Taehyung se quedó inmóvil, paralizado por la confusión y la culpa. El eco de los pasos de Jungkook alejándose resonaba en sus oídos, y por un momento, sus instintos le gritaban que corriera tras su Omega, que lo abrazara y le dijera que todo estaría bien. Pero no se movió. Estaba atrapado entre el peso de las expectativas de su familia y el amor que había reprimido durante tanto tiempo.Yoongi, quien había presenciado la vacilación de Taehyung, lo miró con una mezcla de enojo y lástima. Sabía que Taehyung estaba luchando una batalla interna, pero no podía entender cómo alguien podía lastimar tanto a alguien que supuestamente amaba. Sin decir una palabra más, Yoongi dejó a Taehyung solo en el salón y salió en busca de Jungkook.Después de buscar por unos minutos, Yoongi finalmente encontró a Jungkook en el baño, inclinado sobre el inodoro, vomitando. La escena era desgarradora; el joven Omega estaba visiblemente débil, con el rostro empapado en sudor y lágrimas. Yoongi se apresuró a su lado, llenando un vaso con agua y colocándolo en las manos temblorosas de Jungkook.—Toma, Kook —le dijo suavemente, guiando el vaso hacia los labios del joven—. Bebe un poco de agua, te sentirás mejor.Jungkook tomó pequeños sorbos del agua, pero sus ojos seguían llenos de lágrimas, su cuerpo temblando por la mezcla de emociones y el malestar físico. Se acurrucó contra la pared, abrazando sus rodillas, con la cabeza baja, mientras susurraba débilmente el nombre de Taehyung.—Tae... Alfa... —repetía en un hilo de voz, como si esas palabras fueran lo único que lo mantenían conectado a la realidad.El dolor de Jungkook era palpable, y ver a su amigo en ese estado desgarraba el corazón de Yoongi. Se arrodilló a su lado y lo rodeó con sus brazos, abrazándolo con ternura mientras susurraba palabras de consuelo.—Shh, todo va a estar bien, Kook. Estoy aquí contigo. No estás solo —dijo Yoongi, acariciando suavemente el cabello de Jungkook—. Sé que duele, pero eres más fuerte de lo que crees. No dejes que ese imbécil te haga sentir menos.Jungkook se aferró a Yoongi, su cuerpo temblando mientras las lágrimas seguían cayendo por sus mejillas. Las palabras de Yoongi, aunque amables, solo le recordaban el vacío que sentía en su interior. Todo lo que quería era sentir los brazos de Taehyung a su alrededor, escuchar su voz diciéndole que todo estaría bien. Pero en lugar de eso, estaba allí, roto, con un dolor que parecía imposible de sanar.—¿Por qué, hyung? —susurró Jungkook, su voz cargada de desesperación—. ¿Por qué no puede amarme como yo lo amo? ¿Qué he hecho mal?Yoongi sintió cómo su propio corazón se rompía al escuchar esas palabras. Sabía que no había nada que Jungkook hubiera hecho mal, pero también sabía que las respuestas que buscaba no serían fáciles de encontrar.—No has hecho nada mal, Kook. A veces las personas están tan atrapadas en sus propios miedos que no pueden ver lo que tienen justo frente a ellos. Pero eso no significa que no seas digno de amor —dijo Yoongi, apretando suavemente a Jungkook contra él—. No dejes que el dolor te consuma. Tienes a personas que te quieren, que estarán contigo pase lo que pase.Jungkook asintió débilmente, permitiéndose encontrar un poco de consuelo en las palabras de Yoongi. Pero dentro de él, el dolor seguía siendo abrumador. A pesar de todo, no podía dejar de desear que Taehyung estuviera allí, que le diera el amor que tanto anhelaba.El silencio cayó sobre ellos mientras Yoongi continuaba consolando a Jungkook, esperando que el joven Omega encontrara la fuerza para superar este momento oscuro.