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Un corazón herido, un corazón lleno de resentimiento y dolor, de decepción y angustia.

Así se sentía el corazón del Omega.

Habían pasado varios días desde lo ocurrido, se sentía vacío y solo.

A pesar de tener al alfa disponible para el, incluso así, se sentía afisxiado.

Jamás había odiado a nadie en su vida, pero empezaba a sentir demasiado resentimiento contra Hanna.

Esa noche se canso de llorar y prefirió envolverse en muchas mantas gruesas.

Y es que no esperaba que lo entendieran, después de todo nunca esperó que Hanna fuera capaz de tanta maldad solo por su obsesión.

Entonces nadie podía decirle "Solo supéralo" o "Solo olvídalo"

Porqué ¡Vamos! Ellos crecieron juntos, estuvieron juntos gran parte de sus vidas y ahora después de todo el se obligaba a apartarla de su vida para siempre.

Entonces en ese momento dónde la tristeza y decepción se apoderaban de su corazón, las patadas de su pequeño lo hicieron reaccionar.

No podía, simplemente no podía hundirse en tristeza e impotencia, porqué entonces arrastraría a su pequeño cachorro y alfa con el.

Lo último que quería era que los demás se sintieran mal por su culpa.

Por eso sonrió y metió sus manos bajo la camisa del alfa que llevaba puesta, acariciando su gran vientre.

- Ya, ya... Sabes que me duele eso mi amor, voy a calmarme pero también debes hacerlo.-

Algo loco.

Pero sentía que su bebé podía oírlo, es que con solo esas dulces palabras había logrado calmarlo y sentir nuevamente como su vientre estaba tranquilo pero lleno de su más grande amor.

Su cachorrito.

La alarma de la puerta sonó, indicando que el alfa había llegado.

Rápidamente se levantó, el suelo estaba frío al igual que el ambiente, pero eso no importaba porque queria un abrazo de su alfa.

El mismo que al ver al Omega venir hacia el, soltó la mochila que llevaba y estiró sus brazos hacía el, envolviendolo en su cuerpo y llenandolo con su aroma.

Sabía que Jeongin estaba triste, sabía que estaba jodidamente decepcionado y no lo culpaba.

Si Félix, Chan o Changbin le hicieran lo mismo que Hanna a el, estaría destrozado.

Jeongin había pasado su vida creyendo que Hanna era su amiga, le había dado su confianza y su corazón y ella en la primera oportunidad que había tenido, intento matarlo.

Era frustrante eso.

- Oh cielo, ¿Estás mejor? Te traje helado.-

El Omega suspiró con tranquilidad y asintió.

Lo que más le dolía de que aquella situación era que Hyunjin había perdido su departamento y todas sus cosas.

Ahora trabajaba dos turnos para sustentar los gastos de ambos y comprar las cosas del cachorro.

Hyunjin era un alfa maravilloso.

Su graduación sería dentro de pocos días y finalmente todos los años que estudió en la universidad, valdrían la pena.

Y ahí estaría Jeongin, aplaudiendo su éxito y apoyándolo como el Omega enamorado que era.

- ¿Es de fresa?- Preguntó en un Murmuró, haciendo reir al alfa.

- Es de fresa mi amor.-

Entonces en ese momento Jeongin se daba cuenta que realmente no importaba, así su corazón doliera por la tristeza y decepción que todo le había ocasionado.

Hyunjin era ese pilar que lo mantenía fuerte y no lo dejaba caer.

Era el momento de dejar cosas atrás y ser el pilar de Hyunjin también.

Era momento de demostrarle cuan enamorado estaba de el.

Los nervios se apoderaban del alfa y no era para menos.

Pues esperaba ser llamado para finalmente recibir su título.

Estaba emocionado, muy emocionado, después de todo ya estaba graduado, tenía un buen empleo, su Omega y bebito estaban bien.

Se sentía suficiente y los problemas iban desapareciendo poco a poco, dando paso a la felicidad que tanto tenían escrita.

Cómo alfa y Omega.

Cómo padres.

Cómo Hyunjin y Jeongin.

- Hwang Hyunjin -

Los aplausos no se hicieron esperar y con una sonrisa se levantó de su asiento para subir al escenario para tomar su título universitario.

Lo había logrado.

Entre todas esas personas, una sonrisa característica, una voz en particular lo hizo sonreír.

Su omega lucía mas hermoso que de costumbre, con un lindo overol y suéter, su cabello ondulado y su linda pancita donde llevaba al fruto de la unión de ambos.

Ni siquiera espero tanto, pues después de bajar del escenario corrió hacia su Omega, aún que la ceremonia no hubiera acabado del todo.

Incluso si sus padres también estaban ahí, el solo miró a esos ojos mieles que lo miraban cautivado.

Se acercó sin temer y tomó con cuidado su espalda para pegarlo a el, un vientre redondo se interponia entre ambos y un cachorro que pateaba también.

Pero ahí estaban juntos.

Sin pensarlo besó a su Omega, lo besó con todo el amor y toda la pasión de su corazón, porqué lo amaba, lo amaba jodidamente.

¡Dios ese Omega lo haría papá!

Estaba tan feliz y dichoso, que sentía que le debía tanto.

Quitó el birrete de su cabeza y lo colocó en la del Omega.

Este sonrió y enrollo sus brazos en el cuello de su alfa.

- Innie, ahora que tengo un título universitario, pronto trabajaré para tener mi propio restaurante, entonces podré pedirte que te cases conmigo.-

El Omega sonrió.

- Y yo te diré que estaré encantado de casarme contigo mi amor.-

El alfa sonrió y se inclino para quedar cerca del vientre del Omega.

- ¿Escuchaste eso campeón? Me casare con tu Papi.-

Hyunjin sonrió besando el vientre del Omega, escuchando como el último nombre de aquella lista era pronunciado, se levantó mirando al Omega y en el momento indicado el mismo Omega puso el birrete en la cabellera negra de su alfa.

- Es momento mi amor, estoy orgulloso de ti.-

Aquello fue suficiente, pues cuando las últimas palabras fueron pronunciadas los graduados lanzaron sus birretes al aire, incluso el alfa.

Finalmente Hyunjin se había graduado.

Rápidamente envolvió al Omega en sus brazos en un abrazo lleno de amor.

- Te amo, Jeongin.-

- Yo te amo a ti, alfa tonto.-

                                         

Hate You (Adaptación Hyunin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora