Renacimiento radiante

1.14 Caerbannog

A pesar de la emoción por la victoria de Lumina y Ruby, había otra candidata que se presentaba ese día. Valientemente, aunque apenas, logró pasar al equipo de Cardin, solo para que el segundo lo dejara fuera de la carrera. El dúo ganador ahora recibió un reconocimiento a regañadientes de las personas que anteriormente se burlaban de ellos.

Además, tal como dijo Goodwitch, se les permitió quedarse en el dormitorio Beacon; se reservaron varias habitaciones para esta ocasión exacta.

Selina sabía que la siguiente fase para su amiga comenzaría al día siguiente, aunque ni siquiera ella tenía idea de qué era. Le molestaba un poco que una chica más joven que ella se convirtiera en Cazadora antes que ella, pero Selina trató de no dejar que la afectara. Lumina era diferente a cualquier otra persona que conocía. Sin embargo, necesitaba dar un paseo y aclarar su mente; no solo para deshacerse de esa punzada de envidia, sino también para reflexionar sobre lo que aprendió hoy.

Fue entonces cuando vio a una amiga en uno de los patios interiores; Velvet se sentó bajo uno de los árboles y miró fijamente un agujero en su corteza. La de segundo año apenas se movió, sus cejas se fruncieron.

Verla le recordó a Selina el incidente durante el almuerzo, así que se acercó y se anunció dejándose caer en el pasto al lado de Velvet. Cuando eso falló, intentó un silbido silencioso que también fue ignorado. Lo que intrigó a Selina más de lo que la molestó, preguntándose qué podría tener a su amiga tan sumida en sus pensamientos. 

Se inclinó y susurró "Holaaaa" en los oídos de Velvet, lo que finalmente hizo que la liebre saliera de su trance. "Selina a Velvet, ¿estás viva ahí?"

El otro fauno la miró en un silencio desconcertado antes de asentir lentamente. "Sí. Sí. Solo estaba pensando, eso es todo".

"Bueno, gracias, Capitán Obvio".

Su guiño hizo que Velvet se relajara, incluso sonrió un poco. Selina se puso cómoda apoyándose en el tronco del árbol y comenzó a cavar: "Entonces, ¿de qué te habló Lumina? Nunca la había visto mirarme así antes tampoco".

El recuerdo de lo que pasó antes del primer partido solo regresó a la mitad de su pregunta. Ahora Selina estaba definitivamente intrigada. Sin embargo, Velvet se encogió. Comenzó a dudar y a vacilar, agachando lentamente los hombros bajo la atención de Selina. La pelirroja no dijo nada, no estaba dispuesta a presionarla; no es que necesitara hacerlo. Velvet cedió por sí sola al final.

"Oh, bien, es mi Semblance. Puedo copiar la memoria muscular de las personas y aprender todas sus habilidades físicas mirándolas".

"Mierda, ¿qué? ¿En serio?"

A pesar de su fugaz esperanza de haber escuchado mal, Velvet asintió. Selina se llevó una mano a la frente, tratando de entender. ¿Cómo era posible tal Semblance? "Mierda, eso es, como... ¿cómo? ¿Qué? ¿Todo?"

Velvet asintió de nuevo. Se abrazó las rodillas contra el pecho y empezó a hablar: —La primera vez que hablaste conmigo, aprendí cómo manejabas tu lanza. Ahora puedo usar todo tipo de armas, ¿sabes? Es... es tan fácil. Siempre lo fue. Se siente como hacer trampa. —Sí, lo entiendo. No puedo decir que estoy tan feliz de que copies todo por lo que trabajé. 

—Su respuesta arrastrada hizo que Velvet apartara la mirada. Se encorvó aún más, pero Selina no se detuvo en la renovada sensación de incompetencia.

—¿Cómo es que esa es tu Semblanza de todos modos? Es una expresión de ti misma, así que ¿eres una especie de súper ladrona?

La morena se dio la vuelta de inmediato. —¡No soy una ladrona! —casi gritó, su vehemencia hizo que Selina se detuviera. Sin embargo, a pesar de estar escandalizada, Velvet bajó la voz un momento después: —No lo soy. Nunca he robado nada.

Entonces se quedó callada, humedeciéndose los labios y tratando de encontrar las palabras. —Pero siempre fui buena aprendiendo, adquiriendo nuevas habilidades. Hablo mistraliano, atlesiano y vacuano con fluidez. Y todo tipo de cosas más. 

—La imagen que pintaba su explicación era increíble, pero Selina sabía que su amiga no era una mentirosa. Mientras tanto, Velvet suspiró. —Aún se siente como hacer trampa —murmuró—. Todo esto me resulta tan fácil, apenas necesito hacer nada. Otros tienen que trabajar durante años para hacer algo que yo consigo en meses o semanas.