me gustara, sentía miedo de que se cansara de mí. Siempre he sido alguien que, cuando ama, lo da todo. Me gusta ser detallista y protectora con las personas que amo, demostrar mi cariño con abrazos y palabras de afecto. Sin embargo, muchas veces esa forma de ser me ha llevado a ser despreciada. ¿Por qué? No lo sé. Aún no lo entiendo.
Los abrazos siempre han sido uno de mis lenguajes de amor; prefería un abrazo antes que tomar la mano de alguien. Pero él cambió eso. Tomar su mano se convirtió en lo que más anhelaba cada día. Sentía que él también disfrutaba ese gesto, y eso me llenaba de ilusión. Durante un día estresante de trabajo, lo único que quería era tomar su mano y liberar toda la tensión acumulada. No éramos nada, y aunque en mi mente persistía el pensamiento de que él no podría quererme, el simple acto de tomar su mano y verlo sonreír me animaba y me daba fuerzas.
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Relato de un amor
RomantizmEn un mundo donde el amor ha sido siempre una fuente de inseguridades, una joven encuentra su vida transformada por la llegada de un hombre que, inicialmente, parecía ser solo otro rostro en la multitud. A medida que descubre su verdadera naturaleza...