Mientras Ramsés e Isidara disfrutaban de la tranquila mañana junto al río, la conversación fluía entre risas y comentarios casuales. Isidara se sentía cada vez más cómoda, aunque la presencia de Nefertari seguía en su mente. A lo lejos, Ramsés divisó dos figuras que caminaban hacia ellos. Cuando se acercaron, Isidara reconoció a Nefertari y Moisés, y su corazón se aceleró.
Ramses: ¡Moisés, Nefertari! ¡Qué sorpresa verlos aquí! —dijo Ramsés, levantándose para saludar a sus amigos con una amplia sonrisa—. ¿Qué los trae por el Nilo tan temprano?
Nefertari: Estábamos paseando, recordando viejos tiempos. Este lugar siempre ha sido especial para nosotros, ¿verdad, Ramsés? —respondió Nefertari con una sonrisa, aunque sus ojos mostraban un destello de nostalgia.
Isidara mantuvo una sonrisa, pero internamente sintió un pequeño pinchazo al escuchar las palabras de Nefertari. Ramsés notó el cambio en la expresión de Isidara y, sin soltar su mano, decidió suavizar la situación.
Ramsés: Es cierto, Nefertari, pero hoy es un día para crear nuevos recuerdos, ¿no crees? —dijo mientras miraba a Isidara con ternura—. Isidara y yo estábamos disfrutando de un buen desayuno.
Moisés: No queríamos interrumpir, pero parece que llegamos justo a tiempo para unirnos, ¿no? —bromeó Moisés, intentando aliviar cualquier tensión.
Isidara: No es ninguna interrupción —respondió con una sonrisa, aunque su mente seguía en las palabras de Nefertari—. Siempre es bueno conocer mejor a los amigos de Ramsés.
Nefertari: Ramsés recuerdas que tenemos tantos recuerdos aquí, desde niños. Él siempre fue tan atento, asegurándose de que nunca me faltara nada cuando veníamos al Nilo.
Isidara, aunque trataba de mantener la calma, no pudo evitar un leve rastro de celos en su voz.
Isidara: Deben haber sido momentos muy especiales.
Ramsés, notando la tensión, decidió cambiar el tono de la conversación.
Ramsés: Cada momento tiene su lugar, y ahora es el tiempo de nosotros, Isidara.
Antes de que Isidara pudiera responder, Ramsés se inclinó y la besó suavemente, dejando claro que su atención estaba completamente en ella. Isidara, sorprendida pero contenta, sonrió al separarse, sintiendo una conexión más profunda con Ramsés.
Nefertari, observando la escena, sintió una pequeña punzada de celos. Aunque intentó disimularlo, Moisés, siempre perceptivo, lo notó y decidió intervenir.
Moisés: ¿Qué les parece si damos un paseo por el río? Sería bueno caminar un poco y seguir conversando.
Nefertari: Sí, me parece una buena idea. —dijo, intentando recuperar su compostura—. Será agradable compartir más tiempo juntos.
Ramsés asintió y ayudó a Isidara a levantarse. Mientras caminaban, las tensiones comenzaron a disiparse, y la conversación fluyó con más naturalidad. Ramsés se mantenía cerca de Isidara, mostrando su interés de manera clara, mientras Moisés y Nefertari se unían a la charla con comentarios y bromas.
Isidara: Es un hermoso día para estar aquí, ¿no creen?
Nefertari: Sí, es perfecto. Aunque, debo admitir que extrañaba estos momentos con ustedes dos. —dijo con un tono tan raro—.
Ramsés, queriendo mantener la armonía, respondió con un tono tranquilo.
Ramsés: Pero ahora estamos con otra persona más la cual es muy importante para mi, y eso es lo que importa. Crear nuevos recuerdos juntos.
El grupo siguió caminando a lo largo del río, con las aguas del Nilo brillando bajo el sol. Aunque las emociones estaban mezcladas, el día avanzaba con una promesa de nuevas conexiones y sentimientos que se entrelazaban en el corazón de cada uno.
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ISIDARA Y RAMSÉS
FanfictionDe todas las princesas porque solo tú resististe? -Soy Isadara hija del sacerdote de Menfis y desde que nací siempre supe que estaba protegida por los dioses Dile a todos los Dioses entonces que protegan ahora nuestro amor -Ya lo protegen desde...