—Te he visto muy alegre últimamente, ¿ha pasado algo nuevo?
—Se podría decir que si.
—¡Cuenta! —Dio un salto a mi cama esperado una respuesta.
Tan ilusionada estaba que por ni un momento pasó por mi cabeza que ya llevábamos tres semanas siendo novios formalmente. Todo iba tan bien y los dos éramos muy felices y creo que todos podían notar esa alegría que en poco tiempo nos comenzó a caracterizar.
—Mira... hay algo que tengo que contarte.
—Si, dime.
—¿Recuerdas a Ernesto?
—Ajá.
—Pues, en realidad Ernesto no existe. Solo te dije eso porque no quería decirte con quien salía realmente, porque es Ricardo, el y yo... somos novios.
Pensé que Vicky se molestaría, pero al contrario se alegró por mi. Claro, me reprochó haberle ocultado lo que teníamos. Dijo que no había nada de malo en lo nuestro. Y era cierto, entendía que tal vez nunca debimos haberlo ocultarlo.
—Ya me voy. Solo pasaré a despedirme de Josué.
—Vicky, no le digas nada a mi hermano. Yo quiero hacerlo. Aún no sabe qué Ricardo y yo formalízanos.
—Claro. Nos vemos, bonita —Se despidió de mi con un abrazo.
Pasé al cuarto de Josué, estaba sentado viendo su teléfono, me senté a su lado.
Me vió extrañado porque no decía nada, solo lo miraba a los ojos.—Te hice caso.
—¿En qué o qué? —Soltó su celular.
—Ay, Josué. Esto es serio.
—Bueno, bueno. Dime.
—Es sobre Ricardo. Te hice caso en eso de corresponderle a tener algo formal. Siempre tuviste razón. Él realmente me quiere. Soy feliz con él. ¡Llevamos tres semanas!
—¿Tres semanas? Como que te tardaste un poquito en decirme, hermanita.
—Bueno, en realidad llevamos más de 5 meses, pero no era nada formal, creo que eso ya lo sabías.
—Mejor ya no me digas nada.
Josué se alegró por mi. Me dio una abrazo en el que sentí todo su apoyo. Me sentía bien al contarle a mi hermano. No quería perder esa cercanía con él. Yo te había pedido que tampoco le dijeras nada. Tú me dijiste que tomara el tiempo que necesitara.
Era viernes a las 7:00 pm. Hacía mucho frío. Las calles estaban solas. Todo estaba cerrado porque era día festivo.
No tuve oportunidad de hablar contigo desde la mañana. Estabas algo ocupado porque tus padres habían ido a visitarte desde el día anterior. Yo tampoco quise interrumpirte."Iris, ¿puedes salir? Estoy aquí afuera"
"Ya voy"
Abrí la puerta y te vi sonriendo. Te veías tan guapo. Estabas muy arreglado y olías mucho a perfume. Odiaba el perfume de hombre, pero en ti era algo que me encantaba. Recuerdo perfectamente que te veías nervioso.
Te di un abrazo y te invité a pasar.—¿Te gustaría conocer a mis papás, Iris?
Sentí un escalofrío enorme, pero te dije que si. Me emocioné mucho, pero también estaba nerviosa. Eso significaba un paso más en nuestra relación. Me preocupaba no darle una buena impresión a tus padres. Si eran iguales a ti, eso no me preocuparía.
—¿Me cambio?
—Te ves preciosa así. Vamos.
Me despedí de Josué. Solo le dije que volvería en unas horas y que estaría contigo.
Llegaste caminando, así que así nos fuimos a tu casa.—Hace este frío y tú te vienes caminando.
—Quería platicar un poco más de tiempo contigo. Si no estás lista, puedes decírmelo. Lo entenderé.
—Estoy lista, no te preocupes.
Tus papás se irían al día siguiente y antes de eso querías que los conociera. Me contaste que nunca les habías presentado a una novia, porque nunca tuviste la valentía de tener algo formal alguien.
Te disculpaste conmigo por habernos tenido cinco meses en un "algo". Yo lo entendí. No podía culparte del todo, porque yo tampoco te dije nada en ese tiempo, aunque ya quería algo de verdad contigo.Tenía mucho tiempo sin sentir algo especial por alguien. No tuve una muy buena experiencia con mi primer novio; Carlos. Esa relación fue desastrosa. Me había hecho tanto daño que llegó hasta el punto en que me hizo creer que lo amaba aun cuando me lastimaba. Y si lo quise, hasta que supe como era en realidad. Me hizo depender de él y olvidarme de mi. No hubiera salido de esa relación si no fuera por mi familia y sobre todo por Josué. Solo ellos me ayudaron a darme cuenta que Carlos nada más me estaba usando. Que en realidad no me amaba, que únicamente tenía una obsesión y dependencia hacia mi. Tardé mucho en superar el dolor. Hasta hace algunos años el me seguía buscando, cuando aún vivía en mi ciudad. Por eso me fui de ahí, esa fue la razón principal. No solo por la universidad. Fue muy conveniente para Josué que tú también estuvieras estudiando allá. Por todo el tema de Carlos, mi hermano había dejado la escuela y ya no pudo graduarse. De alguna manera me sentí culpable, porque él sacrificó algo importante para cuidarme.
Cuando cumplí diecinueve nos fuimos a la capital juntos. Mis padres nos apoyaron en todo momento. Pensaban que era lo mejor. Y yo estaba segura de que Carlos no me iría a buscar. Mis padres no pudieron venir con nosotros, allá estaba toda su familia. Mis tíos, mis abuelos, no querían dejarlos solos. Por eso cada tanto vienen a visitarnos, pero no se quedaban mucho.
En ese momento, con veintiún años, entendí que no tuve la culpa de lo que pasó y que merecía ser amada de verdad, como cualquiera. Estando a tu lado pude sentir todo lo que jamás pensé que sentiría. Me sentía amada, por fin lo sentía.
—Sé que ya pasó mucho tiempo de eso, no debí decirte que no recordaba ese beso. Mucho menos decirte Victoria. No sabes la pena que sentí toda esa semana no más de recordarlo. No sé qué me pasó. No quiero pensar que te hice sentir usada o algo así. Yo quise ese beso.
—Te perdono —Te di un beso.
Vi el remordimiento en tu ojos. Aun cuando eso tenía meses de haber pasado tu quisiste pedirme disculpas. La sinceridad era de las cosas que más amaba de ti. Siempre fuiste así conmigo.
•••
Terminamos de cenar y ayudé a levantar los platos. Tus padres fueron encantadores conmigo. Me sentí en familia de nuevo. Tu papá no dejaba de reírse con todo lo que le contaba de ti.
—Veo muy feliz a mi hijo. Gracias —dijo tu mamá.
—No me tiene que agradecer. Él siempre ha sido así.
Llegaste de la cocina y me abrazaste.
—¿Quieres que te lleve a tu casa?
Revisé la hora y ya era media noche. Me despedí de tus papás con un abrazo. Y salimos. Notaste que tenía frío y pusiste tu chamarra en mis hombros.
—Esta vez nos vamos en el carro —te dije burlona.
—Obviamente.
Me dejaste en la puerta de mi casa. No te querías ir. No dejabas de recordarme que te había encantado la noche. Tu felicidad se podía ver a través de tu piel. Estabas feliz, eso me hacía feliz a mi. Estaba viviendo lo que había soñado.
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Crush On U〃Ricardo Alcaraz ✓
Fanfic〔Segunda parte de Digital Love〕 Iris tiene un gran crush con Ricardo Alcaraz. Él es el mejor amigo de su hermano. Ambos se conocen desde hace años, pero no eran muy unidos. Iris no puede dejar de pensar en él, aunque sabe que él está enamorado de s...