capitulo 4

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Ramsés no tardó en acercarse, y antes de que pudiera reaccionar, ya estaba a mi lado, con una sonrisa que parecía decir mucho más de lo que sus palabras podrían expresar.

Ramses:Así que… tú fuiste la que eligió la espada, ¿no? —preguntó con un tono que denotaba interés real—. Tienes buen ojo, Isidara. No todos saben apreciar una buena arma, y esta… es una joya.

Su comentario, aunque casual, tenía un aire de complicidad que me tomó por sorpresa. Sonreí, intentando mantener la calma.

Isidara:Quise darle algo que representara su fuerza y parece que acerté.

Él se rió suavemente, una risa que me hizo sentir más cómoda de lo que esperaba.

Ramsés:Lo hiciste. Pero tengo que admitir que estoy más intrigado por la persona que tuvo el buen gusto de elegirla. —Sus ojos brillaban con un toque de picardía—. No todos los días alguien logra captar mi atención tan rápido.

Mi corazón latía con fuerza, y por un momento, me olvidé del protocolo y de todas las miradas que estaban puestas en nosotros .

Isidara: Pues espero seguir sorprendiendote, entonces.

Su sonrisa se amplió, y por un instante, me pareció que el resto del salón desaparecía, dejándonos a los dos en una burbuja de nuestra propia creación.

Ramsés:Me parece un trato justo. —Hizo una pausa, acercándose un poco más—. ¿Te importaría si te acompaño durante la fiesta? Me gustaría conocer a mi posible prometida.

Sus palabras eran sencillas, pero el modo en que las decía, la cercanía de su voz, me hicieron sentir una conexión instantánea. Iba a responder, cuando de repente, una voz femenina nos interrumpió.

Nefertari:Ramsés, no estarás acaparando a nuestra invitada, ¿verdad?

Nefertari apareció a nuestro lado con una sonrisa que no alcanzaba a sus ojos. Moisés, el hermano de Ramsés, estaba junto a ella, observando la escena con una mezcla de curiosidad y amabilidad.

Moisés: Isidara, espero que estés disfrutando de la fiesta. Sabemos que tu viaje fue largo.

La interrupción rompió el momento, y aunque Ramsés intentó mantener la conversación, noté su frustración al soltar mi mano que había tomado sin que me diera cuenta.

Isidara:Sí, ha sido un recibimiento maravilloso. Estoy agradecida por la hospitalidad que me han brindado.

Nefertari: Nos alegra que te sientas así. Después de todo, ahora eres parte de nuestra corte. Estamos ansiosos por conocerte

Ramsés se inclinó ligeramente hacia mí, aprovechando un segundo de privacidad.

Ramsés: No te preocupes, esto apenas comienza. —Su voz baja y llena de promesa me hizo sentir un cosquilleo en el estómago—. Tendremos tiempo para hablar… pronto.

Asentí, atrapada en sus palabras, mientras él se alejaba junto a Nefertari y Moisés.

ISIDARA Y RAMSÉS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora