Un error terriblemente perfecto

Capítulo 7

Casa "sola"

Malkie

—¿Seguros que se las pueden arreglar por ustedes solos? —Mamá nos mira a los cinco fijamente, advirtiendonos con la mirada que si nos portamos mal nos va a sacar la cresta.

—Obvio mamá —contesta Abby, por todos nosotros.

—No hagan ningún desastre, ni tampoco entren a mi oficina —papá nos dice, mirándonos serio.

—Claro papi —coloco cara de angelito.

Apenas se vaya me voy a ir a meter a su oficina.

—Tampoco se tomen mis energéticas —Tía Joss advierte, aunque esa advertencia va más para Abby que para cualquiera aquí.

—¡Si señora! —Abby hace un gesto militar.

—Tampoco se van a meter a mi pieza, porque sino lo van a lamentar, ratas putas —amenaza—. Se mucho de ustedes y puedo abrir la boca.

—Ni siquiera nos vamos a acercar —Rashad habla, y todos asentimos.

Tía Joss sabe demasiado en mi opinión.

—Muy bien —murmura esta, dándose la vuelta.

Tía Joss empieza a caminar hasta la salida de la casa, a paso lento junto con su maleta.

—Bueno, niños, nos vemos —papá se despide con la mano.

—Chao mis chiquititos, cuídense y por nada del mundo le van a hacer caso a Abby, siempre a Malkie, ella está a cargo —mamá abraza a Kiara y a Nika a la vez, luego a Rashad, para luego darnos un fuerte abrazo a nosotras dos con Abby.

—Ya vamos, si no les va a pasar nada —papá apura a mamá, quien esta a punto de ponerse a llorar.

Que dramática.

—Chao mocosos, me lo voy a pasar genial sin ustedes —papá dice, antes de empezar a caminar hasta la salida.

Aunque no lo admita, si le da pena dejarnos solos.

También le da miedo.

Nos tienen muy poca fe.

—¡Chao mis bebés! —mamá exclama cuando es arrastrada por papá.

Papá se va a una reunión con sus viejos amigos en Brasil, mamá se va a ir a filmar unas escenas de una película a Alemania y tía Joss... nadie sabe a donde va tía Joss. Un misterio.

Cuando mamá y papá salen de la casa, y cierran la puerta detrás de ellos, los cinco nos miramos fijamente.

—¿A donde creen que se habrá ido tía Joss? —Rashad interrumpe el silencio que se había formado.

—Para mi que es prostituta y le ofrecieron un trabajo —habla Abby.

—Nah, yo digo que se fue con su esposo millonario secreto —dice Kiara. Todos la miramos con cara rara, porque o sea, es tía Joss, para mi que todavía sigue virgen. —. ¿Que? Nos hace los regalos de cumpleaños más caros que hay, ¿nunca se preguntaron de donde saca el dinero?