Capítulo 1. Algo no va bien

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Las luces de las pantallas iluminaban el rostro impasible de Marta, dibujando sobre éste un mosaico de colores azulados. Su mirada permanecía fija en los datos que mostraba aquella pantalla gigante, apenas pestañeaba y su expresión permanecía prácticamente inmutable.

– Algo no va bien... -murmuró suavemente, casi como en un susurro.

Marta se inclinó hacia la pantalla, observando con agudeza las fluctuaciones irregulares en el monitoreo de la simulación. Los gráficos mostraban anomalías que nunca antes había visto: cambios inesperados en la actividad biológica, los patrones de sueño alterados y, lo que más le alarmaba, un extraño patrón en el código más delicado de la simulación que amenazaba una desconexión parcial de la sujeto.

Contuvo la respiración durante unos segundos, cerrando sus vidriosos y sobrehumanos ojos. Tenía que mantener la calma. No podía permitir que aquello escapase a su control; la estabilidad y la vida de aquella humana así como su reputación como simuladora estaban en juego. Tenia que resolver esa crisis y hacerlo rápido, pero con sosiego y pragmatismo.

Empezó a teclear con rapidez, moviendo sus largos y estilizados dedos con total precisión y agilidad. Sin apartar su mirada de la pantalla, añadía código tras código a la simulación con un único fin: lograr que aquella humana volviera a establecer una conexión estable con el sistema.

"La rotura de la conexión de un humano con la simulación es un hecho catastrófico e irreversible. Inicia una serie de reacciones en cadena que terminarán por desconectar al humano de la simulación, su vaina y el núcleo." La voz de su mentor resonaba en la mente de Marta, sacándola brevemente de su concentración.

Deteniéndose por un momento, Marta observó la interfaz que representaba a Fina, la humana, en la simulación. Definitivamente algo no estaba funcionando como debía. La red intrincada de realidades que había diseñado cuidadosamente mostraba fluctuaciones inesperadas. Marta se adentró en los registros, revisando cada detalle con una meticulosidad que sólo su experiencia podía ofrecer.

A medida que avanzaba su investigación, los temores de Marta se materializaban ante sus ojos. A pesar de su cuidadosa y meticulosa profesionalidad, de haber puesto todos sus esfuerzos en lograr la mejores de las marcas de rendimiento energético en el Núcleo y de procurar darle a aquella humana la vida más plena posible... a pesar de todo ello, estaba presenciando como se abría una brecha irreparable en aquella simulación.

En medio del remolino de emociones contenidas, que estaban zarandeando su mente, un recuerdo lejano se apodera de su conciencia. La imagen de CRMN, quien había sido su más fiel amiga, apareció con claridad. Aquellas palabras cargadas de emoción y desafío, aún resonaban en su memoria.

***

– ¿Cómo puedes seguir apoyando esto, MRT, después de lo que te he contado? -exaltó CRMN en voz alta.

– CRMN -suspiró. – Tu humano ha sido víctima de la resistencia. Ya está. Este incidente no va a trascender, como ya te ha dicho el Consejo, te adjudicarán otro humano y tu expediente como simuladora seguirá intacto.

– ¡Qué expediente, ni qué expediente, MRT! -gritó ella. – ¡Ha muerto! ¡Ese humano ha muerto!

– CRMN, debes relajarte. -respondió con cierta frialdad. – Estás actuando como si fueras un...

– ¿Cómo si fuera, qué? ¿Un humano? -continuó su amiga, totalmente enajenada. – ¿Y qué si parezco uno de ellos? ¿Quién te dice que somos tan distintos? ¡Estoy cansada de contenerme!

Marta se quedó mirándole perpleja, no comprendía aquella reacción tan visceral y tan poco arcánea de su amiga.

– CRMN, cálmate. -susurró con voz firme. – Este incidente te ha afectado más de lo normal. Deberías solicitar unos días de descanso.

El Núcleo de la Realidad #Mafin (AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora