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Después de una cena dónde solo el Omega comió porqué el alfa con la excusa de que no tenía hambre, había aprovechado la oportunidad de alejarse un poco, para respirar tranquilo sin sentir esa presión en el pecho.

Buscar un trabajo.
La universidad y ayudar a Jeongin con sus asignaciones.
El cachorro.
La actitud de su Omega.
La Omega suelta por ahí siendo una completa amenaza.

Todo era demasiado, realmente esperaba que Jeongin tuviera un poco de empatía por el, pero no, el solo lo recriminaba y se culpaba de cosas sin sentido, la situación se tornaba agotadora cada vez más, pero el aún tenía fuerzas para seguir por ambos.

Guío al omega a su habitación, ya que era la habitación principal y estaría más cómodo.

– ¿Necesitas algo? -

– Yo...Eh ¿Puedes darme esa camisa?- El Omega señaló con vergüenza la camisa que el alfa traía puesta.

– Pero está sudada Jeongin, puedo darte otra.-

– No me importa, quiero esa, quiero tu olor.- El alfa suspiró y asintió quitándose la camisa, dejando su torso perfectamente tonificado y musculoso a la vista del Omega, le extendió la camisa y este rápidamente la llevo a su nariz olfateando lo más que pudo el olor del alfa impregnado en la prenda.

– ¿Algo más?- El Omega negó.

Entonces el alfa se acercó para cubrirlo con las gruesas mantas, le dió un beso en la frente, tomo el control que controlaba las luces de su habitación para apagarlas, luego caminó hasta la puerta para irse, pero la voz de su Omega lo detuvo.

– ¿A dónde vas? -

– Iré a la otra habitación, necesitas descansar.-

– Pero está es tu cama...-

– Ahora es tuya Jeongin, descansa.-

– ¡HYUNJIN, espera!- El alfa se detuvo una vez más, pero no volteó, simplemente se quedó de espaldas tomando la perilla de la puerta.
- Lo lamento yo...-

– No, Jeongin, no digas cosas que no sientes, no te disculpes si volverás a hacerlo una y otra vez.-

– No pienses así Hyunjin..- Sus ojos se cristalizaron.

– ¿Sabes que, Jeongin? No importa, puedes seguir atacandome y diciéndome lo que te dé la gana, aún tengo fuerza para luchar por ti.-

El aire se sintió demasiado pesado en la habitación, esa había sido la declaración más sincera y directa que había recibido el Omega, y se sintió peor aún al escuchar aquello.

Hyunjin solo bajo la mirada al no tener respuesta y salió de la habitación, incapaz de mover sus pies se quedó pegado a la puerta sintiendo su corazón latiendo demasiado rápido, no podía rendirse, no podía porqué Jeongin era su Omega y el padre de su cachorro, el debía intentarlo, hacer que el omega lo quisiera, hacer que el sintiera la misma conexión, las mimas sensaciones que el sentía en su pecho, por supuesto que lo haría.

Con ese pensamiento y decidido a hacerlo, se fue a descansar, aún que en la otra habitación el Omega no dejaba de llorar acariciando su vientre plano, sentía que no merecía al alfa, quizás en las circunstancias en las que lo conoció pensaría que ese alfa era un imbecil bueno para nada, pero este alfa no era ni siquiera parecido a aquel alfa,  el había estado cambiando mucho y el Omega hasta ahora no había pensado en eso.

Tan mal debia sentirse su alfa...

Esa noche ninguno de los dos pudo pegar el ojo.

La mañana tan fresca y resplandeciente llegó, el alfa se levantó, su estómago rugía y el fuerte olor de panqueques inundaba el departamento.

Casi hipnotizado caminó hacia la cocina, arrastrando sus pies con flojera, hasta que escucho el fuerte quejido de Jeongin y entonces cayó en cuenta que, Jeongin no estaba tomando reposo y en vez de eso estaba cocinando.

Corrió rápidamente a la cocina,y al entrar miró los ojitos acuosos de Jeongin mientras chupaba su dedo completamente rojizo.

– ¿Te quemaste? Oh Jeongin.- Se acercó tomando su manito para soplarla con delicadeza.
- ¿Duele? -

El Omega nisiquiera había respondido,estaba hipnotizado mirando la ternura y delicadeza con la que el alfa lo trataba.

– ¿Jeongin? -

– No-no duele, estoy bien solo me queme un poquito.-

– ¿Seguro? -

– Si.-

– ¿Que haces cocinando, Jeongin? Debiste levantarme, sabes que debes estar en reposo absoluto.-

– Estoy embarazado no enfermo.-

– Tienes un embarazo de muy alto riesgo, no me importa lo que digas vas a cumplir ese reposo ¿Ok?, ahora ve a sentarte mientras yo termino el desayuno.-

El Omega bufó y con un puchero salió de la cocina aún sobando su dedo.

Pasaron unos minutos cuando vió al alfa salir con los panqueques, frutas y jugo de naranja, llenando la mesa lo suficiente para ambos.

El Omega bajo su vista y empezó a comer en silencio, se sentía avergonzado e inútil.

– No te sientas mal bonito, estoy seguro de que cuando todo esté bien probaré tu comida, mientras déjame esto a mi por favor.

– Pero tu ya harás demasiado, Hyunjin.-

– ¿Te parece que llevar a un cachorro es poca cosa? Tu haces más que yo Jeongin.- El alfa le sonrió con ternura.

– Deja de ser tan coqueto, no lo merezco.-

– ¿Quien dice que no? -

– Yo...-

– Pues te equivocas, tu mereces todo lo mejor, Jeongin.-

El omega se sonrojo metiendo un bocado desesperado en su boca.

– Que bonito...-

El Omega trago y sin pensar le dijo

– Quiero que me marques.-

El jugo que había estado en la boca del alfa, ahora estaba en el suelo gracias a la gran escupida que hizo.

– Jeongin...-

– Tenemos que intentarlo, por nuestro cachorro y por... Por nosotros.-

El alfa abrió sus ojos.

– ¿Hablas enserio? ¿Estás dispuesto a hacerlo? -

– Si, quiero hacerlo...-

Ambos se sonrieron, a pesar de la noche que habían tenido, la mañana les había traído una energía nueva y eso era agradable para ambos.

                                         

Hate You (Adaptación Hyunin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora