Mazy Morris es una cantante que ha pasado por mucho para lograr lo que es ahora. Tiene una vida perfecta, amigas perfectas y el prometido perfecto: Harry Styles.
Una de sus mayores luchas había sido lograr convencer a las fans de Harry para que la...
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Mazy
El amanecer se cuela por las cortinas, y lo primero que siento es el peso en mi pecho, como si un bloque de hielo se hubiera asentado ahí durante la noche. Abro los ojos lentamente, sin reconocer de inmediato dónde estoy. La habitación es tan familiar, pero al mismo tiempo, me siento como una extraña en ella. Es mi antigua casa en Inglaterra, el lugar al que corrí sin pensar.
Todo está en silencio, solo el suave murmullo del viento afuera. Recuerdo por qué estoy aquí y mi estómago se revuelve. Ese maldito contrato... las palabras en ese papel siguen bailando en mi mente, recordándome lo que vi. Lo que descubrí.
Harry...
El nombre resuena en mi cabeza, y el dolor vuelve a golpearme con fuerza. Nunca pensé que algo así podría pasar. Nunca pensé que Harry, la persona que amo, me lastimaría de esta manera. ¿Qué significaba todo esto para él? ¿Era solo un acuerdo, una estrategia más para impulsar nuestras carreras? ¿Y yo? ¿Era parte de ese juego, una pieza más en su tablero?
Me siento tonta, ingenua. Me entregué por completo, confié en él, y ahora... todo parece una mentira. Aun así, no puedo evitar que una parte de mí quiera creer que hay una explicación, que de alguna manera, todo esto tiene sentido. Pero, ¿y si no la hay? ¿Y si todo fue un error desde el principio?
Me incorporo en la cama, abrazando mis rodillas mientras trato de ahogar el llanto que amenaza con salir. Mi mirada se posa en las paredes de esta vieja habitación, en las fotos y recuerdos de una vida que solía tener antes de que todo se complicara. Es irónico estar aquí, en el único lugar donde pensé que estaría a salvo, y sentirme tan perdida.
¿Hice lo correcto al irme? No tenía fuerzas para enfrentarlo en ese momento, para escuchar cualquier excusa que pudiera darme. Tenía que alejarme, pensar con claridad, pero ahora, no sé qué hacer. No sé si debo seguir huyendo o enfrentar lo que está delante de mí.
Suspiro y dejo caer la cabeza entre mis manos, intentando encontrar un resquicio de claridad en medio de todo este caos. Pero lo único que tengo claro es que nada será igual después de esto. Y, por más que lo desee, no sé si alguna vez podré mirar a Harry de la misma manera.
El silencio de la casa me envuelve, y mientras el sol se levanta un poco más alto en el cielo, me doy cuenta de que estoy aquí, sola, con mis pensamientos y mis miedos. Y que la única persona que podría darme las respuestas que necesito está a kilómetros de distancia, en un lugar que no sé si podré volver a llamar hogar.
Me levantó de la cama y me dirijo a la cocina con las esperanzas de buscar algo para comer, sin embargo al abrir el refrigerador me encuentro que está más vacío que mi corazón.
Vaya comparación.
Decido vestirme con alguna ropa cómoda, lo típico, una sudadera y un short de mezclilla, esta vez la sudadera es gris.
