Taehyung había pasado días reuniendo el valor necesario para enfrentar a Jungkook. Sabía que las palabras no serían suficientes, que su simple disculpa no podría sanar las heridas que había causado. Aun así, decidió que tenía que intentarlo, que debía hacer todo lo posible para reconquistar a su omega.Cuando llegó a la casa de Jungkook, su corazón latía con fuerza. Los recuerdos de su última confrontación aún estaban frescos en su mente, y la culpa pesaba sobre él como una losa. Respiró hondo antes de tocar la puerta, esperando que Jungkook estuviera dispuesto a escucharlo.La puerta se abrió lentamente, revelando a Jungkook con una expresión fría y distante. Sus ojos ya no brillaban con el amor que solían tener cuando miraban a Taehyung; ahora solo había dolor y desconfianza. Sin embargo, Taehyung se mantuvo firme, decidido a hacer lo correcto, aunque fuera tarde.Taehyung (con voz quebrada):
—Jungkook... por favor, escúchame. Sé que no merezco tu perdón, que lo que hice fue imperdonable. Pero estoy aquí para decirte cuánto lo lamento, cuánto desearía poder cambiar lo que pasó.Jungkook lo miró con dureza, sintiendo cómo la ira y el dolor volvían a invadir su pecho. Había esperado este momento, pero ahora que estaba aquí, solo podía sentir resentimiento.Jungkook (con amargura):
—¿Perdón? ¿Vienes aquí a pedirme perdón? ¿Después de todo lo que hiciste? ¡Nosotros íbamos a tener un bebé, Taehyung! ¡Nuestro hijo! Y por culpa de tu maldito orgullo, lo perdí... perdí todo. Perdí tu amor, nuestro futuro... ¿Y ahora quieres que te perdone?Las palabras de Jungkook eran como dagas, y Taehyung sintió cada una de ellas clavarse en su corazón. Sabía que había cometido errores terribles, y cada palabra que salía de la boca de Jungkook solo confirmaba lo profundo de su arrepentimiento.Taehyung (suplicante):
—Lo sé, Jungkook... sé que te hice daño, y no puedo cambiar el pasado. Pero te amo, siempre te he amado, y no puedo vivir sin ti. Estoy dispuesto a hacer lo que sea para enmendar lo que hice, para ganarme tu confianza de nuevo. Por favor, no me alejes.Jungkook (fríamente):
—Es demasiado tarde, Taehyung. Ya no queda nada por salvar. Me quitaste lo más importante en mi vida... nuestro hijo. No puedo perdonarte por eso. No quiero volver a verte, así que lárgate. Ya no hay nada que puedas hacer aquí.Taehyung sintió un nudo en la garganta al escuchar esas palabras, pero se negó a moverse. Sabía que Jungkook tenía razón, que había causado un daño irreparable, pero también sabía que no podía rendirse. No podía alejarse, no cuando todavía había una pequeña esperanza, por débil que fuera.Taehyung (determinadamente):
—No me iré, Jungkook. No puedo simplemente darte la espalda y desaparecer. Sé que cometí errores, pero no me rendiré. Quiero estar aquí para ti, incluso si no quieres perdonarme. No me voy a ir.Jungkook lo miró con incredulidad, incapaz de entender por qué Taehyung seguía insistiendo. Estaba furioso, dolido, y las cicatrices en su corazón aún estaban frescas. Pero Taehyung no parecía dispuesto a retroceder.Jungkook (con un suspiro de frustración):
—Haz lo que quieras, Taehyung. Pero no me importa. Nunca podré perdonarte por lo que hiciste, y si decides quedarte, será por ti, no por mí.Jungkook dio la espalda y se alejó, sin mirar atrás. Taehyung se quedó solo en la puerta, sintiendo cómo su corazón se rompía en mil pedazos. Pero en su interior, sabía que había tomado la decisión correcta. No iba a rendirse, no cuando se trataba del amor de su vida, incluso si eso significaba soportar el rechazo y el dolor.Se acomodó en la entrada de la casa, dispuesto a esperar todo el tiempo que fuera necesario. Sabía que el camino hacia el perdón sería largo y difícil, pero estaba dispuesto a recorrerlo, porque Jungkook era su omega, y no había nada en el mundo más importante para él.
