Capítulo 11. Más allá del peligro

254 31 19
                                    

Aún abrumada por todo lo que acababa de vivir, Fina permanecía con los ojos cerrados y las manos aferradas al suave asiento del vehículo, permitiéndose sentir las sensaciones que le transmitían todos sus sentidos: la textura suave y acolchada del tejido que recubría el asiento, el sonido de la respiración ligeramente agitada de Marta, o el dulce aroma que ella desprendía, bañando todo el interior del vehículo y opacando incluso el olor desagradable de su ropa, aún ligeramente húmeda, que le recordaba al Núcleo, al tanque, e incluso a aquella cápsula pringosa.

No quería creer que realmente estaba despierta, mucho menos que toda su vida hasta ese momento había sido un sueño, un espejismo, una falsa ilusión que solo había existido dentro de su subconsciente. Sin embargo, toda la información que le llegaba directamente a través de sus sentidos le demostraba constantemente que nunca había sentido de verdad hasta ahora. Recordaba los sonidos que había escuchado, los sabores que había probado, los aromas que había olido, todo lo que había visto y todo lo que había palpado... pero ninguno de esos recuerdos se sentía como lo que había percibido desde que salió de aquel tanque: desde el tacto y sabor desagradable de la sustancia que contenía el tanque hasta el tacto electrizante de los labios de Marta.

Un giro repentino del vehículo le sobresaltó y, sin poder evitarlo, abrió los ojos. Observó a Marta que, con la mirada fija en la carretera, movía las manos con una agilidad asombrosa sobre los controles. Había una elegancia innata en sus movimientos, como si conducir aquel vehículo fuera una extensión natural de su ser, un acto tan fluido como respirar. Fina le miró durante un momento, atrapada en esa imagen de control y gracia, pero algo en su interior le recordó las palabras que había escuchado en la cabina, aquella forma desagradable con la que había hablado a las Autoridades sobre "los humanos". No podía no sentirse incluida en aquella generalización, lo que le producía una mezcla de dolor, frustración y decepción. La desconfianza volvió a instalarse en su pecho, clavándose como una aguja afilada.

Desvió la mirada hacia la ventana y su respiración se quedó atrapada en su garganta. Ante ella se desplegaba un paisaje que le resultaba tan fascinante como perturbador. Edificaciones inmensas se alzaban hacia el cielo con formas imposibles, casi desafiando la gravedad con su arquitectura asombrosa. Aquel paisaje resultaba fascinante, muy evolucionado desde un punto de vista tecnológico, pero al mismo tiempo era inquietantemente sombrío. Las estructuras, las calles, todo el entorno se dibujaba ante ellas en diferentes tonalidades de grises, desprovistas de cualquier signo de vida. No había colores que alegraran las fachadas ni detalles que suavizaran las líneas duras y frías de los edificios. La gente que caminaba por las calles vestía de la misma manera monocromática, moviéndose con una rigidez que a Fina le resultó antinatural. Todo contrastaba profundamente con las ciudades que ella recordaba de la simulación, llenas de vida, risas y diversidad.

Se sintió apesadumbrada, como si una nube oscura se hubiera instalado sobre su pecho. "¿Es esto la realidad?" se preguntó, luchando por aceptar la idea de que todo lo que había conocido podría ser solo una farsa, una mentira que nunca existió realmente. "¿Cómo puede ser real un lugar tan gris, tan desolador?" continuó pensando, mientras aquel paisaje por el que estaban viajando, se le asimilaba cada vez más a una clínica o algún entorno aséptico y estéril, todo le resultaba elegante y majestuoso y muy desolador al mismo tiempo.

– ¿Estás bien? -preguntó Marta de repente, rompiendo el silencio con una voz que sonaba tranquila, pero que ella percibió ligeramente tensa.

La pregunta sacó a Fina de su ensimismamiento. Volviendo a observarle de nuevo, tratando de leer su expresión, buscando alguna pista sobre sus verdaderas intenciones. La frialdad de su voz aún resonaba en su mente, pero al mismo tiempo, había algo en Marta que le transmitía una extraña calma, una dualidad que le desconcertaba.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 14 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El Núcleo de la Realidad #Mafin (AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora