Shin Higaku.

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Shin siempre había sido un chico curioso, por eso no era sorpresa que se uniera al club de ocultismo de su academia. Una tarde, mientras investigaba viejos libros en la biblioteca del club, un recuerdo olvidado emergió en su mente. Era una imagen borrosa de una niña con una sonrisa radiante, una niña llamada T/n que había conocido en su infancia.

El recuerdo lo golpeó con fuerza, y Shin sintió un mareo que lo obligó a sentarse. Cerró los ojos, tratando de ordenar sus pensamientos. Cuando los abrió de nuevo, se encontró en el mismo lugar, pero algo había cambiado. Frente a él, con la misma sonrisa radiante, estaba T/n, ahora una estudiante de la academia.

-¡Shin! ¡No puedo creer que seas tú!- exclamó T/n, su voz llena de alegría.

Shin, sorprendido y un poco tímido, apenas pudo responder. -T/n... ¿eres tú de verdad?-

Ella asintió con entusiasmo. -Sí, soy yo. ¡Qué pequeño es el mundo! ¿Recuerdas cuando solíamos jugar juntos?-

Shin asintió lentamente, una sonrisa tímida apareciendo en su rostro. -Sí, lo recuerdo. No puedo creer que estés aquí.-

T/n se acercó y le dio un abrazo rápido. -¡Tenemos tanto de qué ponernos al día! ¿Qué te parece si vamos a tomar algo después de clase?-

Shin, aún un poco abrumado por el reencuentro, asintió. -Me encantaría.-

Y así, Shin y T/n comenzaron a reconstruir su amistad, esta vez en los pasillos de la academia, con nuevas aventuras y misterios por descubrir juntos.

Después de clases, Shin y T/n se dirigieron a una pequeña cafetería cerca de la academia. El ambiente era acogedor, con el aroma del café recién hecho llenando el aire. Se sentaron en una mesa junto a la ventana, y T/n no pudo contener su curiosidad.

-Entonces, Shin, ¿en qué club estás?- preguntó con una sonrisa, mientras removía su bebida.

Shin, aún un poco tímido, respondió con cautela. -Estoy en el club de ocultismo. Nos dedicamos a investigar fenómenos paranormales y cosas así.-

Los ojos de T/n se iluminaron con interés. -¡Eso suena fascinante! Siempre me han intrigado esas cosas.-

Shin se sintió un poco más cómodo al ver su entusiasmo. -Sí, es interesante. ¿Y tú? ¿En qué club estás?-

T/n sonrió ampliamente. -Estoy en el club de música. Me encanta tocar la batería.-

Shin levantó las cejas, sorprendido. -¿La batería? Eso es genial. No te imaginaba como baterista.-

T/n se rió. -Sí, es algo que descubrí que me apasiona. Me encanta el ritmo y la energía que tiene.-

Shin asintió, impresionado. -Me gustaría verte tocar algún día.-

-¡Claro! Estás invitado a venir a uno de nuestros ensayos cuando quieras,- respondió T/n con entusiasmo.

Pasaron algunos días desde su reencuentro, y T/n finalmente invitó a Shin a uno de sus ensayos con el club de música. Shin aceptó con entusiasmo, aunque con un poco de nerviosismo. El día del ensayo, se dirigió al salón de música, donde todas las chicas del club ya estaban preparándose.

T/n lo recibió con una sonrisa radiante. -¡Shin! Me alegra que hayas venido. Siéntate donde quieras, vamos a empezar en un momento.-

Shin se acomodó en un sofá al fondo del salón, observando cómo las chicas afinaban sus instrumentos y se preparaban para tocar. T/n se sentó detrás de la batería, ajustando los platillos y los tambores con destreza.

El ensayo comenzó, y la sala se llenó de música. Shin no podía evitar sentirse impresionado por la habilidad y la pasión con la que T/n tocaba la batería. Cada golpe y cada ritmo parecían reflejar su energía y entusiasmo.

Mientras las chicas ensayaban, Shin se perdió en sus pensamientos. Recordó cómo había conocido a T/n cuando eran niños, y cómo el destino los había reunido de nuevo. No podía evitar notar lo linda que era T/n, no solo por su apariencia, sino por su personalidad alegre y su talento.

El ensayo terminó, y T/n se acercó a Shin, aún con una sonrisa en el rostro. -¿Qué te pareció?-

Shin, un poco sonrojado, respondió con sinceridad. -Fue increíble. Eres muy talentosa, T/n.-

Ella se rió suavemente. -Gracias, Shin. Me alegra que te haya gustado. ¿Te gustaría venir a más ensayos?-

Shin asintió, sintiéndose más conectado con T/n que nunca. -Me encantaría.-

Después del ensayo, Shin y T/n decidieron dar un paseo por la academia. El sol comenzaba a ponerse, bañando los edificios en una cálida luz dorada. Mientras caminaban, comenzaron a hablar sobre sus intereses y actividades.

-Shin, me encantaría saber más sobre tu club de ocultismo- dijo T/n con curiosidad. -¿Crees que podría ir alguna vez? -

Shin se detuvo un momento, pensando en las actividades del club. Sabía que algunas de las investigaciones y experimentos podrían ser un poco intensos y no quería asustar a T/n. Además, sus compañeros de club eran bastante reservados y tímidos.

-Bueno, T/n, -comenzó Shin, eligiendo sus palabras con cuidado, -me encantaría que vinieras, pero mis compañeros de club son muy tímidos e introvertidos. Podrías aburrirte porque no son muy sociables.-

T/n asintió, comprendiendo la situación. -Entiendo, Shin. No quiero incomodar a nadie. Pero si alguna vez hay una actividad en la que pueda participar, me encantaría.-

Shin sonrió, aliviado de que T/n lo entendiera. -Claro, te avisaré si surge algo adecuado.-

Continuaron caminando, disfrutando de la compañía del otro y hablando de todo tipo de cosas. Con cada paso, su amistad se fortalecía, y Shin se sentía cada vez más agradecido por haber reencontrado a T/n.

Pasaron semanas desde que Shin y T/n se reencontraron, y durante ese tiempo, Shin comenzó a darse cuenta de sus verdaderos sentimientos. Estaba enamorado de T/n, aunque trataba de no hacerlo obvio. A su manera, demostraba interés en ella, y T/n también mostraba interés, pero de una forma más sutil.

T/n, intrigada por el club de ocultismo, seguía insistiendo en asistir a una de sus reuniones. La curiosidad la consumía, y aunque Shin trataba de disuadirla, ella no se daba por vencida.

Finalmente, un día después de clases, mientras caminaban por los jardines de la academia, T/n volvió a insistir. -Shin, realmente quiero ver de qué se trata tu club. ¿Por qué no puedo ir?-

Shin se detuvo y la miró con seriedad. -T/n, no creo que sea lo más correcto que vengas al club- dijo con firmeza.

Ella, sin entender del todo, frunció el ceño. -Pero, Shin, ¿por qué no? ¿Qué es lo que tanto quieres ocultar?-

Shin suspiró, sintiéndose atrapado. Sabía que tenía que ser honesto con ella. -Es porque me gustas, T/n. No quiero que sufras o que te pase algo malo en uno de nuestros ritos, invocaciones o investigaciones. Prefiero que te mantengas a salvo.-

T/n se quedó en silencio por un momento, sorprendida por la confesión. -Shin, yo también... yo también te gusto-susurró para sí misma, pero Shin ya se había alejado, molesto y preocupado.

Decidieron distanciarse por unos días, ambos lidiando con sus propios sentimientos y pensamientos. Shin quería proteger a T/n a toda costa, mientras que T/n intentaba entender por qué Shin era tan protector.

Durante esos días, Shin se sumergió en las actividades del club de ocultismo, tratando de distraerse. Sin embargo, no podía dejar de pensar en T/n y en cómo había reaccionado. Se preguntaba si había hecho lo correcto al confesar sus sentimientos y al mismo tiempo alejarla.

Por su parte, T/n también estaba confundida. No podía dejar de pensar en Shin y en lo que había dicho. Sabía que él solo quería protegerla, pero no entendía por qué era tan importante para él mantenerla alejada del club. Decidió que necesitaba hablar con él y aclarar las cosas.

Personajes masculinos x tú [Yandere Simulator]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora