El jardín de las mariposas 🦋 || Juantin

11. Felicidades, Martin

Viernes 30 de Marzo de 1987.

Hoy era el día, el día en el que Martin cumplía quince años.

El chico se levantó entusiasmado, se cambió rápidamente y bajó al comedor, donde los dos mayores se dedicaban a desayunar.

Isabella se levantó para ir a otra sala, murmurando un "buenos días"al igual que su hermano, que segundos después le siguió detrás, Martin no entendió el comportamiento de estos, hasta que estos dos volvieron al comedor con una tarta decorada y una vela, mientras cantaban el famoso "cumpleaños feliz". Martin sonrió al ver como los mayores se acordaron de su cumpleaños, y este se acercó para soplar la vela cuando terminaron de cantar.

—Muchas gracias por esto, pensaba que no os ibais a acordar.

—Como para no acodarnos.— Dijo Isabella dejando la tarta sobre la mesa. —Llevas toda la semana sin parar de decírnoslo.

Martin soltó una risita para después sentarse en su sitio de siempre, al igual que Tomasso, que volvió a sentarse, sin antes darle al chico una caja que tenía escondida tras el. mientras Isabella cortaba la tarta.

—No tenías por que molestaste Tomasso, muchísimas gracias.— Dijo aún el chico sonriente, era la primera vez que alguien le regalaba algo por su cumpleaños, y esto le emocionaba mucho.

El chico abrió la caja y vio como había en ella un cuaderno y utensilios para escribir, el hombre miraba al chico sonriendo.

—¿Te gusta?— Preguntó al hombre sin apartar la vista del chico.

—Es el mejor regalo que me han dado nunca, ¡muchísimas gracias de verdad!— Dijo Martin con emoción.

—Venga Martin, deja eso y empieza a comer, hoy tienes un día muy ajetreado.— Dijo Isabella poniéndole a Martin en su plato un pedazo de tarta.

El chico por un momento no entendió cuando la mujer dijo "ajetreado" pero lo ignoro completamente y empezó a comer.

...

La mañana resultó como todas, en la escuela los amigos de Martin se acercaban a felicitarle y a darle algún abrazo que otro, pero Martin no se esperaba lo que pasaría después de clases.

Al finalizar las clases Chiara, Alex, Ruslana, Violeta y Almudena se acercaron con emoción a Martin.

—Oye Martin.— Dijo Chiara. —Le he preguntado ayer a Isabella que si podías venir con nosotros y aceptó.

—¿Ir a donde?— Preguntó confuso el chico.

—Es una sorpresa, mi padre nos va a llevar al sitio y de ahi vamos.

—¿Vais todos?

—Uhm, exacto.

—¿Vale?— Contestó el chico algo confundido, pero este confió en ellos y fueron hacia casa de Chiara y Alex.

Al llegar el padre de Chiara y Alex les esperaba subido al carro, un carro muy elegante, ya que la familia de Chiara y Alex podían permitirse ese lujo. Se subieron todos sin antes dejar sus cosas de la escuela en casa de estos anteriores mencionados.

El viaje fue largo, muy largo, pero se lo pasaron bien ellos seis charlando dentro del carro, cantaron e hicieron el tonto, lo que hizo que el viaje para los chicos fuera corto, excepto para el padre de Chiara y Alex, que llegó agotado, pero todo para ayudar a su niña Chiara.