Capítulo Doce, Parte 2.

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—¿Cómo dices eso, Josué? No podemos estar escapando toda la vida. La razón principal por la que nos fuimos de Villa Hidalgo fue para estar lejos de Carlos y se resolvió eso, pero ya no quiero volver a irme.

—Escucha a Iris, puede que tenga razón. No van a estar huyendo siempre, ya lo hicieron una vez.

Odiaba la idea de volver a irnos, podía soportar cambiarnos de casa, tal vez a un pueblito, pero no más lejos. Estar apartada de ti era una idea que no me podía permitir.
Después de mucho tiempo en vida, todo se estaba acomodando. Me iba bien en la escuela, tenía una relaciones más cercana con mi hermano y ahora estaba contigo y me sentía muy bien a tu lado. Tenía todo lo que podía desear. Amor de sobra. El apoyo que siempre necesité. Jamás, ni una sola vez me sentí humillada, intimidada o amenazada por ti, si hubo malentendidos o algunos problemas, pero lo resolvimos al final de cuentas. Y eso me trajo paz.

—Yo haré algo. No me voy a quedar ahí. Josué, tú y yo de aquí no nos vamos.

—¿Y qué es eso que vas a hacer? —dijo mi hermano.

—Enfrentarlo, como debí desde un principio. Ya no voy a quedarme como una niña espantada. Ya estoy crecidita como para seguir actuando de esa manera.

—Nunca la vi así.

—Dímelo a mi que soy su hermano. Iris de verdad está cambiando.

—Quédense tranquilos. Si llega a la casa no haré esto sola, estarán conmigo, pero aquí adentro, necesito que Carlos me ponga mucha atención.

—Estamos contigo, Iris. Siempre —Me abrazaste.

Mi hermano rápido saltó a abrazarnos. Ustedes dos me habían dado el valor que tanto necesitaba. Y con la llegada próxima de mis padres, estaba más que protegida.

El día que llegaron mis papás me sentí aliviada. Me abrazaron con mucho amor. Nos extrañaban mucho. Yo los extrañaba mucho.
Después de ese día que cené en tu casa, no pude sacarme de la cabeza ese amor que te tienen tus papás. En ese momento quería los míos también estuvieran ahí, para que vieran como había resultado todo luego de tanto tiempo de no vernos.
Y así fue, pero tuve que esperar un poco más de tiempo.
Te presenté a mis papás, ya como mi novio. Ellos también te extrañaban. No habían sabido de ti desde que nos habíamos regresado a nuestra cuidad. Mi mamá fue la más contenta de verte. Dijo que cambiaste muchísimo, que habías madurado y te veías pleno. Nunca hubiera imaginado  que mi mamá diría algo así, cuando de chicos mi hermano y tú eran un desastre.
Todo iba de maravilla, pero todavía quedaba un cosa por resolver.

•••

—¿Y ya decidieron algo? ¿Van a mudarse? Supongo que no te querrás regresar a Villa Hidalgo, Iris, ahora que hiciste vida aquí —comentó mi mamá.

—Decidimos...

—Decidiste —interrumpió Josué. —Bueno, sigue.

—No vamos a irnos. Aquí ya estamos haciendo la escuela, tenemos a nuestros amigos, nuestra casa y yo tengo a Ricardo y lo quiero muchísimo. Trataré de hablar con Carlos, solo si se presenta. Viví aterrada mucho tiempo por él, pero ya me cansé. Tengo miedo, pero debo hacerlo. Carlos siempre se sintió intimidado cuando me defendía y ahora lo haré bien.

—Si esa es su decisión —Mi mamá se acercó a Josué y a mi—, su papá y yo los vamos a apoyar. Pero tengan mucho cuidado, sobre todo tú Iris. Y si ese tipo viene ten por seguro que vamos a estar todos aquí.

Mi papás nos abrazaron. Estuvimos juntos todos ese día, hasta la noche. La casa estaba en silencio, todos en sus cuartos y en eso tú llegaste. Eran la diez y media.

—Hola, ¿qué haces aquí a esta hora? Mis papás están dormidos.

No dijiste una palabra y solo me miraste, pero no fue una simple mirada. En tus ojos había preocupación, era como si gritaran que me extrañaban, que necesitaban verme. De pronto tus brazos me envolvieron tan delicadamente que quise quedarme ahí para siempre. En tu abrazo hubo un alivio inmenso. Me olvidé por un momento de todo. Y solo éramos tú y yo.

—Sentí que debía estar contigo. No más me regresé a mi casa y ya tenía ganas de volver. Me altera pensar que ese tipo esté por aquí. ¿Puedo quedarme contigo, al menos hoy?

—Claro que si. Todo va a estar bien —Te di un beso.

Te llevé a mi cuarto y nos quedamos despiertos horas platicando, te conté de cómo empecé a enamorarme de ti. Fue poco antes de graduarme de la secundaria. Lamentablemente tú te fuiste de Vallarta ese mismo año para la capital. Mi familia y yo nos regresamos a nuestra cuidad y no te volví a ver hasta cuatros años después que nos mudamos también. Te veía en los videos que empezaste a hacer, al principio te confieso que me dio pena verte en YouTube, pero poco a poco me fui acostumbrando a verte y así te sentía cerca, pero nos habíamos distanciado tanto, que ya ni supera éramos algo parecido a amigos. Hasta que nos mudamos y volvimos a verte. Todo cambió para bien. Volví a conocerte y por fin pude enamorarme. Y esa vez era real.

—Si algo te llega a pasar yo estaré aquí. Voy a estar para ti, Iris, porque te amo.

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⏰ Última actualización: Aug 26 ⏰

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 Crush On U〃Ricardo Alcaraz ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora