El control de Taehyung finalmente se desmoronó. La mezcla embriagadora del celo de Jungkook, el irresistible aroma de fresas y chocolate, y la necesidad primitiva de su lobo lo envolvieron completamente, nublando cualquier rastro de racionalidad.Jungkook, sentado en su regazo, seguía moviéndose con desesperación, su inocente mente apenas entendiendo lo que su cuerpo necesitaba. Sus ojos grandes y llenos de lágrimas se encontraron con los de Taehyung, suplicando silenciosamente por alivio.Jungkook: (gimiendo suavemente) "Tata... Alfa, por favor... No puedo más..."Ese fue el detonante final. Con un gruñido profundo, Taehyung giró a Jungkook sobre el sofá, posicionándolo de modo que pudiera tener acceso completo a su joven omega. Sus manos recorrieron con urgencia la piel suave y delicada de Jungkook, bajando su minifalda y ropa interior con un movimiento rápido, exponiendo su cuerpo virgen.Taehyung: (con voz grave, casi inaudible) "Lo siento, Jungkook... No puedo detenerme ahora..."Jungkook, con el rostro enrojecido y la respiración entrecortada, apenas podía procesar lo que estaba sucediendo. Su cuerpo se arqueó instintivamente, buscando más contacto, más de esa sensación que solo Taehyung podía darle. Cuando sintió el primer contacto , su cuerpo se estremeció, y un gemido fuerte y claro escapó de sus labios.Jungkook: (entre gemidos y sollozos) "¡Alfa... más... por favor!"Esas palabras encendieron a Taehyung más de lo que podía imaginar. Sin más advertencia, se posicionó sobre Jungkook, sujetando sus caderas con fuerza y lo preparaba después de que comenzaba a entrar en él, reclamándolo como suyo. El dolor inicial fue inevitable, pero la necesidad y el deseo pronto lo superaron. Jungkook se aferró a las almohadas, sus gemidos llenando la habitación mientras Taehyung lo tomaba con fuerza y determinación, sin dejar lugar a dudas de que él era el único alfa en su vida.Cada embestida era un recordatorio de la conexión inquebrantable entre ellos, una promesa tácita de que nunca más estarían separados. Y con cada movimiento, el vínculo entre ellos se volvía más fuerte, hasta que finalmente, en un momento de pura unión, Taehyung mordió el cuello de Jungkook, marcándolo como suyo para siempre.Taehyung: (susurrando con la voz ronca, mientras lo marca) "Eres mío, Jungkook... solo mío..."La marca provocó un grito agudo en Jungkook, pero no de dolor, sino de un placer intenso y desconocido. Su cuerpo se arqueó una última vez, antes de relajarse completamente en los brazos de Taehyung, sintiéndose lleno, reclamado y amado como nunca antes.Jungkook: (con un susurro suave, apenas consciente) "Alfa... mío..."