Capítulo 19

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El aire en la habitación de Isidara estaba pesado, pero su mente empezaba a aclararse después de lo sucedido. Aunque su cuerpo se sentía débil, sus pensamientos se enfocaban en una sola cosa: ¿qué había ocurrido realmente?

Dará, su fiel sirvienta, entró con una bandeja, pero su atención fue atraída por un papel doblado que sobresalía entre las sábanas. Lo recogió con manos temblorosas y leyó el contenido en silencio antes de mostrárselo a Isidara.

Dará: "Mi señora, encontré esto... en la cama. No estaba aquí antes."

Isidara, todavía débil, tomó la carta y leyó con dificultad.

Isidara: "¿Qué es esto?"

Dará: "No lo sé, mi señora. Nadie ha entrado, excepto el médico y las sirvientas de confianza."

Isidara leyó las primeras líneas, y sus ojos se abrieron con alarma. Con esfuerzo, intentó sentarse en la cama con más firmeza.

Isidara: "¿Quién pudo hacer esto? Esto es... es una amenaza."

Dará se acercó más a ella, preocupada.

Dará: "¿Una amenaza? ¿Cómo es posible? No he visto a nadie extraño cerca de su habitación, mi señora."

Antes de que pudieran discutir más, la puerta se abrió lentamente, revelando a Ramsés. Su expresión estaba marcada por la preocupación y el arrepentimiento. Parecía haber envejecido en cuestión de horas.

Ramsés: "Isidara... ¿cómo te sientes?"

Isidara lo miró en silencio, sus dedos aún apretando la carta. Tras una breve pausa, se la extendió. Ramsés la tomó con manos temblorosas, leyéndola con rapidez. Al terminar, la ira se reflejó en sus ojos.

Ramsés: "¿Quién te ha hecho esto? ¡Juro que lo encontraré!"

Isidara lo miró a los ojos, buscando respuestas, pero también con cierto dolor.

Isidara: "No lo sé... Pero alguien en el palacio me quiere fuera del camino. Ramsés, esto no es solo una amenaza. Es mucho más. Alguien me odia, alguien quiere deshacerse de mí."

Ramsés dio un paso más cerca, tomando su mano con suavidad.

Ramsés: "Escucha, Isidara, sé que te lastimé, y no puedo disculparme lo suficiente por ello. Pero te juro que no permitiré que nadie más te haga daño. Lo que te hicieron no quedará impune."

Isidara lo miró, aún dudosa.

Isidara: "¿Cómo puedo confiar en ti después de todo, Ramsés? Ya no sé qué pensar. No sé si estoy lista para perdonarte. Después de todo lo que ha pasado..."

Ramsés apretó su mano con más fuerza, su mirada intensa, llena de arrepentimiento.

Ramsés: "No te pido que me perdones ahora, solo que me des la oportunidad de demostrarte lo que siento. Te amo, Isidara, siempre te he amado, y no voy a perderte. No ahora, no después de todo lo que hemos pasado. No podría soportarlo."

Isidara sintió cómo su corazón se suavizaba un poco. Las palabras de Ramsés parecían sinceras, pero el dolor aún estaba presente.

Isidara: "Está bien, Ramsés... pero prométeme que descubrirás quién está detrás de esto. No quiero vivir con miedo. No puedo seguir así."

Ramsés asintió, sus ojos llenos de determinación.

Ramsés: "Te lo prometo. No descansaré hasta que quien esté detrás de esto pague por lo que te hizo. Te protegeré con mi vida, Isidara."

Dará se acercó, preocupada por la tensión en la habitación.

Dará: "Mi señora, deberías descansar. Todo esto te está agotando."

Isidara suspiró, asintiendo lentamente.

Isidara: "Tienes razón, Dará. Necesito descansar... pero no puedo dejar de pensar en todo lo que está pasando."

Ramsés se inclinó un poco más hacia ella, con suavidad en su voz.

Ramsés: "Lo sé, pero ahora necesitas recuperarte. Confía en mí para encargarme de esto. No estás sola en esto, Isidara. Nunca lo estarás."

Isidara cerró los ojos por un momento, permitiéndose una pequeña sonrisa antes de volver a enfrentarse al dolor que aún quedaba en su pecho. Tal vez las cosas no estaban perdidas del todo. Tal vez aún había esperanza.

Isidara: "Espero que tengas razón, Ramsés... porque ya no sé en quién más confiar."

Ramsés se inclinó y besó su mano con ternura.

Ramsés: "Tendré cuidado con cada paso que dé. No permitiré que te hagan más daño."

Isidara lo miró, su corazón latiendo más rápido al escuchar esas palabras.

Isidara: "Gracias, Ramsés. No sé qué habría hecho sin ti aquí."

Ramsés: "Yo no habría sobrevivido sin ti, Isidara. No quiero imaginar una vida donde no estés. Lucharé por ti."

Con un último vistazo hacia la puerta de la habitación de Isidara, Ramsés respiró hondo, sabiendo que la batalla por recuperar su confianza y protegerla apenas comenzaba. Pero, por ella, estaba dispuesto a todo.

ISIDARA Y RAMSÉS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora