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Puedo afirmar, que no fue mi actividad favorita ver cómo unos tipos masacraban a golpes a otros tipos. ¿Y por qué estaba ahí? Porque mi mejor amigo me había arrastrado a asistir a ese evento. Conozco a Rindou desde que tengo siete años, y desde entonces somos mejores amigos. No iba a decirle que no aunque me pareciera un evento aburrido. ¿Y él por qué estaba ahí? Porque tenía miedo de un pandillero que se enamoró de él luego de chocar en la calle.

Al final de la pelea, perdí de vista a Rindou —probablemente porque estaba muy sumida en mis pensamientos como para saber dónde estaba—. Me costó un poco de trabajo encontrarlo, debido a que todo el lugar estaba lleno de tipos desmayados y golpeados. Pero que no se malentienda; a mí me encantan las peleas, sólo que no le veo caso a las que no tienen una historia por detrás —aquella fue una de esas, pues sólo estaban peleando dos pandillas porque no se llevaban bien, sin trasfondo alguno—. Finalmente, localicé a mi amigo, pegado a un tipo bastante... extraño. Caminé hacia donde estaban, dispuesta a defender a mi amigo, el cual no lucía muy contento.

—Y tú Merlina, ¿quién eres y por qué no dejas a Rindou en paz?—Ataqué

Me fue inevitable no apodar a aquel chico de ese modo, pues su mirada seria, su aura de locura, y su peinado de dos trenzas, era tal cual como Merlina Addams.

—¿Quién te crees que eres, enana?—Contraatacó

Luego nos miramos, como si estuviésemos haciendo un duelo de miradas. Creo que los dos estábamos pensando en qué más decir. Pero antes de que pudiésemos, Rindou se puso en medio de los dos.

—¿Por qué no se calman ambos?—Pidió—A ver, que Ran tenga el peinado de Merlina no es justificación para que le digas así—Escuché una queja de parte del mencionado—Y Kira es todo menos enana, está casi de mi altura, ¿no ves?—Dijo, comparando mi altura con la suya

—Rindou, soy más alto que tú, por lo tanto ella es una enana de todos modos—

—¿Cómo se supone que te llamabas, poste de luz?—Ataqué

—Haitani Ran—Respondió—Y si me vas a apodar, prefiero que me digas Merlina, enana—

—¿Haitani Ran?—Me sorprendí

Yo era la única que sabía la verdad, y creí que el día en que tuviese que sacarla a la luz nunca llegaría. Era improbable, casi imposible, y aún así, sucedió. ¿Por qué tuve que aparecer de metiche ese día? ¿Por qué tengo que ser yo la que aclare las cosas?

El secreto de los hermanos HaitaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora